El proceso judicial del teniente general Michael Flynn, un exasesor de Trump, probablemente continuará después de las elecciones tras que una orden judicial señalara que no se fijará un calendario para un nuevo proceso hasta por lo menos otras tres semanas.
El Departamento de Justicia (DOJ) descartó el caso hace casi cuatro meses, pero el juez de Distrito Emmet Sullivan, que lo preside, se ha rehusado a aceptar la desestimación e insiste en continuar del proceso judicial.
Flynn se declaró culpable en diciembre de 2017 de mentir a los agentes del FBI durante una entrevista a principios de ese año. Pero se retractó de su declaración antes de la sentencia. Los fiscales decidieron desestimar el caso después de encontrar evidencia que indicaba que el buró no tenía una razón legítima para entrevistar a Flynn.
Sullivan respondió a la moción nombrando al exjuez federal, John Gleeson, para pelear en contra de la desestimación y determinar si Flynn debería ser acusado de desacato a la corte por retractarse de su declaración.
Un panel de tres jueces de la corte de apelaciones del Distrito de Columbia ordenó a Sullivan aceptar la desestimación en junio, pero Sullivan pidió a la corte en pleno conceder nueva audiencia al caso. La corte revocó la intervención y le devolvió el caso a Sullivan el 31 de agosto.
El 1 de septiembre, Sullivan ordenó a Flynn, al DOJ y a Gleeson presentarle a él antes del 21 de septiembre una propuesta de calendario para futuros procesos judiciales, incluyendo futuros informes escritos y tres fechas sugeridas para un alegato oral. También ordenó a las partes presentar una respuesta consolidada a terceras partes que se han pronunciado sobre el caso.
Con solo dos meses restantes, es poco probable que el caso se resuelva para el día de las elecciones.
Desde el principio, el caso de Flynn ha estado cargado políticamente. Flynn fue director de la Agencia de Inteligencia de Defensa durante la administración Obama y brevemente asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump.
Su caso fue fundamental para el discurso sin fundamento de que la campaña de Trump conspiró con Rusia para influir en las elecciones de 2016. El cargo contra Flynn era que mintió sobre sus llamadas con el entonces embajador ruso en Estados Unidos, Sergei Kislyak. El Departamento de Justicia reconoció más tarde que las llamadas eran legítimas y que el FBI no tenía ninguna razón para interrogarlo sobre ellas, aparte de intentar atraparlo en una mentira, lo cual no es un propósito de investigación adecuado.
Además de someterse a más demoras, Flynn también puede intentar pedir al Tribunal Supremo que examine el caso, aunque no está claro lo conveniente que podría ser una posible revisión o si el tribunal se encargaría del caso para empezar.
La abogada principal de Flynn, la exfiscal federal Sidney Powell, indicó que la defensa puede tener que tomar más medidas.
«Permanezcan atentos. No hemos terminado», dijo a The Epoch Times en una respuesta por correo electrónico.
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