El Departamento del Tesoro de Estados Unidos y el Banco Popular de China (PBOC) acordaron cooperar en “momentos de tensión financiera” para compartir información y coordinarse en la gestión de crisis, informó el Tesoro estadounidense el 19 de agosto.
Esta fue la quinta reunión entre las partes desde que lanzaron el Grupo de Trabajo Financiero conjunto el pasado mes de septiembre, con el objetivo de establecer un canal de comunicación regular y estructurado encabezado por la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
Xuan Changneng, vicegobernador del Banco Popular de China, y Brent Neiman, subsecretario del Tesoro estadounidense, se reunieron los días 15 y 16 de agosto.
Según el comunicado del Tesoro, las partes intercambiaron puntos clave de contacto en relación con la gestión de crisis financieras y realizarán ejercicios técnicos adicionales.
Las partes debatieron cuestiones como la lucha contra el blanqueo de capitales, las instituciones financieras internacionales, los pagos y datos transfronterizos, y cuestiones climáticas y de sostenibilidad.
Según declaraciones publicadas en medios estatales chinos, las partes estaban preocupadas por la inestabilidad financiera debida a los cambios normativos.
Los legisladores estadounidenses han pedido recientemente un mayor escrutinio a los bienes y servicios chinos en el mercado de consumo. TikTok, Temu y otros minoristas electrónicos chinos han sido objeto de críticas por su falta de transparencia en la recopilación de datos y en cuestiones laborales, como la divulgación de si están tomando medidas para evitar el uso de mano de obra forzada en los productos vendidos a Estados Unidos.
Mientras tanto, China ha establecido nuevas restricciones a la exportación de minerales críticos utilizados en la fabricación de tecnología para vehículos eléctricos y armas militares, reforzando su control sobre la cadena de suministro.
Todo esto se produce mientras el mercado chino experimenta volatilidad y pierde inversores extranjeros.
Además, el 19 de agosto, la bolsa china dejó de publicar datos diarios y en tiempo real sobre las entradas de capital extranjero en China. En su lugar, los datos estarán disponibles trimestralmente.
Esto significa que los inversores ya no tendrán acceso a un indicador clave del mercado.
Los reguladores chinos a principios de este año insinuaron este último movimiento, que llega cuando China está a punto de experimentar su primera salida anual desde que Bloomberg comenzó a rastrear las compras en 2016.
La semana pasada, el proveedor de índices estadounidense MSCI Inc. retiró 60 empresas chinas en la tercera selección a gran escala de este año, pocos días después de que la Administración Estatal de Divisas de China publicara datos trimestrales que mostraban que era el segundo trimestre de la historia en el que los inversores extranjeros sacaban más dinero de China del que ingresaban desde que el departamento comenzó a recopilar estos datos en 1998.
En los dos primeros meses de este año, la inversión extranjera en China se redujo un 20 por ciento interanual.
Las autoridades chinas trataron de restar importancia a la caída de la inversión extranjera, pero en marzo presentaron un plan para aumentar el acceso de la inversión extranjera a los sectores manufacturero, de telecomunicaciones, médico, financiero y tecnológico. Además, Beijing invitó ese mismo mes a ejecutivos estadounidenses, como los presidentes de Blackstone, FedEx y Qualcomm, al Foro de Desarrollo de China.
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