Más de 20 legisladores republicanos de la Cámara de Representantes han enviado una carta conjunta a la Casa Blanca en la que piden al presidente Joe Biden que dé prioridad a la cooperación con los aliados de Estados Unidos en materia de tecnologías emergentes para hacer frente a las amenazas que plantea el Partido Comunista Chino (PCCh).
Estas tecnologías incluyen la inteligencia artificial, la informática cuántica, los chips semiconductores y las comunicaciones 5G.
Beijing ha tratado de dominar estos campos, especialmente obligando a las empresas privadas y universidades chinas a apoyar su desarrollo militar bajo una estrategia llamada «fusión militar-civil.» El exsecretario de Estado Mike Pompeo ha advertido que la estrategia también incluía el robo de propiedad intelectual.
«El modelo del PCCh de capitalismo respaldado por el Estado y de fusión civil-militar permite a China realizar importantes inversiones y avances en estas tecnologías críticas», dijo Elise Stefanik (R-N.Y.) en un comunicado de prensa del 27 de enero.
«Es fundamental que Estados Unidos coopere con nuestros aliados para aumentar el desarrollo y el despliegue de estas tecnologías emergentes con el fin de desafiar el objetivo de China de liderar totalmente la tecnología mundial y de autoritarismo tecnológico».
Durante la Administración Trump, el Pentágono identificó a 44 empresas chinas que tenían vínculos con el ejército chino, incluyendo al gigante de las telecomunicaciones Huawei y al fabricante de chips semiconductores SMIC. En noviembre del año pasado, el expresidente Donald Trump emitió una orden ejecutiva que prohibía la inversión estadounidense en estas empresas.
En la carta conjunta, los legisladores pidieron a la Administración de Joe Biden que tome medidas para proteger los intereses económicos y de seguridad nacional de Estados Unidos, como por ejemplo priorizar los temas relativos a las tecnologías chinas en las cumbres del Grupo de los Siete (G7), así como dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La próxima cumbre del G-7 se celebrará en junio en Inglaterra, que ejerce la presidencia rotatoria del grupo este año. El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, también ha invitado a Australia, India y Corea del Sur como países invitados a la cumbre.
Japón, Corea del Sur y Taiwán albergan los mayores fabricantes de chips semiconductores fuera de Estados Unidos.
La carta pedía a la administración que promoviera «el desarrollo de una red de aliados para fomentar la cooperación entre las empresas tecnológicas de los estados aliados para aumentar los avances tecnológicos emergentes».
Los legisladores también pidieron a la Administración Biden que se coordine con los aliados y los países afines para «promover estándares tecnológicos justos y éticos en los organismos internacionales de regulación».
El régimen chino ha invertido mucho en sus esfuerzos para establecer estándares, tratando de promover sus propios estándares tecnológicas en organismos internacionales de regulación como la ISO.
En diciembre del año pasado, la Administración de Estandarización de China y el Departamento de Desarrollo de Equipos de la Comisión Militar Central, máximo órgano militar de China, publicaron una directriz sobre cómo aplicar mejor la fusión militar-civil mediante el establecimiento de normas tecnológicas comunes.
Otros legisladores de la Cámara de Representantes que firmaron la carta fueron Mike Gallagher (R-Wis.), Frank Lucas (R-Okla.), Michael Waltz (R-Fla.) y Michael McCaul (R-Texas).
«Animo firmemente a la Administración Biden a que tome las riendas dando prioridad a las tecnologías críticas, como la fabricación de semiconductores, en su plan de infraestructuras», dijo McCaul. «Esto incluye la inversión en la fabricación nacional de chips semiconductores de próxima generación, como se indica en mi Ley CHIPs para Estados Unidos».
En junio del año pasado, McCaul presentó un proyecto de ley (H.R.7178), la Ley de Creación de Incentivos Útiles para la Producción de Semiconductores (CHIPS) para Estados Unidos, que propone crear programas federales y proporcionar beneficios fiscales que apoyen a las empresas que construyen plantas de semiconductores en Estados Unidos.
Los senadores (R-Texas) y Mark Warner (D-Va.) presentaron la versión del Senado (S.3933) el mismo mes.
«Debemos trabajar con nuestros aliados para garantizar que nuestra cadena de suministro sea segura y que el futuro de la tecnología esté a salvo fuera de las manos del PCCh», concluyó McCaul.
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