Taiwán continúa siendo un gran riesgo geopolítico en 2022

Por Emel Akan
07 de enero de 2022 8:57 PM Actualizado: 07 de enero de 2022 8:57 PM

Análisis de noticias

El máximo diplomático de China dijo recientemente que Taiwán es un «vagabundo» que eventualmente «volverá a casa» en China. Tal retórica de los funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh), así como el aumento de las incursiones de aviones militares chinos cerca de Taiwán en los últimos meses, han provocado una nueva ola de temores y especulaciones de los medios de comunicación de una invasión china en la isla que puede no estar muy lejos.

Algunos analistas de los medios de comunicación consideran que la tensión en el Estrecho de Taiwán es uno de los mayores riesgos geopolíticos del mundo en 2022. China reivindica la soberanía de Taiwán y en los dos últimos años ha intensificado sus amenazas de tomar el control de la isla.

Tal medida causaría problemas económicos en muchos países, ya que Taiwán es un centro crucial para la cadena de suministro global de semiconductores, según los expertos. Una toma del poder por parte del ejército chino provocaría graves problemas de suministro en muchas industrias que dependen en gran medida de los chips fabricados en Taiwán.

Las empresas taiwanesas, tanto grandes como pequeñas, representan alrededor del 65 % de las ventas mundiales de chips subcontratados. Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), la joya de la corona de la isla, genera por sí sola el 56 % de los ingresos mundiales.

«La situación es similar, en cierto modo, a la dependencia pasada del mundo del petróleo de Medio Oriente, y cualquier inestabilidad en la isla que amenaza con hacerse eco en todas las industrias», dice Keith Krach, exsubsecretario de Estado que jugó un papel crucial en el acercamiento de las relaciones con Taipei bajo la administración Trump.

TSMC se ubica como una de las empresas más valiosas del mundo, con una capitalización de mercado de casi USD 600 mil millones.

«Para ponerlo en perspectiva, el PIB de Taiwán es de alrededor de USD 750 mil millones. Eso ciertamente hace que las tensiones entre China y Taiwán sean más intensas», señaló Krach.

Apple es el mayor cliente de TSMC. Otras empresas notables que dependen de TSMC incluyen AMD, Qualcomm, NVIDIA e Intel.

Mientras que los principales fabricantes de chips del mundo compiten por producir los chips más pequeños posibles; solo TSMC y la empresa coreana Samsung, pueden producir el estándar de vanguardia, que es de cinco nanómetros. TSMC anunció recientemente que comenzaría a producir la próxima generación de chips de 3 nanómetros en la segunda mitad de este año.

China, en cambio, se encuentra en el extremo inferior de la cadena de valor de los semiconductores. Solo posee el 5 % de la participación de mercado en las ventas mundiales y depende en gran medida de proveedores extranjeros para chips avanzados.

China tiene al menos 15 años de retraso en el espacio de los semiconductores, según estimaciones de la industria. Al ver esta brecha, Beijing ha estado utilizando agresivamente atajos para ponerse al día, como robar secretos comerciales y reclutar talentos del extranjero. Como parte de la estrategia, Beijing también ha aumentado los ciberataques contra las empresas de semiconductores de Taiwán en los últimos años.

Un artículo reciente publicado por la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos recomendaba a las autoridades taiwanesas «destruir las instalaciones pertenecientes al» TSMC ante una invasión china, como estrategia de disuasión. El documento afirmaba que tal medida «produciría una gran crisis económica» en China, cuyo sector tecnológico depende en gran medida de TSMC.

Desde el 2020, el Ejército Popular de Liberación ha aumentado su actividad militar en el Estrecho de Taiwán, con frecuentes sobrevuelos a la zona de defensa aérea de Taiwán.

Rupert Hammond-Chambers, presidente del Consejo Empresarial de Estados Unidos y Taiwán está de acuerdo en que la invasión dejaría fuera de servicio casi inmediatamente la producción de chips de Taiwán, lo que provocaría consecuencias dramáticas para las cadenas de suministro mundiales.

Sin embargo, Hammond-Chambers agregó, que tal movimiento sería un suicidio político para el líder chino Xi Jinping, especialmente antes de su esperada elección para un tercer mandato sin precedentes en la Asamblea Popular Nacional del Partido Comunista en otoño.

Beijing utiliza de manera constante una retórica amenazante, dijo. «Y para mí, no representa un aumento de la intención» de un ataque militar real.

El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, acusó a Estados Unidos y a otros países de intentar «usar Taiwán para controlar a China».

«Taiwán es un vagabundo que eventualmente regresará a casa, no una pieza de ajedrez para ser usada por otros. China debe y será reunificada», amenazó en un discurso reciente.

«Etiquetar a Taiwán como ‘vagabundo’ es un acto clásico de intimidación», según Krach.

“Los tiranos no pueden persuadir, así que intimidan, especialmente cuando su propia baraja de cartas es más débil de lo que quieren que piensen los demás», dijo.

No está claro si Beijing se embarcará en una aventura militar sobre Taiwán este año. Pero sus cada vez mayores ambiciones van más allá de ser una amenaza para los 23.5 millones de habitantes de la isla y las cadenas de suministro mundiales, según la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen.

“[Si] Taiwán cayera, las consecuencias serían catastróficas para la paz regional y el sistema de alianzas democráticas”, advirtió en un reciente artículo de opinión para Foreign Affairs.

«Sería una señal de que en la actual contienda mundial de valores, el autoritarismo tiene la ventaja sobre la democracia».


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