Una coalición de senadores republicanos que recientemente visitaron la frontera sur de Estados Unidos está instando al presidente Joe Biden a tomar medidas rápidas y revertir sus decisiones políticas que, según ellos, causaron el aumento significativo de la inmigración ilegal en los últimos meses.
Un grupo de diez senadores redactaron una carta dirigida a la Casa Blanca en la que detallan el desgarrador relato de sus observaciones durante una visita a la frontera y a las instalaciones de inmigración a fines de marzo. Ellos afirmaron que fueron testigos de primera mano de la actuación de los traficantes de personas y relataron un angustioso caso de agresión sexual a una niña llevada a Estados Unidos.
«El recorrido de nuestra delegación por la frontera fue revelador. Sabíamos que era una crisis antes de llegar, porque habíamos visto las estadísticas. Pero presenciarla fue diferente», escribieron los senadores en su carta.
«Desde los coyotes que abuchean a los agentes fronterizos sobre el terreno, hasta los peligros sanitarios y humanitarios de la zona de procesamiento de Anzalduas, pasando por los niños aterrorizados y confundidos en las condiciones insalubres y de hacinamiento de las instalaciones de Donna, hasta la lucha de las comunidades fronterizas locales cerca del puente de Pharr, lo que vimos nos convenció de que esto es más que una crisis. Es una tragedia», dijo el grupo.
Los firmantes de la carta incluyen a los senadores Ted Cruz (R- Texas), John Thune (R-S.D.), John Barasso (R-Wyo.), Susan Collins (R-Maine), John Hoeven (R-N.D.), Mike Lee (R-Utah), Steve Daines (R-Mont.), Dan Sullivan (R-Alaska), Cindy Hyde-Smith (R-Miss.) y Mike Braun (R-India.).
A su vez ellos describieron las terribles condiciones en el centro de procesamiento de Donna y las «jaulas» en las que se mantenía a los niños, sobre lo cual lamentaron la falta de medidas por COVID-19 aplicadas en el terreno considerando al grandioso volumen de niños no acompañados que cruzan ilegalmente el país.
«Vimos una fila de niños que recién metidos en las jaulas abarrotadas, ahora daban positivo en las pruebas de COVID-19», indicaron a continuación. «Los agentes de la Patrulla Fronteriza estaban haciendo todo lo posible para cuidar de estos niños, pero estos funcionarios no son trabajadores sociales, están entrenados para proteger nuestra frontera. Las condiciones eran, simplemente y sin exagerar, inhumanas».
En el mes de marzo, los agentes de la CBP detuvieron a más de 172,000 inmigrantes ilegales, según las estadísticas publicadas el 8 de abril. Esta cifra es superior a los poco más de 101,000 individuos encontrados en febrero.
Entre los que cruzaron ilegalmente a Estados Unidos el mes pasado había más de 18,800 menores no acompañados, lo que supone el doble del número de menores que llegaron ilegalmente a Estados Unidos en febrero, con alrededor de 9300 encuentros. Esta cifra es comparativamente mayor que los 5585 menores no acompañados de enero y los 4993 de diciembre de 2020.
Por su parte el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) dijo a principios de este mes que alrededor de 20,000 niños, en su mayoría de América Central, están siendo alojados en instalaciones temporales operadas por su departamento, mientras que alrededor de 2500 más están todavía bajo la custodia de la CBP.
El coste medio del cuidado de un niño en una instalación permanente es de 290 dólares al día, según dijeron funcionarios del HHS a The Epoch Times, por correo electrónico. Ese costo se dispara a aproximadamente 775 dólares por día para los niños en instalaciones temporales de emergencia «debido a la necesidad de desarrollar las instalaciones rápido y contratar personal significativo en un corto período de tiempo».
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, reconoció la semana pasada que la administración no había previsto la afluencia de cruces fronterizos ilegales tras sus cambios de política, pero siguió restando importancia a la gravedad de la situación al insistir en que la situación en la frontera no era una «crisis». Sus comentarios se produjeron después que Biden, en una rara admisión, utilizara la palabra «crisis» para referirse al aumento de menores no acompañados en la frontera.
Los senadores recordaron a Biden en su carta que el jefe del sector del Valle del Río Grande y su equipo habían advertido previamente al equipo de transición de Biden sobre esas posibles consecuencias de sus anunciadas políticas de inmigración y que la advertencia no fue atendida.
«Ellos advirtieron que estas políticas crearían exactamente la crisis que ahora estamos presenciando. Ellos dijeron al equipo que sus políticas darían lugar a una oleada de inmigración ilegal que sobrepasaría los limitados recursos de la CBP y eso es exactamente lo que ocurrió», escribieron.
Los legisladores republicanos argumentaron durante mucho tiempo que la floreciente crisis es el resultado de las medidas de Biden para anular varias políticas de inmigración de la era Trump que ayudaron a frenar el flujo de cruces fronterizos ilegales. Esto incluye el Protocolo de Protección de Migrantes, piedra angular del expresidente, que efectivamente terminó con la problemática política de «captura y liberación», frenando significativamente el aumento de inmigrantes ilegales que se vieron en la frontera sur en 2019.
En un retorno a las políticas de la era Obama que facilitan la «captura y liberación», el gobierno de Biden vuelve a liberar a menores no acompañados en el país. Los legisladores argumentan que el acto de Biden se interpreta como una señal para que los posibles migrantes viajen a Estados Unidos.
El gobierno de Biden, por otro lado, ha tratado de trasladar la culpa a la administración del expresidente Donald Trump. Al respecto el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo que el gobierno anterior había «desmantelado la forma ordenada, humana y eficiente de permitir que los niños hagan sus reclamos bajo la ley de Estados Unidos en su propio país».
Los senadores también plantearon su preocupación por los problemas resultantes de la oleada, incluido un aumento significativo del contrabando y las drogas que pasan de contrabando por la frontera debido a la falta de recursos para impedir las operaciones de los cárteles de la droga y otros delincuentes.
Citando las estadísticas de la CBP, dijeron que la Oficina de Campo de Laredo informó que las incautaciones de fentanilo aumentaron en un 2067 por ciento, las incautaciones de cocaína aumentaron en un 187 por ciento, las incautaciones de armas aumentaron en un 131 por ciento, y las incautaciones de moneda aumentaron en un 64 por ciento.
«Esto confirma las versiones de que los cárteles de la droga y otras operaciones de contrabando están aprovechando el desorden en la frontera para contrabandear más drogas y armas», escribieron.
Los senadores pidieron a Biden que reconozca la «crisis» en la frontera y «comience un cambio de rumbo drástico para asegurar humanamente nuestra frontera sur».
La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios de The Epoch Times.
Zachary Stieber contribuyó a este informe.
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