El viernes, el secretario de Defensa Lloyd Austin aprobó el despliegue de 100 miembros de la Guardia Nacional para ayudar a la Policía del Capitolio durante la manifestación del sábado en Washington D.C. que pretende denunciar el supuesto trato que recibieron algunos de los detenidos tras la irrupción del 6 de enero.
El portavoz del Pentágono, el teniente coronel del ejército Chris Mitchell, dijo el viernes que los miembros de la Guardia provendrán de la Guardia Nacional de Washington D.C. y estarán «estacionados en la Armería de Washington D.C. como fuerza de tarea de seguridad física para aumentar la aplicación de la ley en la manifestación del 18 de septiembre en el Capitolio».
Esto se produce antes de la manifestación «Justicia por el J6», en la que los manifestantes tienen previsto apoyar a las personas que fueron detenidas tras la irrupción en el Capitolio.
También se volvieron a colocar vallas altas alrededor del recinto del Capitolio. Después del 6 de enero, se levantaron vallas alrededor del Capitolio que permanecieron intactas durante meses.
Se enviaron miembros de la Guardia Nacional al Capitolio el 6 de enero en medio de las manifestaciones y de la irrupción, que se produjo durante la sesión conjunta del Congreso que certificó la elección del presidente Joe Biden. Los miembros de la Guardia estuvieron apostados alrededor de D.C. durante meses después.
La policía del Capitolio, en caso de necesitar ayuda, primero obtendrá los recursos de las fuerzas de seguridad locales, estatales y federales antes de solicitar a los miembros de la Guardia Nacional.
«El grupo de trabajo solo se desplegará a petición de la Policía del Capitolio para ayudar a proteger el edificio del Capitolio de EE. UU. y los edificios de oficinas del Congreso, vigilando los puntos de entrada del edificio y verificando las credenciales de las personas que deseen acceder al edificio», dijo Mitchell.
En un comentario esta semana, el expresidente Donald Trump pareció distanciarse de la concentración, pero también envió un comunicado que reflejaba el mensaje de los manifestantes, diciendo que los detenidos están siendo maltratados por el gobierno federal mientras están en la cárcel a la espera de juicio.
«El sábado, eso es una trampa», dijo Trump a The Federalist. «Si la gente no se presenta dirán: ‘Oh, es una falta de espíritu’. Y si la gente se presenta será hostigada».
Trump también declaró el jueves que «nuestros corazones y mentes están con la gente que está siendo perseguida tan injustamente en relación con la protesta del 6 de enero» y añadió que «ha demostrado de manera concluyente que somos un sistema de justicia de dos niveles».
Tras el incidente del Capitolio del 6 de enero, más de 600 personas han sido acusadas por los fiscales del Departamento de Justicia de toda una serie de delitos, desde delitos menores hasta cargos por delitos graves, como agresión, obstrucción de un procedimiento oficial o conspiración. Algunas docenas de esas personas siguen encarceladas en condiciones que han sido denunciadas por sus abogados y familiares.
A principios de este año, John Pierce, abogado de varios de los detenidos, así como el padre de uno de los sospechosos, dijo a EpochTV que algunos están detenidos 23 horas al día, no están recibiendo una atención médica adecuada y se les está restringiendo el acceso a su abogado defensor.
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