El ochenta por ciento de las personas en China se han infectado con COVID-19 en medio de las celebraciones del Año Nuevo Lunar, dijo el sábado un alto funcionario de salud chino.
China ha experimentado un aumento en los casos de COVID-19 en todo el país. La mayor parte de la población se ha infectado, según funcionarios y estudios, y los crematorios y hospitales se han visto desbordados. Pero el ocultamiento continuo del número de muertos por parte del régimen hace que sea difícil determinar la verdadera escala del brote.
Wu Zunyou, epidemiólogo jefe del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de China, dijo en una publicación de Weibo que el 80 por ciento de la población se había infectado en el último brote. Su comentario se alinea con las declaraciones hechas por otros funcionarios chinos en las últimas semanas y con un estudio que muestra que 900 millones de chinos se han infectado.
El brote explosivo generó preocupaciones sobre la posibilidad de una segunda ola en los próximos meses tras la avalancha de viajes del Año Nuevo Lunar. El Ministerio de Transporte pronosticó más de 5000 millones de viajes de pasajeros durante la temporada festiva.
Más de 1.1 millones de personas en China viajaron por aire en todo el país el viernes, y el sábado 800,000 personas tomaron vuelos nacionales en la víspera del Año Nuevo Lunar, el doble que el año anterior, informó el South China Morning Post.
Funerarias y hospitales desbordados
Los hospitales y funerarias abarrotados sugieren que China está luchando contra un brote grave con un alto número de muertos.
Lew Mon-hung, exmiembro del órgano asesor político del Partido Comunista Chino (PCCh), dijo que “todos los departamentos ambulatorios y de emergencia de los hospitales están abarrotados de gente y no quedan camas para que la gente se quede en el hospital”.
“Las funerarias están abrumadas y los cadáveres se amontonan”, dijo Lew, según un informe anterior de The Epoch Times.
Señaló que la tasa de infecciones diarias ha aumentado a 1 millón en la provincia de Zhejiang. Los funcionarios de la ciudad de Qingdao admitieron que su tasa de infecciones diarias había aumentado a 500,000 contagiados.
Los casos confirmados en la ciudad de Dongguan, en la provincia central de Guangdong, aumentaron de 250 millones a 300 millones. Las provincias densamente pobladas de Sichuan y Henan han registrado una tasa de infecciones de más del 80 por ciento.
“Mis parientes, mi hermano, mi hermana y mi madre en Guangzhou estaban todos infectados. Una fila de uno a dos kilómetros [aproximadamente 1-1.2 millas] estaba afuera del cementerio de mártires de la galaxia de Guangzhou, esperando para registrarse para la cremación”, dijo Lew.
“La gente no solo formó largas filas frente a las funerarias en diferentes lugares de China, sino que también tuvieron que esperar medio mes, o incluso más de un mes, para que sus familiares fueran incinerados”, agregó.
Lew afirmó que actualmente hay escasez de ataúdes en China. Dijo que los civiles normales, que se vieron obligados a recurrir a revendedores, “tuvieron que pagar 38,500 yuanes [USD 5700] para trasladar el cuerpo a una funeraria”.
Las familias a veces se ven obligadas a almacenar los cadáveres de sus seres queridos en casa o en sus vehículos, dijo un residente anónimo de Shanghai a The Epoch Times. El residente de Shanghai, Zhang Pei (un seudónimo), le dijo a The Epoch Times que un amigo pagó USD 5000 adicionales para obtener la cremación oportuna para un familiar anciano.
El residente de Shanghai, Wu Fangyan (un seudónimo), dijo el 13 de enero que “los hospitales todavía están abarrotados. Solo se administra un medicamento por cada visita, y el único medicamento [que hay] no reduce la fiebre, por lo que debe regresar por la tarde y esperar en la fila durante horas”.
Wu expresó su frustración porque los médicos no están dispuestos a dar más de una dosis de medicamento. “A veces ni siquiera puedes obtener [una dosis de] medicamento después de hacer fila durante horas”.
“La actitud del gobierno hacia nosotros es ignorar si podemos sobrevivir o no”. Los fuertes sobreviven, el resto muere, dijo Wu.
Sherry Lin, Nathan Amery, Ellen Wan, Kathleen Li y Lynn Xu contribuyeron a este artículo.
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