Durante las vacaciones del Año Nuevo Lunar, el régimen chino afirmó que no registraba nuevos contagios del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) en el país. Sin embargo todavía se mantenían los cierres totales de las provincias de Hebei, Jilin y Heilongjiang.
«Esto es un ‘cero’ político. El brote del virus en China sigue siendo muy grave», declaró en una entrevista telefónica realizada el sábado un residente de Wuhan de apellido Wu a The Epoch Times en lengua china. «Las cifras que difundió el gobierno [chino] son falsas (…) Ellos saben claramente del brote, pero no se lo dicen a la gente».
Por su parte una persona de la ciudad de Changchun, en la provincia de Jilin, dijo que recientemente hubo un brote en un hospital local.
Flores de Wuhan
En los primeros días del Año Nuevo Lunar, que comenzó el 12 de febrero, las flores frescas se agotaron en Wuhan, la ciudad donde se produjo el primer brote del virus. El 14 de febrero muchos floristas declararon a los medios de comunicación estatales que no habían descansado en las últimas 50 horas, para seguir preparando los pedidos de ramos.
Los residentes de Wuhan dijeron a The Epoch Times que la ciudad tiene la costumbre local de que en los tres primeros días de la fiesta del Año Nuevo Lunar, la gente compra ramos de caléndulas o crisantemos para conmemorar a los miembros de la familia que fallecieron en el último año.
«Todas las flores se agotaron, lo que refleja que el número de muertos por el virus es enorme y mucho mayor que las cifras oficiales anunciadas», dijo en una entrevista Zhang Hai, residente de Wuhan. «Hay familias que conozco que perdieron a sus seres queridos exactamente el día del Año Nuevo Lunar del año pasado».
El brote fue más grave en el invierno de 2020. Los hospitales de Wuhan se vieron desbordados por los pacientes que presentaban síntomas graves. Las autoridades también ordenaron la construcción de 14 hospitales improvisados de emergencia para tratar a 12,000 pacientes de COVID-19.
The Epoch Times también obtuvo datos internos que mostraban que las autoridades subestimaban las infecciones. Las autoridades de la ciudad afirman que 50,333 personas en Wuhan fueron diagnosticadas con COVID-19, de las cuales 3869 fallecieron.
Del 12 al 14 de febrero, el tema más candente entre los habitantes de Wuhan en las plataformas de redes sociales chinas fueron las flores. Los vídeos compartidos en Weibo y WeChat mostraban a los floristas confeccionando ramos de flores y largas colas de espera en las floristerías locales.
«El precio de un solo crisantemo ahora es de 150 yuanes (23 dólares)», se quejó un residente de Wuhan en un vídeo que compartió en Weibo el viernes. El precio habitual de un solo crisantemo en Wuhan suele ser inferior a 20 yuanes (3 dólares).
«Antes, todas las calles estaban llenas de caléndulas y crisantemos para la venta. Pero este año, es difícil comprarlos», dijo el sábado a The Epoch Times en lengua china otro residente de Wuhan que deseaba permanecer en el anonimato. En su opinión, el número de muertos por el virus en la ciudad debe ser mucho mayor que el anunciado por el gobierno.
Los entrevistados dijeron a The Epoch Times que no podían comprar flores porque la mayoría de las floristerías estaban agotadas.
Una familia de Wuhan
Zhong compró unos crisantemos de color blanco para su hijo Peng Yi (seudónimo), que falleció a causa del COVID-19 el 19 de febrero de 2020.
Cuando Zhong fue entrevistado el año pasado, indicó que las autoridades locales dijeron que la enfermedad no era contagiosa, por lo que su familia decidió hacer una gran cena en un restaurante la noche del 20 de enero de 2020. «En ese momento, casi todos los restaurantes de Wuhan estaban llenos de comensales porque el régimen nos dijo que la neumonía [COVID-19] no se transmitía entre humanos», indicó Zhong.
A continuación, tres días después la ciudad entró en un cierre total. El hijo de Zhong, Peng, comenzó a experimentar síntomas el 24 de enero de 2020 y se le diagnosticó COVID-19 el 29 de enero.
«El hospital estaba lleno de pacientes y no pudimos encontrar ningún otro hospital que pudiera tratar a mi hijo», recordó Zhong.
Junto con todos los miembros de su familia se esforzó por encontrar un hospital con espacio disponible. Finalmente, el 6 de febrero de 2020 Peng fue admitido en el Hospital Popular de Wuhan. Sin embargo, Peng le dijo a la familia que el hospital estaba en un estado caótico y que no recibió ningún alimento ni tratamiento durante más de 24 horas.
Zhong cree que su hijo no habría contraído COVID-19 si las autoridades hubieran sido más transparentes sobre el brote en ese momento. «Mi hijo murió en el hospital sin ningún familiar a su lado», lloró Zhong.
Durante el brote inicial, el gobierno de Wuhan tampoco permitió que los familiares visitaran a los pacientes con COVID-19, ni que vieran los cuerpos de los fallecidos. Las autoridades distribuyeron cenizas incineradas a gran escala a finales de marzo de 2020. El padre sospecha que las autoridades incineraron apresuradamente los cuerpos y no clasificaron adecuadamente los restos incinerados.
Jilin
La falta de información continúa en la actualidad.
El gobierno de la ciudad de Changchun, en la provincia de Jilin, al noreste de China, anunció en febrero que el Primer Hospital de la Universidad de Jilin se había hecho cargo desde el 25 de enero del Hospital de Enfermedades Infecciosas de Changchun, un hospital designado para tratar a los pacientes de COVID-19.
Las autoridades no dieron ninguna explicación sobre la toma de posesión. Una persona involucrada en la toma de posesión dijo a The Epoch Times que el hospital tenía un brote epidémico.
«Un médico que trató a pacientes de COVID-19 se infectó y y recibió el diagnóstico el 23 de enero. Antes de que le diagnosticaron la enfermedad se desplazó cada día para ir al trabajo. Entonces, todo el personal médico del hospital, así como los conductores de vehículos de alquiler, fueron puestos en cuarentena por ser contactos cercanos del médico», dijo el informante.
The Epoch Times no pudo verificar la información de forma independiente. Pero Changchun anunció que todos los pacientes del hospital de enfermedades infecciosas fueron retirados, puestos en cuarentena y tratados en otras instalaciones antes de que se hicieron cargo de ellos.
Una fuente apellidada Yang tiene parientes que viven en la ciudad de Tonghua, también en Jilin. Su pariente le dijo que seguían en cuarentena en su casa a pesar de que la ciudad afirmaba que no había nuevos casos del virus en los últimos días.
«El 30 de enero, el gobierno anunció dos nuevos contagios en Tonghua. Mi pariente me dijo que más de 200 residentes fueron diagnosticados positivos ese día», dijo Yang.
The Epoch Times no pudo verificar esta información, pero los residentes de Tonghua afirmaron en entrevistas recientes que todavía debían permanecer en casa.
Los residentes de las ciudades de Shijiazhuang y Xingtai, en la provincia de Hebei, del distrito de Daxing, en Beijing, y de la ciudad de Harbin, en la provincia de Heilongjiang, también se quejaron de que seguían encerrados en casa, aunque las autoridades afirman que no hay infecciones.
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