Propuesta de investigación de 2018 muestra notables similitudes con brote de pandemia

Por Jeff Carlson y Hans Mahncke
12 de octubre de 2021 2:38 PM Actualizado: 12 de octubre de 2021 2:39 PM

Comentario

Las notables similitudes entre una propuesta recientemente filtrada de 2018 del jefe de la EcoHealth Alliance, Peter Daszak, y las características definitorias del COVID-19 plantean nuevas preguntas sobre los orígenes de la pandemia.

La propuesta, con fecha del 27 de marzo de 2018, expone el plan de la organización para crear coronavirus completamente nuevos mediante la combinación sintética de segmentos principales de virus preexistentes. Describe cómo esos virus se iban a hacer más virulentos en humanos mediante la inserción de un sitio de corte de una furina, una característica que distingue al COVID-19 de todos los demás coronavirus relacionados con el SARS.

El plan también preveía la creación de una vacuna en aerosol que podría utilizarse para inmunizar a las poblaciones de murciélagos salvajes.

La propuesta de Daszak, que fue filtrada por un informante a DRASTIC, una comunidad online de investigadores que estudian los orígenes de la pandemia, ha sido autentificada por Linfa Wang, una de las científicas que participó en la propuesta de Daszak.

Aunque no se sabe si la propuesta de Daszak se llevó a cabo, hay una serie de indicios que apuntan a que así fue, incluida una clara coincidencia entre su propuesta y el trabajo que estaba realizando el Instituto de Virología de Wuhan (WIV).

Las nuevas revelaciones contenidas en la propuesta de Daszak tendrán probablemente implicaciones de gran alcance en cuanto a la búsqueda actual de los orígenes del virus.

Sitio de corte de una furina

En torno al COVID-19 se han dado una serie de características desconcertantes que lo diferencian de cualquier otro coronavirus conocido.

El COVID-19, que estaba inmediatamente bien adaptado a la transmisión en humanos, está sorprendentemente mal adaptado para la infección en murciélagos, lo que indica importantes obstáculos evolutivos para adquirir su característica de transmisión en humanos a través de la evolución natural en las poblaciones de murciélagos.

Esta adaptación para la transmisión humana se puso de manifiesto en un estudio reciente de la revista científica Nature, en el que se señalaba que el virus del COVID-19 estaba adaptado de forma única para infectar a los humanos, ya que “exhibió la unión más alta a la (h) ACE2 humana de todas las especies probadas».

El COVID-19 es también el único coronavirus conocido relacionado con el SARS que contiene un sitio de corte de una furina, una característica que lo distingue de cualquier otro virus relacionado. El sitio de corte de una furina es la clave de la patogenicidad del virus en los seres humanos.

Esta característica del COVID-19 fue a menudo objeto de perplejidad por parte de los científicos al principio de la pandemia. Aunque se ha argumentado que un sitio de corte de una furina podría haber surgido de forma natural, no hay pruebas de que esto haya ocurrido. Sin embargo, se han insertado sitios de corte de una furina en un entorno de laboratorio.

Un sitio de corte de furina puede ser insertado utilizando tecnología sin fisuras, un proceso que no dejaría evidencia de una inserción en el laboratorio. Shi Zhengli, la directora del WIV y una de las socias de Daszak en la propuesta, supervisó una tesis en abril de 2017 que detallaba cómo su laboratorio ya estaba realizando experimentos que reemplazaban el «gen S sin rastros» en los coronavirus de los murciélagos.

Tanto Daszak como Shi se han esforzado por evitar la discusión sobre el sitio de corte de furina.

Daszak ha restado importancia públicamente a la presencia del sitio de corte de furina, mientras que simultáneamente no ha admitido que propuso insertar tales sitios en los coronavirus junto con el WIV.

Shi describió las características del COVID-19 con gran detalle en su influyente artículo del 3 de febrero de 2020 en la revista Nature. Sin embargo, omitió llamativamente cualquier mención al sitio de corte de una furina del virus.

