Todd Bensman es un galardonado periodista de campo y miembro de seguridad nacional del Centro de Estudios de Inmigración. Es autor de «America’s Covert Border War» y del libro que se publicará pronto «Overrun: How Joe Biden Unleashed the Greatest Border Crisis in U.S. History».
Durante la primera mitad de la presidencia de Joe Biden, han sido principalmente los estados fronterizos los que han sentido la carga de los más de 3 millones de ilegales que han cruzado la frontera para entrar en Estados Unidos. Pero al final de su mandato de cuatro años, todo el país sentirá el impacto de estas políticas de fronteras abiertas, dijo Bensman, con millones más de extranjeros ilegales desbordando las infraestructuras estatales.
«Se trata de un impacto que transformará Estados Unidos», afirmó Bensman durante una entrevista concedida el 3 de diciembre al programa «American Thought Leaders» de EpochTV. «La crisis migratoria masiva va a acabar afectando a todos en el país, a sus distritos escolares, a sus sistemas sanitarios y a las tasas impositivas y a todo».
El condado de Liberty, Texas, es un ejemplo de la zona cero de la crisis migratoria, dijo Bensman. El condado de Liberty es uno de los 17 condados de Texas que han declarado una invasión en la frontera sur, y en su libro, que se publicará próximamente, Bensman detalla el impacto que esta afluencia de extranjeros ilegales está teniendo en la infraestructura del condado.
El condado de Liberty se ha visto desbordado por entre 50,000 y 75,000 familias de extranjeros ilegales que han «inundado absolutamente el distrito escolar y provocado un cambio irrevocable en todo este pequeño condado rural de Texas», afirma Bensman, y esto se extenderá a la mayoría de los demás pueblos y ciudades de Estados Unidos.
«Estamos en medio de la mayor crisis fronteriza de la historia de Estados Unidos, se mire por donde se mire», afirma Bensman.
La mayoría de los estadounidenses no se dan cuenta de la magnitud del problema de la inmigración ilegal porque los principales medios de comunicación cubren de forma irregular y partidista lo que ocurre en la frontera sur.
Frontera abierta
Incluso con el Título 42 en vigor, la Administración Biden dejó entrar al 40 por ciento de los ilegales que cruzaban la frontera en su primer año, al 70 por ciento en el segundo, y cuando el Título 42 termine, el 100 por ciento será admitido en el país, dijo Bensman.
Tan pronto como Biden asumió el cargo, su administración comenzó a cuestionar la norma sanitaria del Título 42 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), que obligaba a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de EE. UU. a rechazar a muchos inmigrantes debido a la pandemia del virus del COVID-19, pero ahora que el Título 42 ha sido detenido, el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), Alejandro Mayorkas, dijo que su departamento se está preparando para una oleada de inmigrantes mediante la adición de más agentes de la patrulla fronteriza y la racionalización del sistema para poder procesar a los inmigrantes más rápidamente.
Mayorkas se está preparando para un «maremoto» de millones de extranjeros ilegales más en los próximos dos años, dijo Bensman.
Cuando un tribunal de Washington anuló el Título 42 en noviembre, el DHS anunció que la norma seguiría en vigor durante unas semanas «para preparar una transición ordenada a nuevas políticas en la frontera».
«Hemos puesto en marcha una estrategia integral de todo el gobierno para gestionar cualquier posible aumento del número de migrantes que se encuentren en nuestra frontera. Estamos aumentando nuestra capacidad para procesar a los recién llegados, evaluar las solicitudes de asilo y expulsar rápidamente a aquellos que no cumplen los requisitos para recibir protección», dijo Mayorkas en otro comunicado.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, cuyo estado comparte más de 1200 millas de frontera con México, cree que la Administración Biden no quiere restringir la entrada a Estados Unidos y que las políticas de Biden demuestran que la administración quiere una frontera abierta.
Biden y su administración «apoyan realmente las políticas de fronteras abiertas», dijo Abbott durante una entrevista en mayo con el presentador de radio Joe «Pags» Pagliarulo.
Abuso de las leyes de asilo
Los defensores de los inmigrantes celebran el fin del Título 42 porque dicen que quieren un trato más humano para quienes buscan asilo por persecución, pero Bensman dice que sus investigaciones muestran que los migrantes vienen en su mayoría por oportunidades económicas.
Lee Gelernt, abogado principal de la ACLU en la impugnación del Título 42, afirmó en un comunicado que se trataba de «una gran victoria que literalmente supone la vida o la muerte. Siempre hemos dicho que el uso del Título 42 contra los solicitantes de asilo era inhumano y obedecía exclusivamente a motivos políticos. Esperemos que esta sentencia ponga fin a esta horrible política de una vez por todas».
Abogados estadounidenses y organizaciones no gubernamentales están en la frontera permitiendo a los extranjeros ilegales abusar de las leyes de asilo instruyéndoles sobre qué decir cuando hablan con la seguridad fronteriza, dijo Bensman.
