El impacto del comunismo hoy: La advertencia de Milei en el Foro Económico Mundial

El Foro Económico Mundial sirvió de plataforma para que Milei, el presidente argentino, diera un discurso fuera de los cánones

Por Yeny Sora Robles
01 de febrero de 2024 1:42 PM Actualizado: 13 de febrero de 2024 2:09 PM

El comunismo está más presente ahora que nunca y su impacto en el mundo es real. Con datos históricos y una visión del mundo retadora, el presidente de Argentina, Javier Milei, dio un mensaje en el foro económico que más reflectores atrae al año, en Davos, Suiza. Economía y principios morales puestos en la misma mesa.

Milei inició su intervención en el Foro Económico Mundial afirmando que «Occidente está en Peligro». Esto, afirma, desde que los principales líderes del mundo occidental abandonaron el modelo de la libertad y capitalismo de libre empresa y lo sustituyeron por el «colectivismo». 

El ideal «de querer ayudar al prójimo» llevó a experimentar con distintas versiones del colectivismo que «no son la solución, sino por el contrario son su causa», aseveró el mandatario libertario tras una breve presentación del empresario y director del Foro, Klaus Martin Schwab.

«Créanme nadie mejor que nosotros los argentinos para dar testimonios de estas dos cuestiones», dijo el mandatario frente a un público constituido principalmente por líderes políticos y empresarios internacionales.

Cuando Argentina adoptó el modelo de la libertad en 1860, en 35 años el país se convirtió en una potencia mundial, explicó Milei. Sin embargo, tras adoptar el «colectivismo», a mediados de la década de 1890, los ciudadanos empezaron a empobrecerse sistemáticamente durante los últimos 100 años. Finalmente Argentina cayó al número 140 a nivel mundial.

«Dicen que el capitalismo es malo porque es individualista y que el colectivismo es bueno porque es altruista (…) En consecuencia bregan por la justicia social, pero este concepto de primer mundo que se ha puesto de moda en la última época, en mi país es una constante del discurso político desde hace más de 80 años», añadió Milei, licenciado en Economía con posgrado en Teoría Económica.

El presidente de Argentina, Javier Milei, pronuncia un discurso en la reunión del Foro Económico Mundial (FEM) en Davos el 17 de enero de 2024. (FABRICE COFFRINI/AFP vía Getty Images)

El camino hacia el colectivismo

El primer partido comunista del mundo, el Partido Obrero Socialdemócrata, se fundó en 1898, años después de la muerte de Karl Marx. El segundo, el Partido Comunista de Todos los Rusos —también conocido como Bolchevique y luego como Partido Comunista de la Unión Soviética—, surgió en 1917 después de la Revolución de Octubre, gracias al empleo de la violencia contra los “enemigos de clase” y usó la violencia contra sus propios miembros y contra su pueblo para perpetuarse en el poder.

En la década de 1930, a través de las purgas estalinistas, el comunismo soviético asesinó a más de 20 millones de personas por considerarlas “espías” o “traidores” y tener opiniones diferentes al partido. El número incluso podría ser mayor, de acuerdo a El libro negro del comunismo, un libro escrito por académicos franceses y publicado en Estados Unidos en 1997 por Harvard University Press. Los autores documentaron el número de asesinatos en regímenes comunistas a lo largo del siglo XX en Europa del Este, Vietnam, América Latina, Corea del Norte, Camboya y Etiopía.

«Nunca debe olvidarse, el socialismo es siempre y en todo lugar un fenómeno empobrecedor que fracasó en todos los países que se intentó: fue un fracaso en lo económico, fue un fracaso en lo social, fue un fracaso en lo cultural y además asesinó a más de 100 millones de seres humanos», añadió Milei.

Tras el colapso de los regímenes comunistas de la Unión Soviética y Europa del Este, y al finalizar la Guerra Fría entre el ala capitalista y el ala comunista de oriente y occidente, se creyó que el comunismo había terminado. Sin embargo, la ideología comunista adoptó varios nombres con los que pudo camuflarse, casi imperceptiblemente, por todo el mundo.

«Así es como llegamos al punto en el que con distintos nombres o formas buenas partes de las ofertas políticas generalmente aceptadas en la mayoría de los países de occidente son variantes colectivistas, ya sea que se declaren abiertamente comunistas, fascistas, nazis, socialistas, social-demócratas, nacional-socialistas, demócratas cristianos, keynesianos, neokeynesianos, progresistas, populistas, nacionalistas o globalistas», explicó Milei.

En la actualidad, los regímenes que abiertamente se presentan como comunistas son China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba. También está Europa del Este, donde las ideas y costumbres comunistas quedaron  arraigadas. Sumado a ello están los países sudamericanos, que han ido adoptando el comunismo bajo el velo de la democracia, tales como Venezuela y Nicaragua.

El partido comunista desde sus inicios sostiene que la lucha de clases es la única fuerza que impulsa el desarrollo de la sociedad, haciendo de la lucha su principal pilar para obtener y conservar el poder político.

