El gobernador de New Hampshire, Chris Sununu, ha promulgado una ley de presupuestos para dos años que incluye, entre otras muchas cosas, la prohibición de enseñar la idea de que los individuos de una determinada raza o sexo son inherentemente racistas o sexistas.
El paquete de 13,500 millones de dólares, que el gobernador republicano calificó de «victoria para todos los ciudadanos y familias de este estado», establece un «programa para la libertad de enseñanza» similar a los vales, que permite a las familias utilizar la ayuda estatal para cubrir los gastos de la enseñanza privada y a domicilio. También contiene lo que antes se conocía como el proyecto de ley 544 de la Cámara de Representantes, que esboza que los «conceptos divisivos relacionados con el sexo y la raza» queden prohibidos en los programas y contratos financiados por el estado.
La nueva ley, al igual que otras de su tipo, sigue en gran medida el modelo de una orden ejecutiva del expresidente Donald Trump, ahora anulada. En concreto, prohíbe propagar la idea de que New Hampshire o Estados Unidos son fundamentalmente racistas o sexistas, que los individuos son intrínsecamente opresivos debido a su raza o sexo, que los individuos deben sentirse incómodos o culpables a causa de su raza o sexo, que la meritocracia y la «ética del trabajo duro» fueron inventadas por una raza para oprimir a otra, y cualquier otra forma de «estereotipo» o «chivo expiatorio» racial o sexual.
Dicho esto, la ley sigue permitiendo que los profesores, los organismos gubernamentales y los contratistas presenten estos conceptos de forma objetiva, defendiendo los principios de la libertad académica y la libertad de expresión. También establece que la prohibición no debe impedirles promover «la diversidad racial, cultural o étnica o la inclusividad», siempre que tales iniciativas sigan siendo coherentes con lo que exige la ley.
«Nada de lo dispuesto en este capítulo se interpretará como una prohibición de debatir, como parte de un curso más amplio de instrucción académica, los conceptos divisorios (…) de manera objetiva y sin respaldo», dice el texto de la ley.
La idea de que Estados Unidos y los estadounidenses de una determinada raza son intrínsecamente racistas es defendida por los defensores de la teoría crítica de la raza (CRT), de raíz marxista, que afirma que el racismo está en todos los aspectos de la sociedad estadounidense. Sus defensores tratan de desmantelar las instituciones estadounidenses que, según ellos, son herramientas de opresión racial. La ideología también ha recibido un mayor peso social gracias al Proyecto 1619 del New York Times, que publicó una colección de ensayos en los que se argumentaba, entre otras muchas afirmaciones controvertidas, que la razón principal de la Revolución estadounidense era preservar la esclavitud.
Un plan de estudios K-12 basado en el Proyecto 1619, desarrollado por el Centro Pulitzer, ha llegado a muchos distritos escolares públicos de todo el país, incluyendo Chicago, Illinois; Buffalo, Nueva York; y Newark, Nueva Jersey. Una nueva norma propuesta en abril por el Departamento de Educación también da prioridad a la financiación de programas de historia y educación cívica de Estados Unidos que incorporan el Proyecto 1619 y las obras del destacado defensor de la CRT Ibram X. Kendi.
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