Durante el mes de noviembre, los gobiernos de Nueva Zelanda, Estonia y Eslovaquia se pronunciaron en contra del Tratado sobre Pandemias, una medida impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para liderar la respuesta ante futuras pandemias y que implica la firma de un convenio con los países miembros.
El borrador del tratado establece que la OMS sería la autoridad central de coordinación en la elaboración de respuestas sanitarias para futuras pandemias a nivel internacional.
Sin embargo, luego de que se estableciera un gobierno conservador conformado por el Partido Nacional, ACT y NZ First en Nueva Zelanda el pasado mes de octubre, se esperan tomar medidas para trabajar en los intereses del país por encima de cualquier acuerdo que se firme con el organismo internacional.
De acuerdo con Radio New Zealand, se espera aplicar una «prueba de interés nacional» antes de aceptar cualquier «acuerdo de la ONU y sus agencias que limite la toma de decisiones nacionales, y vuelva a confirmar que la legislación nacional de Nueva Zelanda tiene primacía sobre cualquier acuerdo internacional».
El nuevo gobierno neozelandés, que pondrá fin a “todos los mandatos de vacunación contra la COVID-19 que siguen en vigor», también prometió dar comienzo a una investigación sobre la pertinencia de la gestión de la pandemia y evaluar aspectos como el impacto de las medidas de confinamiento o la eficacia de las vacunas.
Durante la pasada administración de la primera ministra Jacinda Ardern, la ministra de respuesta a la COVID-19, Ayesha Verrall, dijo que el gobierno «apoyaba plenamente» el tratado sobre la pandemia.
Por otro lado, el pasado 23 de noviembre, el Primer Ministro eslovaco, Robert Fico, dijo durante un discurso de su partido SMER que no estaba dispuesto a fortalecer los poderes de la OMS a expensas de los estados soberanos.
«Solo las compañías farmacéuticas locas podrían inventar semejantes tonterías», dijo a los más de 400 invitados, embajadores, delegados y miembros del partido presentes.
Fico criticó el manejo de la pandemia por parte del gobierno anterior por sus medidas represivas y las vacunas obligatorias.
Mientras tanto, los diputados de Estonia quienes se han abstenido de participar en las enmiendas acordadas por la Asamble Mundial de la Salud rechazaron tanto la propuesta de Tratado sobre Pandemias como las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI) en su totalidad, así como la financiación adicional a la OMS.
De acuerdo con una publicación del parlamentario conservador Kalle Grünthal, 101 miembros del parlamento enviaron el pasado 22 de noviembre una carta dirigida a la OMS alegando que Estonia rechazaba el acuerdo y las enmiendas adicionales del acuerdo.
“La República de Estonia, sobre la base del artículo 22 de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, anuncia que rechaza y no consiente el Acuerdo Internacional sobre Preparación y Respuesta ante la Pandemia, las enmiendas adicionales al Reglamento Sanitario Internacional (2005) y la mejora de la sostenibilidad de la financiación de la OMS”, señala el político en el comunicado.
En el año 2022, durante una reunión de la Asamblea Mundial de la Salud, Botswana, en nombre de otros 47 países africanos, rechazó la propuesta para reformar el RSI a través del cual se establecen las obligaciones jurídicamente vinculantes de los miembros de la OMS en relación con los brotes, de acuerdo con Reuters.
El diputado sudafricano Kenneth Meshoe escribió a través de la red social X: «El miércoles 25 de mayo, que era el Día de África, Botswana leyó una declaración en nombre de sus 47 miembros AFRO afirmando que no firmarían ni respaldarían las controvertidas enmiendas que habrían dado a la OMS poder para dictar políticas y ‘soluciones’ de salud. Bien hecho por África».
La OMS impulsa actualmente un tratado sobre pandemias con la idea de adoptar las medidas sanitarias necesarias frente a posibles pandemias. Según la organización, con el acuerdo se espera «apoyar la coordinación mundial a través de una OMS más sólida y más capacitada para rendir cuentas».
El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, también se pronunció durante una aparición televisiva en contra de la propuesta de la OMS y declaró: “La soberanía nacional no es algo que deba entregarse a la OMS u otras entidades y a lo que se pueda renunciar simplemente para unirse a un club de naciones aparentemente avanzadas».
Desde el año 2020 el organismo ha venido trabajando en el acuerdo, pero no fue hasta marzo del 2023 que los estados miembros decidieron trabajar en las negociaciones para dar comienzo a un proyecto preliminar, según un informe de la OMS.
El comunicado señala que la propuesta “arrancaba de la necesidad de garantizar que las comunidades, los gobiernos y todos los sectores de la sociedad –en el ámbito nacional y a nivel mundial– estuvieran mejor preparados y protegidos, a fin de prevenir y responder a futuras pandemias.
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