Bajo esta creencia el comunismo ha ido creando conceptos como «la justicia social», «la igualdad personal», «la liberación nacional»; en este sentido muestran una fuerte preocupación por el bienestar de la sociedad con amplios discursos sobre la desigualdad.

«Lamentablemente estas ideas nocivas han impregnado fuertemente nuestra sociedad» ahondó Milei, «los neomarchistas han sabido captar el sentido común de occidente. Lograron esto gracias a la apropiación de los medios de comunicación, de la cultura, de las universidades (…)».

La familia, por ejemplo, es considerada como una forma de propiedad privada para la ideología comunista, que debe ser abolida y ha adoptado algunas formas para hacerlo.

«La primera de estas nuevas batallas fue la pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer», dijo el presidente, sin embargo subrayó que, de hecho, «el libertarismo ya establece la igualdad entre los sexos, la piedra fundacional de nuestro credo dice que todos los hombres somos creados iguales, que todos tenemos los mismos derechos inalienables otorgados por el creador entre los que se encuentra en la vida, la libertad y la propiedad».

La agenda del feminismo, promovida en los últimos años por varios gobiernos a través de ministerios de la mujer, creación de leyes, instituciones y políticas públicas promovidas cada vez más en instituciones educativas, ha obtenido cada vez más influencia en grandes esferas de la sociedad.

«Otro de los conflictos que los socialistas plantean es del hombre contra la naturaleza, sostiene que los seres humanos dañamos el planeta y que debe ser protegido a toda costa incluso llegando a abogar por mecanismo de control poblacional o la agenda sangrienta del aborto», añadió Milei.

Mujeres de organizaciones feministas participan en una marcha en defensa del aborto legal en Buenos Aires, el 28 de septiembre de 2023. (EMILIANO LASALVIA/AFP vía Getty Images)

La influencia del comunismo ha permeado gran parte de la economía mundial. Prácticamente todos los países sin importar el continente, abandonaron los principios clásicos del libre mercado para reemplazarlos por la economía comunista o socialista.

El comunismo aboga por la abolición de la propiedad privada y las empresas privadas para reemplazarlos por la propiedad estatal, que con el tiempo es administrada por los socialistas. La propiedad estatal inevitablemente produce resultados totalitarios. El comunismo usa los altos impuestos como un camino lento hacia la desaparición de la propiedad privada.

Los altos impuestos son una forma de disponer de la riqueza de otros a través de leyes y, mientras aumenta el poder del Estado, la empresa privada se debilita y el libre mercado tiene menos cabida para funcionar.

«El Estado se financia a través de impuestos y los impuestos se cobran de manera coactiva. ¿O acaso alguno de nosotros puede decir que paga los impuestos de manera voluntaria? Lo cual significa que el Estado se financia a través de la coacción y que a mayor carga impositiva mayor es la coacción, menor es la libertad», reflexionó Milei.

Casi al final del su discurso, el presidente argentino invitó a los líderes mundiales a abandonar los modelos sociales y económicos comunistas, para llevar a sus países a una sociedad más libre.

«En el fondo, no hay diferencias sustantivas, todos [los comunistas] sostienen que el Estado debe dirigir todos los aspectos de la vida, de los individuos, todos definen un modelo contrario al que llevó a la humanidad al progreso más espectacular de su historia. Nosotros venimos hoy aquí a invitar a los demás países de occidente a que retomemos el camino de la prosperidad, la libertad económica, el gobierno limitado y respeto irrestricto de la propiedad privada, son elementos esenciales para el crecimiento económico», dijo.

El presidente de Argentina, Javier Milei, abandona la sala tras pronunciar un discurso en la reunión del Foro Económico Mundial (FEM) en Davos el 17 de enero de 2024. (FABRICE COFFRINI/AFP vía Getty Images)

Foro Económico Mundial en Davos

El Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en ingles), fundado en 1971 por el economista y empresario Klaus Martin Schwab. Es una organización privada sin ánimo de lucro que nació con el objetivo de discutir estrategias que  las empresas europeas podrían adoptar para afrontar los desafíos que planteaba el mercado internacional.

Con el tiempo, el foro se extendió hasta tener un impacto mundial, involucrando a los directores de las empresas más influyentes del planeta, los jefes de Estado y líderes intelectuales y sociales de reconocimiento internacional. Todos los años el WEF organiza conferencias en diferentes países para abordar temas de impacto económico, pero las más destacadas son las que se realizan en el Foro de Davos, en Suiza, cada año.

Este año, en su 54ª edición, el Foro de Davos 2024 congregó al menos a 2500 participantes de todos los rincones del mundo, del 15 al 19 de enero, con el objetivo de «reconstruir la confianza para proporcionar el espacio crucial para dar un paso atrás y centrarse en los principios fundamentales que impulsan la confianza, incluyendo la transparencia, la coherencia y la rendición de cuentas», según su página web.


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