La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), dijo en una conferencia de prensa que cree que los demócratas tienen la mayoría en la Cámara de Representantes, aunque el recuento de votos continúa.
«Gracias por unirse a nosotros virtualmente esta noche, de modo que pueda elogiarles por mantener la mayoría demócrata en la Cámara», dijo Pelosi en una conferencia de prensa. «Hemos conservado la Cámara», dijo, y añadió, «cuando todos los votos sean contados, veremos cuánto mejor nos va».
Pelosi habló de las prioridades de los demócratas en su campaña, destacando el seguro médico en el contexto del brote del virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
«Nuestro propósito en esta contienda era ganar para poder proteger la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, y para que pudiéramos aplastar al virus, detener la propagación del mismo, recompensar a nuestros trabajadores que arriesgaron sus vidas para salvar vidas y que podrían estar perdiendo sus empleos, y para poner dinero en los bolsillos del pueblo estadounidense», dijo.
En cuanto al Senado, las esperanzas de los demócratas de controlar la cámara alta parecen haberse desvanecido. Los candidatos republicanos al Senado resistieron la embestida demócrata, ganando escaños en Alabama, Carolina del Sur, Iowa, Texas, Kansas y Montana. Varios escaños seguían sin un claro ganador el miércoles, y al menos un escaño requerirá una segunda vuelta en enero.
El destino de la presidencia pendía de un hilo el miércoles por la mañana. Tres estados indecisos —Wisconsin, Michigan y Pensilvania— podrían ser cruciales para determinar quién ganará la Casa Blanca.
Cuando las urnas cerraron el martes por la noche, ninguno de los dos candidatos había conseguido los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para asegurar una victoria. Cientos de miles de votos quedaron pendientes en Michigan y Pensilvania, y algunos condados en el estado de la piedra angular (otro nombre con el cual se conoce a Pensilvania) pausaron el recuento de las boletas de voto por correo para reanudarlo el miércoles.
Trump, en un extraordinario gesto, pidió que no se contaran las boletas pendientes, declaró la victoria y dijo que su campaña pediría a la Corte Suprema que se ocupara del asunto de los votos que aún no han sido escrutados. Trump afirmó que había ganado en Georgia, Carolina del Norte y Michigan a pesar de que aún quedaban cientos de miles de boletas sin contar.
«Esto es un fraude al público estadounidense. Es una vergüenza para nuestro país. Nos preparábamos para ganar estas elecciones. Francamente, ganamos estas elecciones», dijo Trump desde la Sala Este de la Casa Blanca.
Biden, en una breve aparición frente a sus partidarios en Delaware, instó a la paciencia y dijo que las elecciones «no han terminado hasta que cada voto sea contado, hasta que se cuente cada boleta».
«No me corresponde a mí ni a Donald Trump declarar quién ha ganado estas elecciones», dijo Biden. «Es la decisión del pueblo estadounidense».
El gobernador de Pensilvania, Tom Wolf, escribió en un tuit que en su estado todavía quedaban por contabilizar más de un millón de votos, y prometió a «a los residentes de Pensilvania que contaríamos cada voto y eso es lo que vamos a hacer».
El escrutinio de los votos suele continuar más allá del día de las elecciones, y los estados establecen en gran medida las reglas que establecen la fecha límite del recuento. En las elecciones presidenciales, el mes de diciembre es clave, momento en el cual los electores presidenciales se reúnen para emitir sus votos, un proceso regido por la ley federal.
Varios estados permiten que los votos por correo sean aceptados después del día de las elecciones, siempre y cuando tenga un matasello con una fecha anterior al martes. Eso incluye a Pensilvania, donde las boletas que tengan un matasellos del 3 de noviembre pueden ser aceptadas si llegan hasta tres días después de las elecciones.
Los demócratas suelen superar a los republicanos en la votación por correo, mientras que los republicanos buscan recuperar terreno en la participación durante el día de las elecciones. Eso significa que los márgenes iniciales entre los candidatos podrían verse influenciados por el tipo de votos —si es anticipado o si es depositado el día de las elecciones— que los estados están reportando.
A lo largo de la campaña, Trump puso en duda la integridad de las elecciones y sugirió repetidamente que los votos por correo eran propensos al fraude y que no debían ser contados. Ambas campañas disponen de equipos de abogados listos para ir a los estados indecisos si hubiese impugnaciones legales.
Con información de Associated Press.
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