Anote la fecha y hora exactas de la última vez que estuvo enojado o asustado y anote el evento. ¿Cuál fue la situación real que enfrentó? ¿Cuáles fueron las emociones y los deseos exactos que experimentó durante el evento? ¿Cuáles fueron los pensamientos que pasaron por su cabeza? ¿Estaban algunas de estas reacciones bajo su control? ¿Hubo partes del evento fuera de su control? ¿Y qué hizo realmente? ¿Sus acciones le ayudaron o no?
Esto es parte de un ejercicio Estoico de autocontrol, en el que miles de personas durante el verano y cada año durante la Semana Estoica (este año del 19 al 25 de octubre), participan como parte de un experimento para determinar si vivir como un Estoico tiene beneficios.
Estos ejercicios resultaron útiles durante la pandemia, este verano. La organización Modern Stoicism inició un curso gratuito de cuatro semanas sobre Estoicismo en el Reino Unido, con 2500 inscripciones, y los participantes informaron posteriormente aumentos en la capacidad de resiliencia, satisfacción por la vida, emociones positivas, y una disminución de las emociones negativas.
La filosofía práctica
Donald Robertson era un adolescente cuando incursionó en la filosofía. La muerte de su padre lo impulsó en la búsqueda de una nueva forma de vida. Se interesó por la meditación y el budismo, y continuó estudiando filosofía para su licenciatura. En la escuela de posgrado fue que se encontró con el Estoicismo —entonces una escuela aparentemente poco conocida, considerada no tan importante en el campo de la filosofía. Él se preguntó por qué.
«Hay algo de ironía en esto», dijo Robertson, quien codirige Semana Estoica. Los filósofos dirían que lo que realmente hicieron los Estoicos fue encontrar aplicaciones prácticas para la filosofía existente, tal como la de Sócrates. En otras palabras, el Estoicismo era demasiado práctico para ser una filosofía interesante.
Robertson lo encontró pertinente y beneficioso no solo en su vida personal, sino también en su trabajo como psicoterapeuta. Se dio cuenta de que el Estoicismo era realmente la inspiración detrás de la terapia cognitiva-conductual, y esta filosofía práctica también ayudó a muchos de sus clientes. Eso fue hace 25 años, y desde entonces el Estoicismo se ha convertido en un movimiento de autoayuda popular y creciente.
“Esto no era popular en ese entonces; di charlas en conferencias a psicoterapeutas y nunca me di cuenta de que el público en general estaba tan interesado”, dijo Robertson.
Su escritura sobre los paralelismos entre la terapia cognitiva-conductual y el Estoicismo lo llevó a registrar escritos de las instrucciones para uno de los conceptos, «Vista desde arriba», para que los oyentes pudieran pasar por la meditación y concentrarse en ganar perspectiva. Esto lo involucró en un proyecto en la Universidad de Exeter con el profesor Chris Gill, que tenía un grupo de personas que intentaban encontrar relevancia práctica y moderna en los textos clásicos antiguos— ya habían probado una semana de «Vive como Galeno» y «Vista desde arriba» inspiró la idea de crear un curso que pudiera ayudar a la gente moderna a «vivir como un Estoico». Así nació la Semana Estoica.
Semana Estoica
Existe una idea errónea sobre lo que es el Estoicismo, en gran parte porque «Estoicismo»: es una palabra que tiene una definición muy diferente a la de la antigua filosofía del «Estoicismo». La distinción es importante porque uno es la escencia y el otro no, dijo Robertson, también autor de «How to Think Like a Roman Emperor: The Stoic Philosophy of Marcus Aurelius» («Cómo pensar como un emperador romano: La filosofía estoica de Marco Aurelio»).
El estoicismo en «minúsculas» trata sobre poder soportar el dolor o las dificultades sin mostrar quejas o sentimentalismo, esa reputación de «guardar la compostura», que se considera en realidad psicológicamente enfermizo. La Semana Estoica está cambiando el malentendido sobre qué es esta escuela de pensamiento. «brio», sorprendentemente, era considerado el rasgo más positivamente correlacionado con el Estoicismo, después del curso que tomó reciente, dijo Robertson.
“La filosofía Estoica trata de lograr la eudaimonía o felicidad en el verdadero y original sentido de la palabra, es decir, florecer realmente. En la terapia moderna decimos que hay una gran diferencia entre ‘sentirse mejor’ y realmente ‘mejorar’”, dijo Robertson. “Hay una gran diferencia entre ‘sentirse feliz’ y realmente ‘ser feliz’, en el sentido de florecer en lugar de ser desdichado. Los estoicos afirman que la clave para prosperar es la sabiduría moral y la excelencia de carácter, traducido como virtud (Areté)».
