El régimen chino se enfrentará a las consecuencias de sus abusos contra los derechos humanos, dijo el presidente Joe Biden, cuando le preguntaron por la represión de Beijing contra los musulmanes uigures en la región del extremo occidental de Xinjiang, durante un acto televisado el 16 de febrero.
El Partido Comunista Chino (PCCh), liderado por Xi Jinping, ha suscitado la condena internacional por sus abusos en Xinjiang, donde aproximadamente un millón de uigures y otras minorías que practican la religión musulmana están detenidos en campos de concentración. El exsecretario de Estado de EE.UU., Pompeo, calificó los abusos de China en esa zona como un genocidio.
«Habrá repercusiones para China, y él [Xi] lo sabe», dijo Biden en un foro ciudadano de CNN celebrado en Milwaukee.
Dijo que Estados Unidos reafirmará su papel de defensor de los derechos humanos en las Naciones Unidas y en otros foros.
«China está tratando de convertirse en el líder mundial y de conseguir ese apelativo», dijo Biden. «Y para poder hacerlo, tienen que ganarse la confianza de otros países. Y mientras se dediquen a actividades que van en contra de los derechos humanos básicos, va a ser difícil que lo consigan».
El presidente dijo que abordó la cuestión de los derechos humanos durante su llamada telefónica de dos horas con Xi la semana pasada.
También relató la justificación del líder chino para la represión del PCCh.
«Si saben algo de la historia de China, siempre ha sido—el momento en que China ha sido victimizada por el mundo exterior es cuando no han estado unificados en casa», dijo Biden. «Así que lo central —exagerando mucho—, el principio central de Xi Jinping es que debe haber una China unida y fuertemente controlada. Y en base a eso justifica las cosas que hace».
La descripción coincide con la propaganda del PCCh, que describe al Partido como la única entidad capaz de elevar a la nación china y restaurar la posición de China como líder preeminente en el escenario mundial, como lo fue el imperio chino hace siglos.
Biden dijo que señaló a su homólogo que: «Ningún presidente estadounidense puede sostenerse como tal si no refleja los valores de Estados Unidos».
El presidente dijo que tenía que pronunciarse en contra de la represión del régimen en Hong Kong, así como de «lo que está haciendo [Xi] con los uigures en las montañas occidentales de China y con Taiwán», refiriéndose este último a la creciente intimidación militar de Beijing sobre la isla autogobernada.
Añadió que «culturalmente, hay diferentes normas que cada país y, sus líderes se espera que sigan».
Esas observaciones sobre las «diferentes normas» suscitaron las críticas de algunos en las redes sociales, que acusaron al presidente de dar legitimidad a las atrocidades del PCCh.
Mientras que la administración Biden señaló que Estados Unidos estaría dispuesto a responsabilizar al PCCh por sus diversos abusos, el régimen chino ha advertido que hacerlo equivaldría a violar su «línea roja», algo que «no debe cruzarse».
A principios de este mes, el máximo diplomático del PCCh, Yang Jiechi, pidió a Estados Unidos que cesara su «interferencia» en asuntos de Hong Kong, el Tíbet y Xinjiang, que considera «asuntos internos» del régimen.
Yang advirtió que «cualquier traspaso [de la «línea roja» del régimen] acabaría socavando las relaciones entre China y Estados Unidos y los propios intereses de este país».
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