Mientras el número de infecciones confirmadas de COVID-19 en el mundo se acerca a los 2 millones, el martes Taiwán no reportó nuevos casos por primera vez en más de un mes.
«Por supuesto, esperamos que haya pasado», dijo el ministro de Salud Chen Shih-chung en una conferencia de prensa, refiriéndose al brote en la isla.
Chen dijo que la última vez que Taiwán no informó de nuevos casos fue el 9 de marzo, después de lo cual los números se dispararon por un tiempo con la gente que regresaba a la isla de lugares que ahora se tambalean por la pandemia en Europa y Estados Unidos.
«Pero todavía tenemos que estar en guardia. Por supuesto, nos sentimos felices de que no haya nuevos casos hoy», dijo.
Taiwán ha reportado un total de 393 infecciones de la COVID-19 hasta la fecha. De ellos, 338 fueron los llamados casos importados, en los que se sospechaba que las personas se habían infectado en el extranjero antes de entrar en Taiwán, el resto de los casos fueron de transmisión locales.
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«Ha navegado por la pandemia con una habilidad extraordinaria dada su proximidad a la fuente, resultando en solo seis muertes en un país de más de 23 millones», señaló Roger L. Simon, columnista político principal de The Epoch Times.
«También son una democracia próspera», añadió.
El virus del Partido Comunista Chino (PCCh), comúnmente conocido como el nuevo coronavirus, se ha propagado agresivamente por todo el mundo, con un recuento de Johns Hopkins del 14 de abril que muestra más de 1.9 millones de infecciones en todo el mundo. En el momento de la presentación de este informe, el número de muertes atribuidas al virus en todo el mundo asciende a 125,726.
La ausencia de nuevos casos del virus en Taiwán y solo seis muertes son la última señal de que el enfoque de la isla hacia el brote ha dado sus frutos.
Taiwán se ha ganado los elogios de los expertos en salud por la forma en que ha luchado contra el virus. La isla autónoma, que no forma parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), comenzó a revisar a las personas que llegaban de la ciudad china de Wuhan, donde se originó el virus, ya el 31 de diciembre, el mismo día en que se enteraron de lo que entonces era una nueva y misteriosa enfermedad respiratoria.
Para el 5 de enero, todos los que habían viajado a Wuhan en los 14 días anteriores fueron examinados.
El 26 de enero, Taiwán se convirtió en el primer país en prohibir los vuelos hacia y desde Wuhan, antes de prohibir la entrada a todos los visitantes de chinos el 6 de febrero.
«La eficacia de la respuesta de Taiwán es aún más impresionante dado que no es miembro de la Organización Mundial de la Salud», escribió Young Kim, exasambleísta estatal y actual candidata republicana para el distrito congresional 39 de California, en un artículo de opinión para The Epoch Times.
«Beijing siempre ha rechazado la adhesión de Taiwán como parte de su política de décadas de intentar aislarlo y disminuir su autonomía legal», añadió.
Taiwán ha acusado a la OMS de ignorar sus preguntas sobre el virus al comienzo del brote, y dijo que no se le dio información sobre el patógeno, incluyendo si hubo transmisión de humano a humano.
Aún así, a pesar del bajo número de infecciones por COVID-19 en Taiwán, siguen existiendo restricciones, como la cuarentena obligatoria de 14 días para todos los que lleguen a la isla.
Taiwán no ha entrado en un bloqueo total debido al virus y la vida ha continuado con relativa normalidad, aunque el gobierno ha promovido el distanciamiento social y ha ordenado el uso de mascarillas en el transporte público.
Reuters contribuyó a este informe.
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