La Western Michigan University (WMU) llegó a un acuerdo con 16 atletas el martes, permitiéndoles competir en deportes sin aplicarse la vacuna contra el COVID-19.
La universidad pública también acordó pagar a los demandantes sus honorarios legales con valor de 34,617 dólares.
«Nos complace que la WMU haya accedido a resolver este asunto, que las convicciones religiosas de nuestros clientes hayan sido reivindicadas y que puedan seguir formando parte de sus equipos, estar con sus compañeros y competir por la WMU al más alto nivel de forma segura», dijo en un comunicado David Kallman, abogado principal del Centro de Justicia de los Grandes Lagos.
El Centro de Justicia de los Grandes Lagos representó a los 16 atletas. Pertenecen a diferentes equipos deportivos, como el fútbol americano, el béisbol, el baloncesto femenino y el fútbol femenino, entre otros.
En agosto, la WMU exigió a sus estudiantes-atletas que recibieran las vacunas contra el COVID-19. Sin embargo, la universidad pública no pidió a sus estudiantes en general que lo hicieran.
Tras la exigencia, 16 estudiantes-atletas solicitaron exenciones religiosas, pero sus peticiones fueron ignoradas o denegadas. Se les prohibió participar en cualquier actividad de sus equipos, lo que provocó la acción legal.
En septiembre, el juez del Tribunal de Distrito de EE. UU., Paul Maloney, concedió a los estudiantes una orden de restricción temporal y luego una orden judicial preliminar, permitiéndoles seguir participando en las actividades de sus equipos durante el litigio.
La WMU argumentó que su política de vacunación es neutral con respecto a la religión, y que los atletas seguían siendo considerados miembros de sus equipos y podían mantener sus becas a pesar de la prohibición.
El 7 de octubre, tres jueces del Sexto Circuito de Apelaciones confirmaron por unanimidad la decisión de Maloney.
«No dudamos de la buena fe de los demandados, y entendemos las cargas que el COVID-19 ha impuesto a las universidades de esta nación», decía la orden (pdf). «Pero al haber anunciado un sistema en virtud del cual los estudiantes-deportistas pueden solicitar exenciones individualizadas, la universidad debe explicar por qué decidió no conceder ninguna a los demandantes. Y en este caso no lo hizo de forma justa».
El acuerdo del martes permite a Maloney dictar una orden judicial permanente para cerrar el caso, y la sentencia de consentimiento (pdf) es vinculante para los estados de Michigan, Ohio, Kentucky y Tennessee.
La WMU emitió un comunicado conjunto con el Centro de Justicia de los Grandes Lagos el martes.
«El acuerdo implica que los estudiantes en la demanda reciben un desagravio permanente de la orden de la vacuna para los deportes, aunque seguirán cumpliendo con los requisitos de las pruebas y el uso de mascarillas», dice el comunicado. «La universidad desea a los estudiantes-atletas lo mejor en sus carreras en el ámbito académico y atlético, y los estudiantes-atletas están entusiasmados por continuar sus carreras en el ámbito académico y atlético en WMU».
En septiembre, Maloney denegó una solicitud similar de orden de restricción temporal de Jeanna Norris, empleada de la Universidad Estatal de Michigan. Ella demandó a la escuela por su orden de la vacuna contra el COVID-19.
Maloney señaló que Norris era una empleada «a voluntad» y podía trabajar en otro lugar si decidía no recibir la vacuna.
«Por lo tanto, debido a la condición de empleada a voluntad de la demandante, no tiene un interés de propiedad constitucionalmente protegido en su puesto de trabajo, y esta demanda no tiene mérito», escribió Maloney.
El Tribunal de Apelaciones del Sexto Circuito estaba dominado por jueces nominados por los republicanos, con 20 de sus 27 jueces designados por presidentes republicanos.
El martes, el tribunal de apelaciones fue elegido al azar para tratar una ola de demandas contra la orden de vacunación COVID-19 de la administración Biden para empresas privadas.
Con información de Zachary Stieber y The Center Square.
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