«La gente que está cruzando la frontera en esta crisis entiende —y la gente que quiere que crucen entiende— la vitalidad, la función crucial que desempeña el asilo para permitir esta migración masiva. Solo tienes que decir ‘quiero asilo’ y ya estás dentro», dijo Bensman.
Bensman sostiene que el actual sistema de asilo debe suspenderse y revisarse para acabar con las lagunas jurídicas de las que se está abusando.
A lo largo de su investigación sobre la frontera sur de Estados Unidos y las leyes de asilo, Bensman ha descubierto que un gran porcentaje de inmigrantes no cumplen los criterios de asilo porque no son perseguidos en sus países de origen. Lo que quieren es trabajar en Estados Unidos.
«La ley de asilo se estableció para las personas que huían de los gulags norcoreanos o de los judíos que huían de la situación nazi», explica Bensman. «Nadie quiere vivir en algunos de estos países devastados por la guerra, pero si primero cruzas otros 10 países perfectamente seguros para llegar aquí, tu argumento de que vienes en busca de asilo se ve profundamente socavado».
El ejemplo haitiano
Bensman cita el hecho de que la gran mayoría de los haitianos que cruzaron la frontera hacia Estados Unidos en 2022 ya habían solicitado asilo en Brasil y Chile, donde estaban seguros. Antes de entregarse a la CBP, se deshicieron de sus documentos de identidad para poder pedir asilo en Estados Unidos.
«Esos gobiernos dieron a los haitianos plena residencia, plena autorización de trabajo, y realmente había trabajo. Ganaban dinero», afirma Bensman.
Prueba de ello es el número de documentos de identidad que se desechan en la frontera y los relatos de los propios haitianos que escuchó Bensman.
El incidente del puente Del Río —cuando 15,000 haitianos se presentaron al mismo tiempo y acamparon bajo el puente— fue un problema para el gobierno de Biden porque ocurrió justo antes de las elecciones de mitad de periodo. Para resolver este asunto políticamente delicado, la Administración Biden dispuso que fueran transportados por aire de vuelta a Haití.
«La peor pesadilla para esos haitianos en particular era ser devueltos a Haití», dijo Bensman. Con el fin de crear las condiciones para que Haití aceptara el regreso de los migrantes, la Administración Biden «instaló» al Dr. Ariel Henry como líder de Haití «porque aceptó llevarse a los haitianos de ese campamento», dijo Bensman.
«Cuando los primeros llegaron a la pista, empezaron los selfies con el celular, y esos haitianos huyeron por miles hacia el sur, de vuelta a México, para escapar incluso de la posibilidad de acabar de vuelta en Haití».
Una nueva teología
En los últimos 50 años se ha afianzado en el ala progresista de Estados Unidos una ideología, dijo Bensman, que no cree en las fronteras ni en la soberanía nacional, y a la que se adhiere la Administración Biden.
Es una ideología «que sostiene que las fronteras nacionales tradicionales son un anacronismo, que están obsoletas. Es una ideología, y es tan profunda ahora que es casi como una religión», dijo.
Esta ideología nunca ha formado parte de la corriente dominante del partido demócrata, sino que ha sido más bien una minoría marginal que quiere abolir las leyes de inmigración, las detenciones y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), dijo Bensman. Esta facción de la izquierda se dinamizó tras la elección de Trump, y después de que Bernie Sanders perdiera las primarias demócratas por segunda vez, respaldó a Biden, lo que permitió a su facción influir en las políticas.
«Los progresistas liberales se hicieron con el control de la cartera de inmigración y fronteras. Esas personas proceden de un complejo industrial de defensa de los inmigrantes», dijo Bensman, añadiendo que el DHS forma parte del complejo.
«Alejandro Mayorkas … es un nuevo teólogo. Esta es su religión. Proviene de ese segmento de la coalición», dijo Bensman. Mayorkas ha «repetido como un loro» las demandas de la izquierda marginal y ha afirmado en repetidas ocasiones que la administración está creando «vías legales» para los inmigrantes, dijo Bensman.
Acuerdos secretos
Bensman dijo que el gobierno de Biden ha llegado a acuerdos secretos con países sudamericanos que están en ruta hacia Estados Unidos para facilitar y agilizar la llegada de migrantes a la frontera sur.
The Epoch Times se puso en contacto con la oficina de Mayorkas para pedirle comentarios.
El gobierno de Biden también ha llegado a acuerdos con el gobierno mexicano que «proporcionarán permiso legal para cruzar en un puerto de entrada», en coordinación con el gobierno estadounidense, dijo Bensman. «Y una vez que lo hacen, se les da permiso para trabajar e ir a cualquier parte del país que deseen hasta que un día, puedan solicitar asilo», dijo Bensman.
Independientemente del hecho de que la mayoría de los estadounidenses no entiendan cómo y por qué el sistema de inmigración de Estados Unidos funciona como lo hace, sigue afectando a sus vidas, dijo Bensman.
«Espero que el libro, mi último capítulo, abra algunos ojos también, en cuanto a lo que esto realmente parece, este tipo de impacto transformador de esta crisis».
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