Hermann Tertsch, eurodiputado del partido español Vox, advirtió que la presencia del régimen comunista de China está presente en todos los países iberoamericanos a través de relaciones económicas con las naciones, generando una «dependencia» y «obediencia» de los países hispanos ante Beijing.
«China está presente en todos los países iberoamericanos comprando infraestructura, creando deudas, financiando inversiones que generan un endeudamiento con China y una dependencia de China enorme en muchos de estos países», dijo Tertsch en una entrevista con PanAm Post el 7 de octubre.
El parlamentario español dijo que estos vínculos también crean una «una obediencia» de estas naciones ante el Partido Comunista Chino (PCCh).
«[El PCCh] al principio son muy sonrientes y ofrecen de todo; parecen que lo regalan todo, y están dispuestos a facilitarlo todo–es una cadena de felicidad–pero de repente se da uno cuenta de que tiene medio o todo país absolutamente dependiendo de la voluntad de una dictadura férrea como la China», señaló.
De acuerdo con el flujo de la Inversión Extranjera Directa (ODFI) de China realizado por ALC -China durante la pandemia, el PCCh se enfocó en inversiones en Chile, Colombia, y México–representando cerca del 77 por ciento de su inversión.
Sin embargo, Tertsch también ha venido alertando sobre una «enorme tragedia escondida» por parte de Beijing–la multimillonaria industria de la sustracción forzada de órganos por parte del régimen chino hacia prisioneros de conciencia–considerado como la mayor atrocidad de nuestro tiempo.
Diversas organizaciones, investigaciones independientes creíbles como el Tribunal sobre China, expertos en derechos humanos de la ONU y testigos han demostrado la sustracción forzada de órganos vivos–especialmente contra practicantes de la disciplina espiritual Falun Gong–se lleva a cabo de manera sistemática en China.
«Esta monstruosidad–que sabemos que se produce miles y miles de veces al año–se produce en un país con el cual todos tenemos unas relaciones absolutamente normalizadas», dijo Tertsch durante su discurso el 19 de septiembre en la Cumbre Mundial para Combatir y Prevenir la Sustracción Forzada de Órganos.
«Es más, con un país que tiene un jefe–un dictador, un jefe supremo–de un partido comunista implacable, con una dictadura que no tolera ningún tipo de discrepancia, ni de oposición, ni de crítica libre», agregó.
«Sin embargo, cuando Xi Jinping (…) va al Foro de Davos, por ejemplo; al foro de las grandes compañías, los grandes protagonistas del capitalismo, se pliegan al dictador chino, lo aplauden, por sus supuestas conquistas, por sus ‘soluciones a los problemas actuales eficaces’, dicen», continuó Tertsch.
Ante ello, el funcionario criticó que el tema de la sustracción forzada de órganos no haya sido reportado por los medios de comunicación en Occidente.
Las imágenes críticas con el PCCh “han ido desapareciendo (…) no solo de las redes chinas pero también en los medios occidentales; por deseo chino, por deseo de tantos socios de China”, añadió.
Las democracias occidentales podrían exigir cuentas al PCCh, dijo Tertsch, pero “prefieren un régimen globalista grande, donde cada persona sea anónima e intercambiable y podamos quitarle unos órganos a uno para dárselos a un mejor postor o a alguien que nos convenga más por alguna cuestión”.
Esos intereses económicos, señaló, “llevan a esas élites occidentales a la complicidad con el Partido Comunista Chino para ocultar la monstruosidad de los trasplantes. Esos trasplantes que se llevan no sabemos cuántos miles de presos políticos, presos comunes, de personas del movimiento Falun Gong”.
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