Cuatro representantes del Partido Republicano presentaron en el Congreso un nuevo proyecto de ley encaminado a reducir la dependencia de Estados Unidos a las importaciones chinas de productos farmacéuticos y dispositivos médicos.
La legislación llamada Ley de Protección de nuestra Cadena de Suministro Farmacéutico de China de 2020, fue introducida recientemente por Ted Budd (R-N.C.), Mike Gallagher (R-Wis.), Liz Cheney (R-Wy.), y Elise Stefanik (R-N.Y.).
Se requerirá que el secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos compile y mantenga una lista del país de origen de todos los medicamentos comercializados en Estados Unidos.
La lista también identifica los ingredientes farmacéuticos activos (API) —aquellos componentes individuales que dan a los medicamentos sus efectos terapéuticos— que se produzcan exclusivamente en China.
Por ejemplo, Estados Unidos ya no produce penicilina, después de que la última instalación que lo fabricaba en el país cerrara en 2004. Las compañías que fabrican el API de la penicilina se encuentran principalmente en China.
El proyecto de ley también requiere que el Departamento de Salud y Servicios Humanos, el Departamento de Asuntos de Veteranos, el Departamento de Defensa, y cualquier programa federal de atención de la salud compren para el 2022 medicamentos que contengan al menos el 60 por ciento de los API fabricados en países distintos de China. Esa proporción aumentará hasta el 100 por ciento para 2023.
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Estados Unidos obtiene la mayoría de sus medicamentos genéricos de la India y China, según datos de la Asociación de Medicamentos Accesibles, con sede en Washington. China también suministra más del 90 por ciento de los antibióticos y el 95 por ciento del ibuprofeno que consume Estados Unidos. Los respiradores, las mascarillas quirúrgicas y el equipo de protección también son suministrados principalmente por China.
Para motivar a los fabricantes a producir productos farmacéuticos y dispositivos médicos en Estados Unidos, el proyecto de ley les proporcionaría incentivos económicos bajo el artículo 168(k) del Código de Rentas Internas, que permite a las empresas amortizar el 100 por ciento de los costos asociados con su compra de productos para la fabricación —artículos puestos en servicio entre el 31 de diciembre del año pasado y el 1 de enero de 2026— en lugar de depreciarlos con el tiempo.
«Mientras trabajamos juntos para combatir la pandemia del coronavirus, debemos empezar a repensar cuán dependientes somos de China para los suministros médicos y farmacéuticos. Esto es especialmente cierto debido a la reciente amenaza de China de interrumpir a Estados Unidos los medicamentos críticos», dijo Budd, en un comunicado de prensa sobre el proyecto de ley.
El 4 de marzo, el medio estatal chino Xinhua volvió a publicar una entrada de blog que describía la dependencia de Estados Unidos de China para los suministros médicos a raíz del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como el nuevo coronavirus.
«La mayoría de las máscaras faciales en el mercado estadounidense se fabrican e importan de China (…) La mayor parte de la medicina en Estados Unidos es importada de otros países», destacó el artículo. «Si China prohíbe las exportaciones a Estados Unidos, estos entrarán en un infierno causado por el coronavirus».
«Las escandalosas amenazas del Partido Comunista Chino de negar a Estados Unidos medicamentos que salvan vidas ponen en peligro la salud pública y deberían abrirnos los ojos a nuestra peligrosa dependencia excesiva de China en nuestra cadena de suministros médicos», indicó Gallagher en el comunicado de prensa.
«Este es un imperativo de seguridad nacional que para muchos estadounidenses es un asunto de vida o muerte. Ya es hora de que desarrollemos un plan agresivo para alejar de China las cadenas críticas de suministro farmacéutico», añadió el representante.
Un proyecto de ley acompañante (S.3537) fue presentado en el Senado el 19 de marzo por Tom Cotton (R-Ark.), Marsha Blackburn (R-Tenn.), y Ted Cruz (R-Texas).
Cheney advirtió que «confiar en el Partido Comunista Chino —cuyas mentiras sobre el coronavirus crearon la pandemia a la que ahora nos enfrentamos— para los medicamentos esenciales, es peligroso y miope», según el comunicado.
El encubrimiento inicial del virus por parte de Beijing ha sido bien documentado, en particular su decisión de silenciar a ocho médicos, entre ellos al oftalmólogo Li Wenliang, después de que éstos publicaran en los medios de comunicación social chinos una nueva forma de neumonía a finales de diciembre. Posteriormente, Li fue citado a una comisaría de policía local por «rumores».
«China es un adversario que utilizará cualquier dependencia de Estados Unidos como chantaje para lograr sus nefastos objetivos», añadió Cheney. «Esta legislación es un paso crítico para asegurar nuestras cadenas de suministro y el pueblo estadounidense».
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