La omisión de Shi es sorprendente, ya que la presencia del sitio de corte de furina era inmediatamente visible al observar la secuencia genómica de COVID-19, que se publicó en enero de 2020. La importancia del sitio fue reconocida por Vincent Racaniello, un virólogo y defensor de los orígenes naturales que frecuentemente presenta a Daszak en sus podcasts semanales. Solo unos días después de que Shi ocultara la existencia del sitio de corte de la furina, Racaniello dijo que la inserción de un sitio de corte de la furina en otro virus, el virus de la gripe H5N1, mostraba que creaba una «mayor patogenicidad».

También se preguntó si la «inserción de un sitio de corte de furina permitió que un [coronavirus de murciélago] ganara la capacidad de infectar a los humanos».

Segmento principal

A pesar de la presencia de un sitio de corte de furina único, el COVID-19 se parece en general a otros coronavirus de murciélago. Pero, llamativamente, el segmento principal genómico del virus no coincide con ningún segmento principal registrado anteriormente.

Esta falta de un segmento principal rastreable ha sido uno de los principales argumentos utilizados por los defensores del origen natural en sus afirmaciones de que el virus no podría haber sido diseñado. Kristian Andersen, un científico que se ha hecho conocido por promover el discurso del origen natural, citó específicamente esto en su documento sobre el origen próximo, cuando afirmó que «los datos genéticos muestran irrefutablemente que el SARS-CoV-2 no deriva de ningún segmento principal del virus utilizado previamente».

Pero hay varios problemas con este argumento.

La falta de un segmento principal previamente utilizado como base para la ingeniería genética no excluye el uso de uno desconocido. El argumento del origen natural presupone que todos los científicos publicaron diligentemente sus secuencias genómicas en bases de datos públicas. Sabemos que el Instituto Wuhan, que supuestamente recogió miles de cepas virales diferentes durante su trabajo en el sur de China, retiró abruptamente su base de datos de secuencias virales en septiembre de 2019.

La propuesta de Daszak introduce otra posibilidad, una que encaja notablemente bien con lo que se conoce sobre el segmento principal de COVID-19. Daszak esbozó un plan para crear virus «de consenso» completamente nuevos mediante la combinación sintética de virus existentes, lo que daría lugar a un virus completamente nuevo que no sería directamente rastreable en ningún árbol genealógico.

Estos virus «de consenso», que no existen en la naturaleza, no tendrían un ancestro singular porque serían un promedio genético de los virus utilizados en su creación. Los nuevos virus aparecerían como compuestos de sus componentes subyacentes.

Un estudio reciente examinó más de 13,000 murciélagos y descubrió que muchos de ellos eran portadores de virus relacionados con el primer virus del SARS. Pero el estudio no encontró ni un solo caso de virus relacionado con el COVID-19.

El plan de Daszak era construir de tres a cinco coronavirus sintéticos de este tipo al año.

El uso de un segmento principal sintético en el COVID-19 parece haber sido un tema de discusión durante una teleconferencia organizada por el Dr. Anthony Fauci el 1 de febrero de 2020, en la que los participantes, incluido Fauci, fueron informados por los científicos presentes de que parecía muy probable que el virus se hubiera originado en un laboratorio.

A los pocos minutos de iniciarse la teleconferencia, uno de los participantes envió una pregunta por correo electrónico al grupo: «¿Tenemos que hablar también del segmento principal, no solo del inserto?».

La propuesta de Daszak de 2018 proporciona ahora una posible explicación de por qué el grupo de teleconferencia de Fauci también tenía interés en el segmento principal del virus.

Si el COVID-19 fue creado de la manera descrita en la propuesta de Daszak, explicaría por qué no hemos encontrado una buena coincidencia con el virus en la naturaleza. Un virus sintético, por definición, sería diferente de todos los demás virus y no tendría ningún progenitor directo. La idea de que el COVID-19 se basa en un segemento principal sintético también está respaldada por el hecho de que se asemeja a los virus existentes en varias partes de su secuencia.

