Religiosidad de latinas les ayudó a superar la depresión y ansiedad en la pandemia: estudio

Por Cristina Bazán
20 de abril de 2024 11:06 AM Actualizado: 20 de abril de 2024 11:29 AM

Un estudio publicado recientemente muestra cómo la religiosidad ayudó a las mujeres latinas a afrontar de manera más positiva la pandemia, disminuyendo su ansiedad y depresión.

El estudio, publicado el 13 de abril en la Revista de Religión y Salud, analizó el papel de la fe en la salud mental de las mujeres hispanas durante la pandemia. Encontró que “la religiosidad fue beneficiosa para estas mujeres”, ya que experimentaron menos depresión y ansiedad durante los primeros doce meses de la pandemia.

Las 89 mujeres hispanas que participaron en este estudio de estilo de vida enfrentaron desafíos relacionados con la vivienda, el trabajo, la inseguridad alimentaria y afectaciones a su salud mental durante el primer año de la pandemia.

El estudio contó con un grupo focal de 6 participantes que fueron directamente afectadas por el COVID-19, ya sea porque ellas mismas o alguien de su familia lo contrajo.

A este grupo se le aplicaron encuestas breves y discutieron sobre los temas relacionados con el afrontamiento de las dificultades en ese periodo.

Todas las mujeres del grupo focal sintieron preocupación y miedo de que ellas mismas o algún miembro de su familia contrajera el virus, lo que provocó un aumento de su depresión y ansiedad.

También reportaron sentir miedo al futuro en temas como la inseguridad laboral, incluso cuatro de ellas perdieron su trabajo y una perdió su casa. Además, solo una de las seis no sufrió inseguridad alimentaria en ese entonces.

Se sabe que enfrentar este tipo de dificultades causa estrés y afecta la salud mental de las personas. Por otro lado, la novedad del virus implicaba enfrentarse a algo desconocido y esto también afectó su salud mental.

Estas seis mujeres sintieron miedo de que los medicamentos y tratamientos contra el virus no funcionaran, así como miedo al sistema de atención médica.

“Sin embargo, la fe y la confianza en Dios como mecanismo de supervivencia fue un tema emergente destacado. También se expresó gratitud hacia Dios, la familia y los grupos de apoyo y se le atribuyó el mérito de los resultados”, informa este estudio.

Las mujeres del grupo focal consideraron que la cultura hispana tienen algunos beneficios que les ayudaron a enfrentar sus problemas, como el unirse para apoyar a los miembros de la familia; aunque eso no era suficiente para eliminar por completo los niveles de depresión.

También hablaron de otros factores culturales muy particulares de su comunidad, como la incredulidad de otros latinos hacia la infección por COVOD-19 y el papel tan destacado de las mujeres en el hogar.

Les preocupaba que otros hispanos no se tomaran en serio los contagios y que trataran de evitar hacerse la prueba del virus “por temor a quedar aislados como resultado de la hospitalización”.

Por otra parte, se sintieron presionadas por las expectativas culturales para cumplir su rol en sus hogares, a pesar de estar enfermas. Esto aumentó su estrés y preocupación.

Sin embargo, este difícil periodo les permitió acercarse más a su familia y se unieron para tratar de alentar a otros miembros que se habían contagiado, “apoyándolos cuando fuera necesario y encontrando una manera de ser positivos y afrontar la situación”, indica el estudio.

“Las participantes atribuyeron todos [estos] comportamientos y valores a la resiliencia de la cultura latina” y “atribuyeron su capacidad para afrontar las luchas emocionales y los miedos” que surgieron cuando alguien de su familia se contagió “a sus creencias religiosas, como confiar en que Dios es una fuente confiable de fortaleza”.

“Le dieron crédito a Dios por ayudar a su familia a superar la pandemia, por su capacidad para tomar las precauciones necesarias y superar obstáculos, por evitar que contrajeran el virus y por su experiencia de ansiedad relativamente leve», afirma el estudio.

A woman prays at the conclusion of a vigil at St Pius X Church in El Paso, Texas. (Mario Tama/Getty Images)
Una mujer reza al concluir una vigilia en la iglesia de San Pío X en El Paso, Texas. (Mario Tama/Getty Images)

Las mujeres también expresaron gratitud hacia Dios por las conexiones sociales con las que contaron en ese tiempo, como los grupos de apoyo y las familias de su iglesia.

Los autores del estudio Maud Joachim-Célestin, Nishita Matangi, Jemima Ruth Bagcus y Susanne B. Montgomery, sugieren que dados los hallazgos del mismo, se debería explorar aún más el papel de la fe para ayudar a las personas en tiempos difíciles.

Hay investigaciones que muestran que “en tiempos de incertidumbre o desastres naturales”, la religiosidad actúa como moderadora de la salud física y mental, señalaron.

“Cuando las personas tienen menos control sobre sus vidas y enfrentan incertidumbre, a menudo recurren a la religión como estrategia de afrontamiento”, según Almaraz, Pirutinsky, Stege y Godinez, referentes del estudio.

Características de las participantes

El estudio se llevó a cabo en la zona de Inland Empire, al sur de California, durante el primer año de la pandemia.

Para su realización se aplicación encuestas a 89 mujeres latinas mayores de 18 años, que estaban inscritas en una intervención de estilo de vida adaptada culturalmente para latinas con sobrepeso y obesidad.

La mayoría de estas mujeres estaban casadas (79.8%) y habían nacido en México (80.9%) y casi todas (96.2%) habían vivido en Estados Unidos durante más de 10 años.

Al inicio, la mayoría (84.3%) vivía en un hogar de 3 o más personas, casi todas  tenían más de un hijo (92.1%) y eran las principales responsables de cocinar en sus hogares (97.7%).

En cuanto a sus creencias religiosas, la mayoría de ellas profesaban alguna religión protestante y solo 17 eran católicas.

Asimismo, más de la mitad de ellas estaban desempleadas (63%), la mayoría (85.5%) tenía bajos ingresos familiares (menos de 51,000 dólares) y menos de la mitad tenían dificultades para conseguir alimentos (36.8%).

Adicionalmente, los ingresos familiares de más de las tres cuartas partes de estas mujeres disminuyeron durante la pandemia, pero la mayoría de ellas tenía al menos un miembro de la familia que se mantuvo activo como trabajador esencial.

Aproximadamente la mitad (45%) había estudiado máximo hasta el bachillerato y apenas menos del 10% había estudiado una licenciatura.

Los latinos fueron algunos de los grupos que sufrieron más ansiedad y depresión durante los primeros meses de la pandemia, ya que reportaron tasas más altas de inseguridad laboral, habitacional y alimentaria.

La mayoría de ellos son católicos, aunque el número de adultos que se identifican con esta religión está disminuyendo, según una encuesta del Pew Research Center.

Este grupo demográfico también se caracteriza por mantener sus valores tradiciones y la fe a pesar de que en los últimos años han enfrentado muchos desafíos en este ámbito.

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