El presidente Joe Biden expresó que tanto él como los militares podrían oponerse a un supuesto viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán, la isla autogobernada que Beijing considera como propia.
«Bueno, creo que los militares piensan que no es una buena idea ahora mismo, pero no sé cuál es la situación», dijo Biden sobre el viaje tras llegar a la Base Conjunta Andrews en Maryland el 20 de julio.
El análisis de la frase no dejó claro si el propio Biden creía que era una mala idea que Pelosi visitara Taiwán basándose en la inteligencia militar, o si simplemente estaba repitiendo las advertencias que le habían hecho los dirigentes militares.
Las declaraciones se hicieron un día después de que el Partido Comunista Chino (PCCh) amenazara con aplicar «medidas de fuerza» contra Estados Unidos si Pelosi visitaba Taiwán.
El régimen chino, que se ha esforzado por aislar a Taiwán del orden internacional general, ha condenado repetidamente los esfuerzos de los legisladores estadounidenses por interactuar con el gobierno de Taiwán.
Los legisladores y los expertos en política exterior usaron las redes sociales para rebatir la aparente extralimitación del presidente, que parecía presionar a Pelosi para que no hiciera el viaje.
«La presidenta Pelosi y yo no coincidimos en muchas cosas», dijo el representante Tom Tiffany (R-Wis.) en un tuit, «pero ella no necesita el permiso de POTUS o de China para visitar a nuestros amigos de Taiwán».
«Esto socava el viaje de Pelosi», dijo Michael Sobolik, miembro del American Foreign Policy Council. «Si hay una razón sustantiva para no ir, comunique esas preocupaciones en privado. No lo haga en público: solo perjudica a Taiwán».
Se esperaba que Pelosi visitara Taiwán con otros legisladores en abril, pero se informó de que había desarrollado COVID-19 en ese momento. Se ha rumoreado que la Cámara realizaría esa visita próximamente, pero ni el Departamento de Estado ni la oficina de Pelosi han confirmado dicho viaje.
La relación de Estados Unidos con Taiwán es quizás el tema más volátil en sus relaciones diplomáticas con la China comunista, ya que el PCCh afirma que Taiwán es una provincia china separatista.
A pesar de estas afirmaciones, la democrática Taiwán se autogobierna desde 1949 y nunca ha sido controlada por el PCCh. Además, la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979 garantiza que Estados Unidos proporcionará a Taiwán las armas necesarias para defenderse de una agresión extranjera.
El secretario general del PCCh, Xi Jinping, ha prometido unir Taiwán con el continente, y no ha descartado el uso de la fuerza para lograrlo. Además, los altos mandos militares estadounidenses creen que una invasión del PCCh a la isla podría tener lugar en 2027.
Los dirigentes del PCCh se han vuelto cada vez más belicosos en sus esfuerzos por alejar el apoyo internacional a la independencia de facto de Taiwán, y un general chino llegó a amenazar en junio al secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, con una guerra por la cuestión de Taiwán «sin importar el coste».
Cabe destacar que los comentarios de Biden sobre el viaje de Pelosi se produjeron el mismo día en que el Grupo de Trabajo sobre China, dirigido por los republicanos, se reunía con el embajador de Taiwán en Estados Unidos. Durante esa reunión, el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, arremetió contra el PCCh por sus amenazas y dijo que Estados Unidos debe hacer más para armar a Taiwán.
«El PCCh ha demostrado ser una dictadura despiadada, agresiva y malvada», dijo McCarthy. «No podemos subestimar su objetivo de controlar a través de la fuerza y la brutalidad».
«Apoyar a Taiwán es lo correcto y es lo mejor para Estados Unidos».
The Epoch Times se ha puesto en contacto con la oficina de Pelosi para pedirle comentarios.
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