Pentágono responde luego que Guardia Nacional de Oklahoma rechazara exigencia de vacunación

Por Jack Phillips
14 de noviembre de 2021 1:33 PM Actualizado: 14 de noviembre de 2021 1:33 PM

El Departamento de Defensa de Estados Unidos indicó que responderá al gobernador de Oklahoma, Kevin Stitt, después de que la Guardia Nacional de su estado sugiriera que rechazaría la orden de la vacunación contra el  COVID-19 impuesta por el Pentágono a todos los miembros del servicio militar.

«Estamos al tanto del memorando emitido por el general adjunto de Oklahoma en relación con la vacunación contra COVID para los miembros de la Guardia y de la carta del gobernador solicitando la exención. Responderemos al gobernador de manera apropiada», dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby, en una declaración a los medios de comunicación la noche del sábado.

Sin detallar cómo responderá el Departamento de Defensa (DOD), Kirby dijo que el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, «cree que una fuerza vacunada es una fuerza más preparada», y que es «la razón por la que ha ordenado la vacunación obligatoria de toda la fuerza, y eso incluye a nuestra Guardia Nacional, que contribuye significativamente a las misiones nacionales en casa y en el extranjero».

Las declaraciones de Kirby se produjeron después de que el recién nombrado comandante de la Guardia Nacional de Oklahoma, el general de brigada del ejército Thomas Mancino, emitiera un memorando el 11 de noviembre en el que indicaba que se negaría a aplicar la orden de vacunación del Pentágono.

La primera fecha límite de la orden de vacunación para las fuerzas armadas es el 2 de noviembre, aunque cada rama ha establecido diferentes plazos en los que los miembros deben vacunarse contra el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), que causa la enfermedad COVID-19. El Pentágono fijó el 30 de junio de 2022 como fecha límite para que todos los reservistas del Ejército y la Guardia Nacional se vacunen, según un comunicado de prensa del Sistema de Salud Militar federal publicado en septiembre.

“Por la presente ordeno que no se exija a ningún miembro de la Guardia de Oklahoma la vacuna COVID-19, a pesar de cualquier otro requisito federal», escribió Mancino en su memorándum.

«Los comandos de Oklahoma seguirán tramitando las exenciones de vacunas federales de acuerdo con la política del DoD», añadió. «Además, no se tomarán medidas administrativas o legales negativas contra los guardias que rechacen la vacuna COVID-19”.

Stitt, un republicano, pidió previamente a Austin y a otros líderes del Pentágono exenciones con respecto a la orden de la vacuna contra el COVID-19, y todavía está esperando una decisión, prosigue el memorando de Macino.

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El secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, habla durante una rueda de prensa en el Pentágono en Arlington, Virginia, el 3 de septiembre de 2021. (Drew Angerer/Getty Images)

El memorándum fue emitido justo un día después de que fuera designado para el Ejército y la Guardia Nacional de Oklahoma, en sustitución del general Michael Thompson, que había sido partidario de las vacunas contra el COVID-19 y dijo que los miembros de la Guardia se enfrentarían a las consecuencias.

«El gobernador había estado explorando la posibilidad de hacer un cambio durante varios meses, y (el general) Thompson había presentado su renuncia», dijo la portavoz de Stitt, Carly Atchison, en una declaración a The Epoch Times. «Una vez que el gobernador seleccionó a (el general) Mancino como su sustituto, el gobernador decidió adelantar los plazos».

El Pentágono aún no ha respondido a una solicitud de comentarios.

Mientras tanto, la exigencia de la vacuna por parte del DOD para los miembros del servicio militar se ha enfrentado a numerosas impugnaciones en los tribunales, incluyendo una presentada a principios de este mes por un grupo de SEALs de la Marina que argumentó que la Administración Biden les negó exenciones religiosas a la vacuna.

Su demanda, presentada en el Tribunal de Distrito de EE. UU. en el Distrito Norte de Texas la semana pasada, argumentaba que los demandantes buscaban una exención religiosa a la orden de la vacuna del Pentágono, pero se les negó el «derecho fundamental al libre ejercicio de la religión y a la protección contra la acción de la agencia», lo cual según ellos «es ilegal, contraria a la ley, y arbitraria y caprichosa».


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