La Dra. Gina Smith es una psicóloga especializada en el tratamiento a los servicios de emergencia y veteranos que actualmente se presenta como candidata republicana a la Cámara de Representantes de Estados Unidos para representar el 14º distrito del Congreso en Texas.
Su marido lleva más de diez años trabajando como parte de los servicios de emergencia.
El verano pasado, una orden para los empleados federales invalidó la opción de hacerse la prueba de COVID-19 dos veces por semana y tuvo que vacunarse o enfrentarse al despido. Entonces presentó sus exenciones médicas y religiosas y todavía está esperando los resultados.
Sin embargo, el papeleo que tuvo que rellenar no era lo que ella hubiera esperado convencionalmente.
El papeleo de exención era «un formulario de exención médica para la jubilación anticipada que no tiene ningún sentido, no es lo que pide», dijo Smith a The Epoch Times.
Entonces acudió a su médico de toda la vida, que según Smith, le dijo: «Mire, yo no le he dicho a nadie que no deba ponerse esta vacuna, pero le voy a decir a usted que no debe ponerse esta vacuna».
«Tiene un linfedema en el pie», dijo Smith, refiriéndose a una acumulación linfática. «Le falta la mitad posterior de la pierna, por lo que tiene una acumulación en el pie que supone un riesgo de coágulos de sangre y cosas así».
Sirviendo en Irak
Su marido, que actualmente trabaja en las fuerzas policiales, es un exmarine. Durante su servicio en Irak, fue alcanzado por un artefacto explosivo improvisado y sufrió graves lesiones que pusieron fin a su carrera como marine.
«Ha perdido un riñón, un bazo y parte de [su] páncreas», dijo Smith.
«Así que si esto sobrecarga su único riñón y luego tiene insuficiencia renal, no va a ser capaz de conseguir otro riñón fácilmente. Estará en diálisis, y la longevidad de tu vida cuando estás en diálisis no es muy larga».
Smith y su marido no se oponen a las vacunas, y él se aplicó todas las vacunas cuando era marine, excepto la del ántrax. En el caso de las vacunas contra el COVID-19, el problema que les preocupa no es la acumulación de sangre en sí, sino la salud de las venas y la mala circulación.
La mayoría de sus compañeros ni siquiera sabían que era discapacitado, ya que se esforzaba mucho por mantenerse en forma y disimularlo, pero ahora «sus discapacidades están a la vista de todos. Y tiene que demostrarlo una y otra vez a sus supervisores y a otras personas», añadió Smith.
«Esto no es una cuestión antivacunas. Se trata de una cuestión en contra de la orden: el requisito de que se apliquen una vacuna que todavía está bajo una orden de uso de emergencia. No tiene estudios a largo plazo. Y no tiene en cuenta la inmunidad natural, y además de todo eso, la mayoría de estos servicios de emergencia federales, son los que están haciendo cumplir la Constitución, están defendiendo la Constitución. Así que su trabajo es conocer la Constitución. Y por lo tanto, para muchas de estas personas, están viendo esto diciendo, ‘hay algo mal aquí’. Hay algo que está muy mal: no cumple con el umbral que la Constitución de EE. UU. dice que se nos conceden estos derechos particulares».
Smith cree que el Congreso, que está exento de las órdenes de vacunación, debería estar sujeto a las mismas normas que el resto de la población en lo que respecta a las órdenes de vacunación.
«Creo que [el Congreso] debe rendir las mismas cuentas que los demás. No creo que el Congreso deba estar por encima de nadie», dijo Smith.
«Realmente creo que necesitan tener una conversación honesta sobre lo que está pasando aquí exactamente. Creo que el senador Rand Paul está intentando mantener esa conversación. Y está teniendo una batalla difícil. Creo que hay algunas personas que están abiertas a tener esa conversación, [pero] mucha gente no lo está y no estoy segura de por qué ocurre eso. Sé que es una conversación que estoy dispuesta a tener, y por eso estoy hablando de esto, porque estos socorristas federales no pueden hablar por sí mismos».
Dijo que si solo el 10 por ciento de los bomberos y policías de los servicios de emergencia son despedidos, sería un «número masivo» que comprometería la seguridad nacional.
Continuar la misión
Si su marido es despedido, no obtendrá la acreditación de seguridad debido a la comprobación de sus antecedentes, por lo que «se ataría las manos» en cuanto a la posibilidad de ir a trabajar a otro lugar, dijo Smith.
Para solicitar la incapacidad, primero tendría que perder su trabajo y mientras podría haber un tiempo de espera considerable.
Smith dijo que su marido pensaba que se quedaría en el Cuerpo de Marines para siempre. Pero el día en que lo alcanzó un explosivo, estaba en un Humvee de las Fuerzas Aéreas en lugar de en una unidad del Cuerpo de Marines, debido a que el Congreso no pudo apoyar la logística de guerra de manera adecuada, lo que puso fin a su carrera como marine.
Su corazón se había detenido y fue reanimado milagrosamente. Tras recuperarse, quiso seguir con su misión de patriota y pasó a trabajar como policía federal.
Ahora, dice que su marido le dijo que «porque el Congreso no pudo actuar para mejorar las cosas, es la misma razón por la que mi carrera va a terminar de nuevo, y no voy a poder continuar mi misión».
Numerosas demandas han sido presentadas en nombre de empleados y contratistas federales que no quieren recibir la vacuna por razones religiosas o médicas.
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