Mientras el líder chino Xi Jinping hacía su primera aparición con el presidente Joe Biden en la cumbre climática global virtual de la Casa Blanca el 22 de abril, los legisladores republicanos advirtieron a su administración que no coopere con Beijing en materia de cambio climático.
Citando el largo historial del régimen de romper sus promesas, los republicanos dijeron que no se puede confiar en que el régimen chino actúe sobre cualquier compromiso de reducir sus emisiones que podría hacer. Ellos también temen que la administración Biden haga concesiones a Beijing para que obtenga su cooperación en el cambio climático, a expensas de otros temas cruciales, incluidos los derechos humanos y las prácticas comerciales injustas del régimen.
En la cumbre, Xi dijo que el país «limitará estrictamente» el aumento del consumo de carbón en los próximos cinco años y lo reducirá gradualmente en los siguientes cinco años.
China es el mayor consumidor de carbón del mundo, por mucha diferencia, y continúa construyendo más centrales eléctricas de carbón. También es el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo.
Xi también reiteró su compromiso del año pasado de lograr cero emisiones netas para 2060. En una nota conciliadora, Xi agregó que “China espera trabajar con la comunidad internacional, incluso con Estados Unidos” para abordar el cambio climático.
Su tono contrastaba con el de sus dos principales diplomáticos durante una reunión el mes pasado con funcionarios de Biden en Alaska. En una explosión pública, los funcionarios del Partido Comunista Chino, Yang Jiechi y Wang Yi, dejaron en vergüenza al secretario de Estado Antony Blinken y al asesor de seguridad nacional Jake Sullivan luego de que los funcionarios estadounidenses criticaran al régimen por una serie de cuestiones, incluidos los abusos de los derechos humanos, la coerción económica, y las agresiones militares.
La aparición de Xi en la cumbre se produjo una semana después de que el enviado especial de Estados Unidos, John Kerry, viajara la semana pasada a China para reunirse con funcionarios chinos para discutir sobre cómo «aumentar la ambición climática global». Su viaje fue la primera visita de alto nivel a China por parte de un funcionario de la administración de Biden desde que el nuevo presidente asumió el cargo. Después de las conversaciones, los dos países, en una declaración conjunta, acordaron que deben presentarse compromisos más firmes para luchar contra el cambio climático antes de una nueva ronda de conversaciones internacionales a finales de año.
Algunos legisladores republicanos se opusieron al viaje de Kerry, diciendo que fue un esfuerzo infructuoso.
“La China comunista nunca honrará ningún acuerdo climático. Estas ‘negociaciones’ hacen que Estados Unidos parezca blando y dañan las discusiones sobre nuestros intereses primarios con respecto a la seguridad nacional y los derechos humanos”, dijo el senador Rick Scott (R-Fla.) en un tuit el 14 de abril.
El representante Michael McCaul (R-Texas) describió la visita como «enviar una señal absolutamente incorrecta».
“La RPC [República Popular de China] es el mayor emisor de carbono y patrocinador de energía del carbón del mundo. Ahora, los artículos de Bloomberg revelan además que el trabajo forzado y las industrias contaminantes son fundamentales para los planes superficiales de energía verde de la República Popular China”, dijo McCaul la semana pasada.
Recientes reportajes de medios han planteado dudas sobre si los productos solares fabricados en China, incluido el polisilicio, utilizan trabajo forzado de uigures y otras minorías musulmanas en la región de Xinjiang, donde el régimen chino se ha embarcado en una amplia campaña de represión.
El polisilicio es la materia prima clave que se utiliza para producir paneles solares que generan electricidad a partir de la luz solar. Tres fábricas en Xinjiang producen colectivamente casi la mitad del suministro mundial de polisilicio, informó Bloomberg.
El senador Marco Rubio (R-Fla.), en una entrevista con Fox News el 21 de abril, dijo no estar de acuerdo con la participación de Xi en la cumbre.
“Incluso cuando participan en la cumbre, ellos están financiando miles de millones de dólares en plantas alimentadas con combustibles fósiles en todo el mundo, incluso dentro de China. Sus emisiones siguen aumentando”, dijo Rubio.
Además de construir decenas de nuevas centrales eléctricas de carbón a nivel nacional, el régimen ha comprometido USD 50,000 millones desde 2013 en financiación estatal para construir 26.8 gigavatios de instalaciones de carbón en el extranjero en 152 países a través de su iniciativa de La Franja y la Ruta (BRI), según un informe por Refinitiv. La BRI es un proyecto de inversión masiva en infraestructura destinado a expandir la influencia económica y política del régimen en todo el mundo.
Rubio agregó: “Por eso siempre le digo a la gente que la acción de Estados Unidos por sí sola es irrelevante cuando hay países como China que continúan aumentando sus emisiones. Y ellos no van a dejar de hacer eso».
El senador enfatizó la necesidad de juzgar al régimen por sus acciones, no por sus palabras. Rubio señaló la promesa de Xi en 2015 de no militarizar el Mar de China Meridional, solo para que el régimen proceda a intensificar sus esfuerzos en la construcción de puestos militares de islas artificiales en la región.
«Creo que Xi Jinping está más que feliz de vernos adoptar políticas que aumentarían los costos del crecimiento de nuestra economía, pero no creo que vayan a verlos hacer algo que frene su capacidad de crecimiento», dijo Rubio. «Y no los verán hacer nada que deje de financiar este tipo de actividad en todo el mundo, donde ahora controlan estas plantas de energía, y también les da influencia geopolítica».
Robert Atkinson, presidente del grupo de expertos ITIF, con sede en Washington, dijo que cooperar con Beijing en el cambio climático tendría un costo para Estados Unidos.
“China cobra un precio por todo. Ellos no son ingenuos. No son simpatizantes globales”, dijo Atkinson en una discusión virtual el 19 de abril.
El compromiso con el régimen sobre el clima «reduciría la influencia crítica de Estados Unidos necesaria para presionar a China para que desmantele su depredador (…) régimen mercantilista», dijo.
Si Estados Unidos pidiera al régimen que ayude a combatir el cambio climático, Xi aprovechará la oportunidad para obligar a Estados Unidos a suavizar su posición sobre los diversos abusos de Beijing, según Atkinson.
“Xi Jinping no es estúpido, no es ingenuo, él va a decir: ‘Sí, claro que te ayudaremos con el clima. Pero tienes que hacer estas otras cosas. Tienes que acabar con el sistema de control de exportaciones, y tienes que dejar de criticarnos por el robo de propiedad intelectual’”, dijo.
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