El secretario de Estado Mike Pompeo encabezó un grupo de funcionarios estadounidenses que criticaron los continuos abusos a los derechos humanos en China el 27 de octubre, día en que se conmemora el Día Internacional de la Libertad Religiosa.
«Tres de los actores que están más implicados en abusos contra la libertad religiosa a nivel mundial —la República Popular China (RPC), Irán y Corea del Norte— han intensificado sus medidas coercitivas para silenciar a su población», dijo Pompeo en un comunicado.
«Además de eso, la RPC ha procurado erradicar todas las formas de fe y credo que no sean acordes con la doctrina del Partido Comunista Chino», añadió Pompeo.
El gobierno de Estados Unidos designó el 27 de octubre como el Día Internacional de la Libertad Religiosa para conmemorar la firma de la Ley de Libertad Religiosa Internacional de 1998, que asegura que la promoción de la libertad religiosa sea una prioridad de la política exterior de Estados Unidos.
Firmada como ley por el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton en octubre de 1998, estableció una comisión federal independiente y bipartidista conocida como la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF), así como el cargo de embajador plenipotenciario para la libertad religiosa internacional, siendo su actual titular Sam Brownback.
Brownback escribió un tuit para conmemorar la ocasión, diciendo que la libertad religiosa que se disfruta en Estados Unidos debe ser «promovida y protegida en todo el mundo».
El embajador de los Estados Unidos también señaló al Partido Comunista Chino (PCCh) por lanzar «el sistema de vigilancia y adoctrinamiento más sofisticado para reprimir la libertad religiosa que jamás hayamos visto».
El régimen chino fue recientemente nombrado como el peor abusador de la libertad digital por sexto año consecutivo, en el informe anual del grupo de derechos Freedom House.
La semana pasada, Brownback destacó la «guerra contra la fe» de China en una entrevista para conmemorar el Día de la Libertad Religiosa con ShareAmerica, una plataforma del Departamento de Estado de EE.UU. para comunicar la política exterior estadounidense.
«Compartimos los informes, que otros hacen, de que las autoridades chinas han sometido a los prisioneros de conciencia, incluidos miembros de Falun Gong, uigures, budistas tibetanos y cristianos clandestinos, a la extracción forzosa de órganos. Esto debería impactar la conciencia de todos», dijo Brownback.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una práctica de meditación con enseñanzas morales centradas en los principios de «verdad, benevolencia y tolerancia», que se hizo extremadamente popular en China durante la década de 1990. En julio de 1999, el régimen chino lo consideró una amenaza y lanzó una campaña de persecución en todo el país.
Según el Centro de Información de Falun Dafa, millones de personas han sido detenidas dentro de prisiones, campos de trabajo y otras instalaciones, y cientos de miles han sido torturados mientras estaban encarcelados. Hay más de 4000 muertes documentadas como resultado de la persecución, aunque los expertos dicen que la verdadera cifra es probablemente mucho más alta.
Un tribunal popular con sede en Londres concluyó en junio de 2019 que la práctica sancionada por el Estado de la sustracción forzada de órganos estaba ocurriendo a «escala significativa» en China, siendo los practicantes de Falun Gong la principal fuente de órganos.
La presidenta de la USCIRF, Gayle Manchin, elogió las recientes sanciones de Estados Unidos contra los funcionarios chinos e iraníes responsables de graves violaciones de la libertad religiosa.
«Estas sanciones envían el fuerte mensaje de que el gobierno de Estados Unidos está comprometido a asegurar la responsabilidad por las violaciones de nuestro derecho más fundamental», dijo en un comunicado para conmemorar el Día Internacional de la Libertad Religiosa.
El gobierno de Estados Unidos ha sancionado a seis funcionarios chinos y a una entidad del PCCh por abusos a los derechos humanos en el caso de los musulmanes uigures en la región del extremo occidental de China, Xinjiang, donde se calcula que un millón de uigures están detenidos en campos de internamiento.
El secretario de Trabajo de EE.UU., Eugene Scalia, también destacó las prácticas de trabajos forzados del PCCh en un comunicado.
Las minorías religiosas y étnicas son forzadas a trabajar en campos de trabajo y reeducación auspiciados por el estado en China, señaló. Un informe del Departamento del Trabajo del mes pasado situó a China en el primer lugar entre 77 países con la mayor cantidad de bienes producidos por el trabajo infantil y el trabajo forzado.
Según el informe, las autoridades de EE.UU. encontraron que China produjo 17 tipos de bienes con trabajo forzado, incluyendo decoraciones navideñas, electrónica, calzado, prendas de vestir, juguetes, guantes y productos para el cabello.
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