La gobernadora demócrata de Kansas rompió con los funcionarios de la Casa Blanca esta semana, reconociendo la probabilidad de que una recesión afecte pronto a Estados Unidos.
“Hemos administrado el presupuesto tan bien que ahora hemos hecho todas estas cosas: hemos pagado miles de millones de dólares de deuda, y todavía hemos dejado en nuestro balance final un superávit de USD 1500 millones. Y eso sin contar el fondo de emergencia de hasta USD 950 [millones]”, dijo la gobernadora Laura Kelly en un discurso el lunes en referencia al presupuesto del estado.
Posteriormente, dijo: “Y se escucha a la gente hablar, ya sabe, de una recesión que se avecina. Adelante. Porque ahora tenemos suficiente dinero para poder sortearla y seguir financiando todo lo que se supone que debemos financiar”.
Sus declaraciones se producen varias semanas después de que altos funcionarios de la Casa Blanca, incluso el propio presidente Joe Biden, rechazaran las afirmaciones de que se avecina una recesión.
“Vamos, no inventen cosas”, dijo Biden a un periodista que le preguntó si era probable que ocurriera una recesión. “Ahora suena como un político republicano, estoy bromeando, era una broma, era una broma”, continuó. “Pero dejando la broma, no creo que sea así. Estaba hablando con Larry Summers esta mañana, no hay nada inevitable en una recesión”.
El jefe del Consejo Económico Nacional, Brian Deese, dijo que, en lugar de que ocurra una recesión, Estados Unidos se encuentra actualmente en una fase de transición. Deese, al igual que Biden, afirmó entonces que Estados Unidos está realmente en una fase de recuperación económica tras la pandemia de COVID-19.
“Nuestra economía está en un período de transición. Estamos pasando de la recuperación económica más fuerte en la historia moderna a lo que puede ser un período de crecimiento más estable y resistente”, dijo a Fox News en mayo.
Sin embargo, el optimismo público por parte de la administración no parece traducirse en confianza entre los principales líderes empresariales o consumidores por igual.
Alrededor del 60 por ciento de los directores ejecutivos que fueron encuestados respecto a una posible recesión próxima dicen que esperan que ocurra dentro del próximo año o 18 meses.
“En EE. UU., la Medida de la Confianza de los CEO cayó a 42, niveles no vistos desde el inicio del COVID-19, mientras que los niveles de confianza en Europa cayeron a 37. Con 34, los niveles de confianza fueron los más bajos entre los CEO de empresas occidentales y multinacionales no chinas en China, donde se realizó la medida por primera vez. Una cifra por debajo de 50 denota más respuestas negativas que positivas”, dijo un informe de The Conference Board.
Y Summers, por su parte, un exfuncionario de la administración Obama, advirtió en entrevistas recientes que cree que podría ocurrir una recesión. Es más, argumentó que una recesión es posiblemente la única forma de lidiar con la inflación desenfrenada, que alcanzó el 8.6 por ciento interanual en mayo de 2022.
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