SAN FRANCISCO. La llegada del líder del Partido Comunista Chino (PCCh), Xi Jinping, a la reunión de alto nivel con su homólogo estadounidense ha convertido al Estado Dorado en un foco de protestas.
Decenas de activistas y practicantes de Falun Gong se reunieron el 14 de noviembre cerca del Centro Moscone, el lugar donde se llevan a cabo muchas reuniones del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), pidiendo el fin de los abusos contra los derechos humanos en China.
Frente al hotel St. Regis, donde Xi se alojará durante la semana, varios peticionarios chinos se enzarzaron brevemente en una pelea a gritos con una multitud de partidarios de Beijing, que ondeaban banderas y gorras rojas.
“Les pagaron para estar aquí”, dijo Qiao Jie, un peticionario de la ciudad china de Wuhan, sobre los partidarios de Beijing en una entrevista con NTD, un medio de comunicación asociado a The Epoch Times.
Otra peticionaria, Jin Yuehua, le dijo a NTD cómo fue víctima de la expropiación de tierras por parte del régimen. Originaria de Shanghai, la Sra. Jin dijo que había estado buscando reparación durante 23 años desde que las autoridades chinas confiscaron sus propiedades en el año 2000. En lugar de ayudar a la Sra. Jin con sus quejas, las autoridades chinas decidieron silenciarla y perseguirla.
“Me metieron en un hospital… y me inyectaron drogas venenosas. Casi me matan. No tuve más remedio que escapar a Estados Unidos”, dijo la Sra. Jin. Agregó que hizo el largo viaje desde Nueva York para poder buscar justicia ante Xi.
Xi, que llegó a San Francisco el martes, tiene previsto reunirse con el presidente Joe Biden al margen de la cumbre de APEC el 15 de noviembre. Se trata de su primera reunión en un año tras un encuentro al margen de la cumbre del G20 en Bali, Indonesia.
Según los reportajes, los dos líderes se reunirán en Filoli, una finca histórica situada a unos 40 kilómetros al sur de San Francisco. Sin embargo, al recibir preguntas al respecto el martes, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, declinó confirmar el lugar.
Cruz Fairfield, de 18 años, de Central Valley, California, vino a San Francisco para crear conciencia, sosteniendo un cartel que decía “China tiene campos de concentración” mientras representaba a un uigur con una mano sobre la boca.
“Solo estoy aquí para crear conciencia. Y espero que cuando la gente vea que se trata de una cumbre económica, piensen que no quiero comprar productos fabricados en China”, le dijo el Sr. Fairfield a The Epoch Times.
«No está bien que nazcas en cautiverio, como un animal, y te hagan pruebas médicas, te mantengan allí, te laven el cerebro y te enseñen a odiar a las personas que se parecen a ti».
Fairfield dijo que quiere que la gente sepa que “China tiene un dictador”.
El gobierno de Estados Unidos ha declarado formalmente el trato que China da a los uigures en la región de Xinjiang como “genocidio” y “crímenes contra la humanidad”. Más de un millón de uigures están encerrados en campos de internamiento, donde los detenidos son sometidos a trabajos forzados, torturas, adoctrinamiento político, abortos forzados y otros tratos inhumanos.
“Detengan la persecución”
Muchos practicantes de Falun Gong del área de la Bahía de San Francisco tenían un mensaje simple: Su práctica es buena para todos y para el mundo, y el PCCh no tiene absolutamente ninguna razón para continuar la persecución contra Falun Gong que ya lleva 24 años.
“Mi mensaje a Xi Jinping es que detenga la persecución”, dijo Asaf Markovitz, de Israel, a The Epoch Times. “¿Por qué perseguir a la gente por ser buena gente?”
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual que involucra ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en tres principios fundamentales: Verdad, Benevolencia y Tolerancia. La práctica ganó popularidad en China durante la década de 1990, con entre 70 y 100 millones de practicantes a finales de la década, según estimaciones oficiales de la época. Inicialmente, el régimen chino había apoyado a la disciplina, pero finalmente consideró que su popularidad era una amenaza a su gobierno.
Durante 24 años, millones de practicantes de Falun Dafa han sido detenidos dentro de prisiones, campos de trabajo y otras instalaciones, y cientos de miles han sido torturados mientras están encarcelados, según el Centro de Información de Falun Dafa. Muchos se han convertido en víctimas de la práctica de sustracción forzada de órganos respaldada por el Estado chino, ya que sus órganos vitales fueron extraídos por hospitales chinos para impulsar una oscura industria de trasplantes de órganos en China.
Antes de la reunión Biden-Xi, el centro de información emitió una declaración en X, solicitando la “liberación inmediata” de todos los practicantes de Falun Gong en China, incluidos 10 que tienen familiares en Estados Unidos. Uno de los 10 practicantes es Zhou Deyong, cuya esposa e hijo residen actualmente en Florida. En abril, el Sr. Zhou fue sentenciado a ocho años de prisión.
Zhou está en una lista con 40 nombres de prisioneros políticos que la Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China ha preparado para el presidente Biden, pidiéndole que le entregue la lista a Xi cuando los dos se reúnan el miércoles. Otros nombres en la lista incluyen abogados chinos de derechos humanos, uigures, hongkoneses, tibetanos y cristianos.
Dean Tsaggaris, un ingeniero de Silicon Valley, le dijo a NTD que la situación de los derechos humanos en China tiene un impacto en el mundo entero.
“Si la gente de China no puede practicar libremente la verdad, la benvolencia y la tolerancia, no parece que el futuro vaya a ser muy bueno», dijo Tsaggaris. «Así que creo que los pueblos del mundo deberían preocuparse porque se trata de principios universales que afectan a todas las personas. Y si podemos cambiar la situación en China, creo que eso repercutirá en todo el mundo para mejor”.
“Tomar medidas firmes”
También participa en la protesta del martes Jenny Zhang, quien comenzó a practicar Falun Dafa en 1994 y salió de China hacia Estados Unidos en 2012. En una entrevista con The Epoch Times, recordó cómo su madre fue perseguida antes de salir de China.
La Sra. Zhang dijo que su madre, una profesora universitaria, había sufrido torturas mientras estaba bajo custodia en china. Más tarde, su madre se vio obligada a retirarse de la universidad y le retuvieron su pensión de jubilación, una política del régimen chino para privar intencionalmente a los practicantes de Falun Gong de su fuente de ingresos.
Tenía un mensaje para los llamados patriotas chinos que dan la bienvenida al Sr. Xi a San Francisco: Vayan a leer los “Nueve comentarios sobre el Partido Comunista” publicados por The Epoch Times.
“Si lo lees, sabrás que el régimen chino ha perjudicado a innumerables chinos durante su reinado”, dijo la Sra. Zhang. «Sabrán que el régimen nunca se ha preocupado realmente por su gente».
Abraham Thompson, un alto directivo de una empresa constructora, quien vive en San José, le pidió a la administración Biden que tome medidas.
“Mi mensaje a la administración Biden es que actúe, que actúe con firmeza y hable con firmeza sobre la libertad y los derechos humanos con el gobierno chino”, dijo Thompson en una entrevista con NTD.
“La persecución a Falun Gong ha durado más de 24 años. Es tan salvaje y brutal como siempre, tomar a personas inocentes, enviarlas a campos de trabajo y torturarlas por sus creencias. No podemos tolerar esto, y la administración Biden debería tomar medidas y hablar con firmeza al respecto. En mi opinión, ésta es la prioridad número uno”.
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