Desde 2013, Robertson y el psicólogo Tim LeBon han dirigido la Semana Estoica (Learn.ModernStoicism.com). Desde entonces, han participado unas 20,000 personas, con comentarios positivos de forma constante. Esta incluye un manual y una serie de cursos autoguiados para ayudar a los participantes a comprender y adaptar los principios Estoicos y hacer ejercicios Estoicos.
Los ejercicios y cuestionarios ayudan a los participantes a determinar si han experimentado cambios beneficiosos. Los beneficios pueden ser educativos, psicológicos (para ganar resiliencia y felicidad) o incluso morales, si la semana les ayuda a desarrollar su ética, o pueden descubrir que el Estoicismo no es para ellos en absoluto, en cuyo caso aún habrán aprendido algo valioso sobre sí mismos, explica la guía.
Los ejercicios del día comienzan y terminan con meditaciones matutinas y vespertinas, y también hay un ejercicio diario de conciencia plena a la hora del almuerzo. Algunas preguntas reflexivas o textos de filósofos antiguos relevantes acompañan a cada ejercicio: Epicteto, Séneca, Zenón y otros son los guías.
¿Qué nos pueden enseñar los Estoicos?
El estoicismo tiene mucho que ver con el juicio, y para la Semana Estoica hay un enfoque de tres ideas centrales —valor, emoción y comunidad.
“Los Estoicos argumentaron que lo más importante en la vida y lo único con valor real es la ‘virtud’ o la ‘excelencia del carácter’”, según la guía. Según el argumento, un excelente estado mental es un requisito previo para la felicidad. Centrarse en el interior para desarrollar un carácter virtuoso le permite a uno interactuar con el mundo de una mejor manera, más amable y más positiva.
En cuanto a las emociones, mientras que el estoicismo en «minúsculas» puede dar la impresión de que los estoicos hacen a un lado o niegan las emociones, el estoicismo en realidad sostiene la idea de que «las emociones son, en última instancia, el producto de los juicios que hacemos». Tal vez la ira es el resultado de juzgar mal una situación y temer algo que no sucederá, o que no sucedió realmente. Los estoicos separan las emociones dentro de nuestro control y los actos reflejos involuntarios de las emociones, como el tartamudeo o el sobresalto. Aquí también hay una excelencia a la que aspirar: los «buenos deseos» o emociones son la alegría, la discreción y la voluntad de hacer lo que es verdaderamente bueno para el bienestar de los demás.
En tercer lugar, los Estoicos se vieron como parte de algo más grande; uno de los principios más conocidos del Estoicismo es vivir en armonía con la «naturaleza», que se entendía no solo tal como el mundo que nos rodea, sino como un cosmos vivo, en el que todas las cosas forman parte de un todo orgánico que hay que abrazar. Esto se extiende también a otras personas, ya que los humanos son criaturas sociales y, por naturaleza, existen en comunidades. Trabajar en colaboración con otros es, de hecho, mejorar su propia naturaleza.
También hay aspectos del Estoicismo que tienen poca relevancia actualmente, agregó Robertson, como su adhesión original a Zeus como creador. Los Estoicos originales creían que Zeus creó toda la naturaleza, incluidos los seres humanos racionales, y deseaban seguir la voluntad de Zeus; era una religión en ese sentido, pero incluso en la antigüedad, hubo personas que adaptaron los principios del Estoicismo sin tomarlo como religión.
Algunos de los textos y fuentes sobre el Estoicismo que se utilizan hoy en día son de Cicerón o Plutarco, dijo Robertson, quienes no eran Estoicos. Plutarco fue un crítico del mismo, y ambos pensadores se alinearon con la escuela rival de pensamiento Platónico, pero expusieron aspectos del Estoicismo de una manera que es útil para los lectores actuales.
El Estoicismo ha ganado realmente una comunidad en la última década, dijo Robertson, y se debe en gran parte a Internet.
Recuerda que con la llegada de Facebook, descubrió que medio millón de personas habían incluido a Marcus Aurelius como uno de sus escritores favoritos (y todavía es un éxito de ventas) —es solo que estas personas no tenían a dónde ir antes para hablar sobre «Meditaciones» o Estoicismo con otros.
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