El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, dijo que la decisión de abandonar el caso criminal contra el exconsejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, se debió a que no había una investigación legítima cuando los agentes del FBI fueron a entrevistarlo en la Casa Blanca a principios de 2017.
Flynn inicialmente se declaró culpable de un cargo de mentir al FBI, pero recientemente retiró la declaración. El Departamento de Justicia (DOJ) se dispuso a desestimar el caso el jueves, después de que una gran cantidad de nueva información arrojó dudas sobre el cargo.
Los fiscales necesitaban una declaración falsa o una mentira y lo material para una legítima investigación, explicó el fiscal general.
«Es sobre la cuestión de lo material que creemos realmente que aquí no puede ser establecido un crimen porque no había, en nuestra opinión, una investigación legítima en curso», dijo Barr.
«No tenían una base para una investigación de contrainteligencia contra Flynn en esa etapa, basada en un llamado perfectamente legítimo y apropiado que él hizo como miembro de la transición».
Flynn estaba hablando con varios funcionarios extranjeros mientras él y otros miembros del entonces presidente electo, Donald Trump, se preparaban para la transición a la Casa Blanca. Él habló a fines de 2016 por teléfono con el entonces embajador ruso en Estados Unidos, Sergei Kislyak.
Los funcionarios de la administración Obama afirmaron que la conversación podría haber violado la Ley Logan, una ley centenaria que nunca ha sido procesada con éxito.
Pero Timothy Shea, fiscal interino de Estados Unidos para el distrito de Columbia, dijo en la moción de desestimación que la entrevista de Flynn «no estaba vinculada a la investigación de contrainteligencia del FBI sobre el Sr. Flynn, ni justificada por ella, una investigación que el FBI, según las propias palabras de la Oficina, estaba dispuesto a cerrar porque había dado lugar a una ‘ausencia de información despectiva'».
Los documentos publicados en los últimos días relativos al caso incluían notas escritas a mano de un oficial del FBI sobre el motivo del interrogatorio de Flynn y textos de un agente del FBI que mostraban que él se esforzó por mantener la investigación abierta cuando estaba a punto de cerrarse. El agente, Peter Strzok, fue despedido en 2018.
«A medida que se dispone de nueva información que tiene que ver con si hubo una investigación legítima, que nos exige, creemos que nuestro deber es desestimar el caso», dijo Barr.
«¿Las nuevas pruebas muestran que el caso de contrainteligencia contra Flynn se dejó abierto para tenderle una trampa por mentir?», preguntó Catherine Herridge de CBS News el jueves pasado. «Sí. En esencia», respondió Barr.
No había «nada malo» en la llamada de Flynn a Kislyak, enfatizó Barr.
«De hecho, era loable», no contenía «nada inconsistente con las políticas de la administración de Obama, y (…) era en interés de Estados Unidos», dijo el fiscal general.
«Le decía a los rusos, ya sabes, ‘no se exalten’, y le preguntaron si recordaba haber dicho eso y él dijo que no lo recordaba».
Barr señaló que se centró en restaurar un estándar de justicia igualitario en Estados Unidos y que ese estándar requería desestimar los cargos contra Flynn.
Petr Savb contribuyó a este informe.
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