La persecución religiosa en China es un tema que afecta a toda la comunidad internacional y es importante que los países se desvinculen económicamente del régimen chino para evitar más muertes, dijo un activista durante el evento de la CPAC México.
Jason Jones es el fundador de The Vulnerable People Project, una ONG que busca defender a los más vulnerables sin importar su etnia o religión. En ese contexto, Jones viene trabajando desde hace seis años con los uigures en la Turkestán Oriental (Región Autónoma Uigur de Xinjiang) que está ocupada por China para generar conciencia en el mundo sobre la situación de derechos humanos.
Asimismo, la organización lanzó una nueva campaña llamada Free Our Bishops, para alzar la contra ocho obispos católicos perseguidos y encarcelados actualmente por el Partido Comunista Chino (PCCh).
“Hacemos un llamado a todas las personas de buena voluntad en todos los países, para tomar acción y desvinculen sus economías de China”, dijo Jones a The Epoch Times durante el evento de la CPAC en la ciudad de México el 18 de noviembre. “Tenemos que derrotar al PCCh, y la mejor manera de hacerlo es desvinculando nuestras economías, así podremos tener una China libre”, continuó.
“La batalla es realmente para liberar a China. Si China sigue esclavizada, el mundo estará esclavizado”, agregó.
Jones recordó que cuando Estados Unidos dio a Beijing el estatus permanente de la nación más favorecida–al renovar la cláusula que le concedió al gigante asiático ventajas comerciales en la década de los 90—se dijo que con ese estatus, el régimen chino se iba a acoplarse más a Occidente.
“Sin embargo, todo lo que hemos visto es que los países del mundo, sorprendentemente–incluido Estados Unidos–se han vuelto más parecidos a la China controlada por el comunismo”.
Jones señaló que al trabajar con las comunidades vulnerables de África, Oriente Medio, Afganistán y China, su organización se ha encontrado con la misma amenaza–el PCCh.
“Cuando los católicos comiencen a darse cuenta de que sus obispos–los obispos católicos, los que creemos son los sucesores de los propios apóstoles–están siendo encarcelados [y] una vez que la Iglesia Católica despierte y se enfrente al PCCh, el PCCh desaparecerá y China será libre”.
También consideró que el intento de “apaciguar a los tiranos, fracasa”. “Ahora (…) tienen que reconocer que el PCCh está atacando brutalmente a todas las personas de fe”, dijo.
Jones resaltó además que el régimen chino no solo ataca a los católicos, cristianos, o musulmanos, sino también a los practicantes de Falun Gong. Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una práctica espiritual que se dio a conocer al público en 1992 y que consiste en enseñanzas morales basadas en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia, junto con ejercicios de meditación diarios.
Se estima que la popularidad de Falun Gong creció tanto, que llegó a contar con 70 a 100 millones practicantes solo en China. Sin embargo, su popularidad fue considerada una amenaza por el régimen comunista, que lanzó una amplia campaña de persecución contra los practicantes de Falun Gong desde 1999 hasta la actualidad.
“¿Qué comunidad podría ser menos amenazante para un gobierno que Falun Gong? ¿Por qué el PCCh considera a Falun Gong tan amenazante? La razón principal es que apunta a una ley natural que muestra la verdad. Y lo que yo creo que hace que Falun Gong sea especialmente aterrador para el PCCh, es que apunta a una verdad que se basa en las tradiciones, las ricas y originales tradiciones de China”, dijo Jones.
Sin embargo, el activista dijo que mientras las economías estén interconectadas con la China comunista, “todos nosotros nos estamos beneficiando de la persecución y explotación de las comunidades vulnerables”.
“Esto es una gran amenaza. No es solo un crimen contra el pueblo de China, es un crimen contra el mundo”, añadió.
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