La administración Biden declinó apelar un fallo de la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de EE. UU. que anulaba su mandato sobre prácticas transgénero que obligaba a todos los médicos y hospitales a realizar procedimientos de transición de género.
En agosto, la corte del Quinto Circuito, que tiene jurisdicción sobre Texas, Mississippi y Luisiana, confirmó por unanimidad el fallo de una corte inferior en el caso, que protegía a unos 19,000 profesionales de la salud en Franciscan Alliance, una red católica de asistencia médica, para que no se vieran obligados a realizar procedimientos médicos en contra de su conciencia y su mejor criterio médico.
El plazo para apelar el fallo ante la Corte Suprema de Estados Unidos venció el 25 de noviembre, lo que significa que el fallo de la corte inferior ahora es definitivo.
Luke Goodrich de Becket, un grupo sin fines de lucro que aboga por la libertad religiosa y brinda asesoría legal, celebró el vencimiento de la fecha límite como una victoria.
«¡Excelentes noticias!», posteó Goodrich en Twitter. “El fallo fue un paso exitoso en la lucha para proteger los derechos de conciencia de los médicos”.
Goodrich dijo que los profesionales médicos que impugnaron el mandato «atienden felizmente a todos los pacientes, independientemente de su sexo o identidad de género», pero se niegan a realizar procedimientos de transición de género «que son ampliamente cuestionados en la comunidad médica”.
«Muchos consideran que los procedimientos son físicamente dañinos y sin beneficios psicológicos—especialmente cuando se realizan en niños», dijo.
Goodrich destacó un caso similar pendiente en la Corte de Apelaciones del Octavo Circuito luego de que una corte inferior anulara el mandato transgénero cuando fue impugnado por el Estado de Dakota del Norte y los proveedores de asistencia médica católicos. Posteriormente, el gobierno federal apeló el fallo ante el Octavo Circuito, que abarca Dakota del Norte y del Sur, Nebraska, Minnesota, Iowa, Missouri y Arkansas.
La administración Obama emitió el mandato federal hace más de seis años en un intento de obligar a todos los médicos del país a realizar transiciones de género a cualquier paciente que lo autorizara, incluidos los niños cuyos padres dieran su permiso.
El 21 de octubre, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., bajo la dirección del secretario Xavier Becerra, emitió una guía en la que se declaraba que era ilegal que los médicos y los proveedores de atención médica negaran la «atención de afirmación de género» a los pacientes que buscaban esas intervenciones médicas.
Esta semana, Becerra indicó que la administración Biden apoya el uso de dólares de los contribuyentes para pagar el tratamiento transgénero de menores, según un testimonio escrito presentado al Comité de Educación y Trabajo de la Cámara de Representantes el 29 de noviembre y obtenido por el Daily Caller.
Y en California, el gobernador Gavin Newsom promulgó varios proyectos de ley que promueven la «atención de afirmación de género» para menores. Uno de ellos, el Proyecto de Ley 107 del Senado, convierte a California en un estado santuario trans para proteger a los padres de jóvenes transgénero de los estados para que no sean procesados por abuso infantil.
Más recientemente, han surgido impugnaciones legales a los mandatos de «atención de afirmación de género» en todo el país, incluido un caso en Arkansas donde el estado defiende una ley que prohíbe las intervenciones médicas de transición de género en menores.
Mientras tanto, un número cada vez mayor de jóvenes que anteriormente fueron transgénero conocidos como destransicionistas, incluidos Chloe Cole, Daisy Strongin, Laura Becker y otros, han compartido recientemente sus historias de profundo arrepentimiento por haber tomado hormonas del sexo opuesto y haberse sometido a una extirpación quirúrgica de sus senos.
Cole tenía 15 años cuando se sometió a una doble mastectomía, y sus abogados emitieron una carta de intención para demandar al grupo médico Kaiser Permanente por haberle administrado hormonas sexuales y permitirle someterse a una cirugía de transición de género siendo menor de edad.
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