El presidente Joe Biden descalificó el martes las leyes y propuestas que, según sus defensores, tienen como objetivo reforzar la seguridad electoral, afirmando que son «racialmente discriminatorias».
Biden, demócrata en su primer mandato, dijo que el proyecto de ley que firmó el gobernador de Georgia era una «viciosa ley contra el voto» y afirmó que los republicanos de Texas proponen «permitir que los observadores electorales partidistas intimiden a los votantes y pongan en peligro a los trabajadores electorales imparciales».
«Solo este año, 17 estados han promulgado —no solo propuesto, sino promulgado— 28 nuevas leyes para dificultar el voto de los estadounidenses, sin mencionar —y capten esto— casi 400 proyectos de ley adicionales que los miembros republicanos de las legislaturas estatales están tratando de aprobar», dijo Biden.
«El asalto del Jim Crow del siglo XXI es real. Es implacable, y vamos a desafiarlo enérgicamente».
Mientras los auditores del mayor condado de Arizona se acercan al final de su trabajo, y poco después de que los legisladores de Pensilvania iniciaran una investigación forense de las elecciones de 2020 en tres condados, Biden señaló que varios estados ya han completado recuentos y ciertos tipos de auditorías. Dijo que no era una hipérbole declarar que las elecciones eran «las más examinadas» de la historia del país.
Las soluciones a los desafíos a la votación incluyen la legislación —Biden prometió firmar la Ley para el Pueblo y la Ley de Avance del Derecho al Voto John Lewis si el Congreso las aprueba— y la intervención del Departamento de Justicia, que se está centrando en asegurarse que los votantes tienen acceso a las urnas, en examinar las auditorías y en emprender acciones legales, como demandar por la nueva ley de Georgia.
«Tenemos que apuntalar nuestro sistema electoral y hacer frente a las amenazas de subversión electoral, no solo desde el extranjero —hablé de ello con [el presidente ruso Vladimir Putin]— sino desde casa», dijo Biden.
El presidente habló desde el National Constitution Center en Filadelfia.
Los demócratas se oponen en gran medida a cualquier revisión de las elecciones de 2020. Muchos se oponen a prácticamente cualquier medida de seguridad electoral, como la exigencia de identificación, aunque algunas de las medidas gozan de un amplio apoyo de la opinión pública estadounidense.
Biden y otros demócratas han promovido en ocasiones información falsa sobre la ley de Georgia y otras propuestas de reforma electoral. La ley de Georgia implementó reformas como la limitación del número de buzones en un condado y la exigencia de que se coloquen en el interior de los edificios y se vigilen continuamente, al tiempo que se amplía el voto anticipado y se sigue permitiendo el voto por correo sin excusa.
El gobernador de Georgia, Brian Kemp, republicano en su primer mandato, respondió al discurso de Biden alegando que formaba parte del «continuo asalto del presidente a la integridad electoral y a las medidas de sentido común apoyadas por una amplia mayoría de estadounidenses».
La representante republicana de Texas, Lacey Hull, añadió el miércoles que el proyecto de ley por el que protestan los demócratas «no perjudica al voto».
«Este proyecto de ley hará que sea fácil votar y difícil hacer trampa», dijo en «Fox & Friends».
Los demócratas de Texas huyeron del estado para tratar de impedir la aprobación del proyecto de ley. Se enfrentan a ser arrestados.
Biden respaldó el plan y la vicepresidenta Kamala Harris planea reunirse con los legisladores esta semana, dijo la subsecretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, a los periodistas en el Air Force One mientras el presidente volaba a Pensilvania.
El expresidente Donald Trump acusó a Biden de acudir a Pensilvania para detener la investigación electoral que el senador estatal Doug Mastriano, un republicano, desencadenó hace algunas semanas.
«¿Por qué están tan preocupados de que un presidente, que nunca va a ninguna parte, se suba al hermoso Air Force One y se dirija a Filadelfia si se trata de unas elecciones honestas?», dijo Trump en un comunicado. «¿Por qué no dejar que la auditoría siga adelante y hacer que todo el mundo, en ambos lados, esté contento?»
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