Vacuna de nanopartículas

La propuesta de Daszak también detallaba un plan para liberar vacunas contra el coronavirus en el aire en poblaciones de murciélagos salvajes en China. El propósito aparente era inocular a los murciélagos antes de que el virus pudiera saltar a los humanos, liberando en las cuevas de los murciélagos nanopartículas en aerosol que penetraran en la piel y que contuvieran «nuevas proteínas S quiméricas».

Aunque la idea de inmunizar en masa a las poblaciones de murciélagos silvestres parece algo descabellada, la propuesta de Dasak sobre el uso de una vacuna en aerosol coincidía notablemente con los trabajos que realizaba al mismo tiempo el Instituto de Virología de Wuhan.

Según los correos electrónicos publicados recientemente en virtud de una solicitud de la Ley de Libertad de Información, Chen Ping, representante del NIAID en China, envió un correo electrónico en febrero de 2018 que destacaba un nuevo tipo de vacuna contra la gripe que había sido desarrollado por el WIV y que utilizaba nanotecnología en su proceso de suministro.

Chen incluyó un reportes de los medios de comunicación que mencionaba la nueva vacuna de nanotecnología creada por el WIV y alertó a la Sección de Medio Ambiente, Ciencia, Tecnología y Salud (ESTH) de la embajada de Estados Unidos en Beijing, así como al consulado de Estados Unidos en Wuhan. Sin embargo, cuando Chen y la ESTH trataron de seguir la información, el reporte de noticias chino había sido borrado y cualquier enlace a la nueva vacuna estaba bloqueado en la Internet china.

El solapamiento entre la propuesta de vacuna de Daszak y la nueva vacuna de nanotecnología desarrollada por el WIV es un posible indicador de que el trabajo sobre el plan de Daszak ya estaba en marcha. Daszak ha trabajado estrechamente con Shi y el WIV durante al menos 15 años. Algunos científicos también han señalado que el nivel de detalle de la propuesta de Daszak indica que el trabajo ya se estaba realizando, pero hasta ahora no había pruebas tangibles de ello.

Aunque no se sabe si la vacuna de nanopartículas de la que se habla en la propuesta de Daszak es la misma vacuna de nanotecnología creada por el WIV, la propuesta de Daszak se hizo solo cuatro semanas después de que la instalación completara el desarrollo de su nueva «nanovacuna». También es digno de mención el empeño que pusieron las autoridades chinas en borrar de Internet cualquier información relacionada con la nueva vacuna.

¿Hecho en el laboratorio o una notable coincidencia?

Sorprendentemente, la propuesta de Daszak de 2018 ofrece tres posibles vínculos distintos con los orígenes de la pandemia. Detallaba cómo él y sus colaboradores del Instituto de Virología de Wuhan planeaban diseñar genéticamente un sitio de corte de furina «específico para humanos» en los coronavirus. Un sitio de corte de furina es la característica que define al coronavirus que surgió en Wuhan en 2019.

La propuesta también detallaba la creación de virus de consenso completamente nuevos que efectivamente no tendrían un ancestro claro en la naturaleza. De nuevo, la falta de linaje ancestral es una característica notable del COVID-19.

Por último, Daszak propuso crear una nueva vacuna de coronavirus con nanopartículas. Al mismo tiempo, el WIV había desarrollado una vacuna notablemente similar utilizando lo que parece ser la misma tecnología.

En última instancia, parece que solo hay dos posibilidades para los orígenes del virus. O bien se creó un virus en el laboratorio de Wuhan de acuerdo con la propuesta de Daszak de 2018 y finalmente se escapó, o bien un virus con las mismas características contenidas en la propuesta de Daszak evolucionó de forma natural y surgió en Wuhan, a más de 1000 millas del reservorio de murciélagos más cercano.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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