Un veterano de la industria nuclear con 36 años de experiencia alerta sobre la introducción de una vacuna con «cero datos de seguridad a largo plazo» en la industria nuclear y advierte que podría causar problemas de seguridad nacional.
La Administración Biden ha emitido órdenes que podrían afectar a la industria nuclear.
A Ford le preocupa especialmente la orden para los contratistas federales y la de la OSHA, que están siendo impugnados jurídicamente pero aún no han llegado a la Corte Suprema.
«Esta no es la forma en que la industria nuclear ha abordado nunca este tipo de situaciones», dijo Michael Ford a The Epoch Times. «Traer un producto experimental, libre de responsabilidad, a nuestro lugar de trabajo y utilizarlo ampliamente, sin saber cuál es su historial ni nada por el estilo, es completamente contrario a las prácticas que se llevan a cabo en la industria nuclear».
El currículum de Ford incluye trabajos sobre investigación nuclear, armas nucleares y el ciclo del combustible nuclear. Fue un funcionario designado por el gobernador de Texas durante 14 años en el mandato de George W. Bush y Rick Perry.
Ford también ha sido presidente y miembro del consejo asesor sobre radiación de Texas durante 12 años y fue el presidente inaugural del Pacto Interestatal de Texas sobre residuos nucleares durante tres años.
Es un veterano de 16 años de Pantex Plant, la instalación más importante del país para el montaje final, el desmantelamiento y el mantenimiento de armas nucleares, que sirve de disuasión nuclear durante las negociaciones para Estados Unidos y sus aliados.
Sus medidas de seguridad en materia de explosivos nucleares son las más estrictas del mundo, hasta el punto de que examinan minuciosamente la cantidad de papel e incluso de toallitas de limpieza en la instalación debido a su inflamabilidad. También tienen mucho cuidado de no utilizar pernos y tuercas falsos chinos no probados, porque si funcionan mal en una zona crítica, el accidente resultante es «niebla roja y cenizas».
«Estamos poniendo más atención en eso que en las cosas que realmente estamos inyectando a la gente. Y [estamos] asumiendo que esas cosas son seguras, sin ninguna prueba o realmente lo contrario», dijo Ford.
«Estamos sometiendo a más escrutinio una caja de toallitas que una caja de vacunas que podría llegar a la planta».
El personal tiene una norma de abstinencia de 8 horas de alcohol y se somete a controles médicos aleatorios para asegurarse de que su juicio no se ve afectado por ninguna sustancia. Las pruebas incluyen toda una serie de drogas, y cualquier producto farmacéutico que se utilice debe tener una receta.
«Es una población laboral muy, muy, muy examinada desde el punto de vista de la salud».
Ford dijo a The Epoch Times que alrededor del 30% del personal que participa en el montaje, desmontaje, pruebas y evaluación de las armas nucleares no está dispuesto a aplicarse la vacuna.
Consolidated Nuclear Security, LLC, que es el actual contratista federal y empleador de aquellos en Pantex que no quieren aplicarse la vacuna contra el COVID-19, transmitió al gobierno federal los enormes impactos negativos que las órdenes de la vacuna podrían tener en la misión de Pantex y en la seguridad nacional.
«Desde entonces he sabido por mis contactos en D.C. que la respuesta del gobierno federal en Washington fue, ‘no nos importa, van a seguir estas órdenes de todos modos'», dijo Ford.
Muchas personas afectadas por las órdenes federales de vacunación contra el virus del PCCh (Partido Comunista Chino) se niegan rotundamente a recibir la vacuna, incluidos los médicos y los trabajadores sanitarios.
La diferencia significativa en el caso de los operadores de plantas de armas nucleares es que una vez que el personal está involucrado en las instalaciones nucleares, ya sea a nivel de gestión o técnico, tienen que obtener una autorización secreta y someterse a un grado superior de evaluaciones.
La formación y la información están muy compartimentadas y solo se conceden respectivamente a las personas que superan ciertos umbrales a lo largo de los años, lo que representa miles de años-persona de experiencia que es excepcionalmente difícil de sustituir.
En otras industrias, la escasez de empleados no es tan difícil de reemplazar, y solo si se despidiera a una gran parte del personal, sus operaciones se verían seriamente comprometidas; pero en el complejo de armas nucleares de EE.UU., no se trata del número de personas que se van: solo el despido de una o dos personas en puestos clave podría afectar a la seguridad nacional.
«No se necesitarían 100 personas o un par de cientos de personas para tener un impacto, se puede perder a uno o dos en áreas críticas que afectarían gravemente a la capacidad del país para mantener un programa de armamento específico porque tienes algunas personas que han acumulado décadas de conocimiento y son los principales expertos del país en este sistema de armas en particular», dijo Ford.
Los adversarios prestan atención
Ford está seguro de que los adversarios de Estados Unidos están atentos a los conflictos internos que provocan las órdenes.
«Los chinos, los rusos y todos los demás, todos nuestros adversarios tienen muy buenas redes de información».
«Puedes estar seguro de que están siguiendo esto, y los efectos negativos que estas órdenes están teniendo no solo desde un punto de vista numérico, sino incluso en la cultura, el impacto insidioso que estas órdenes tienen en las culturas que son necesarias para estas organizaciones, estas organizaciones críticas, los Laboratorios Nacionales, el complejo de armas nucleares, para operar como se pretende», dijo Ford.
«Esto está desgarrando estas organizaciones desde dentro», continuó Ford. «La confianza es muy importante en estas operaciones. Y ha sido absolutamente destruida por estas órdenes».
«Nuestros adversarios van a tomar nota», señaló además. «Se puede ver lo que está sucediendo en todo el mundo en términos de incursiones de Rusia en Ucrania, los chinos haciendo cosas que son provocativas con Taiwán».
«Ahora mismo están tratando de provocarnos para ver cuál va a ser la respuesta. Corea del Norte vuelve a hacer tonterías. Cuando vean que ‘Oh, sí, esto está ocurriendo en todo el país, independientemente de los militares, los Laboratorios Nacionales, el complejo de armas nucleares’ (…) esto no es algo que pueda presagiar nada bueno».
The Epoch Times se puso en contacto con la Casa Blanca para pedirle comentarios.
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