El presidente Joe Biden dijo el 24 de agosto que no sabía de la redada del FBI en el complejo turístico del expresidente Donald Trump hasta después de que ocurriera.
«No tuve ningún aviso previo. Ninguno. Cero. Ni uno solo», dijo Biden a los periodistas durante una conferencia de prensa no relacionada con el tema en Washington.
La Casa Blanca dijo previamente que Biden no sabía de la redada con antelación, pero es la primera vez que el presidente ha comentado en persona cualquier aspecto del asunto.
Los agentes del FBI ejecutaron una orden de registro en la finca de Trump en Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida), el 8 de agosto.
Los funcionarios de la Casa Blanca han afirmado que el Departamento de Justicia actúa de forma independiente, aunque una carta publicada esta semana muestra que la Casa Blanca respaldó los esfuerzos del departamento para obtener los registros transferidos de Mar-a-Lago a la Administración Nacional de Archivos y Registros a principios de este año.
«NARA proporcionará al FBI acceso a los registros en cuestión, tal y como solicitó el presidente en funciones, a partir del jueves 12 de mayo de 2022», dijo la archivera en funciones Debra Wall a un abogado de Trump en la misiva del 10 de mayo.
Entre los registros transferidos desde Mar-a-Lago en enero había material clasificado, según la administración de registros.
Las listas de inventario proporcionadas por los agentes a los abogados de Trump después de la redada de agosto mostraron que los agentes retiraron cajas de materiales, incluyendo materiales marcados como clasificados.
Trump ha dicho que desclasificó los materiales antes de dejar el cargo.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en una rueda de prensa separada el miércoles, se negó a dar detalles sobre los comentarios hechos horas antes por John Kirby, otro portavoz de la Casa Blanca.
“Simplemente no vamos a comentar sobre el contenido de la investigación independiente en curso del Departamento de Justicia”, dijo.
Una política de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, que supervisa las agencias de inteligencia, dice que una evaluación «se llevará a cabo cuando haya una divulgación no autorizada real o sospechada o un compromiso de la inteligencia nacional clasificada que pueda causar daño a la seguridad nacional de Estados Unidos».
Una evaluación «también puede llevarse a cabo cuando haya una pérdida real o sospechada, un uso indebido o un acceso no autorizado o una modificación de la inteligencia nacional clasificada que pueda afectar negativamente a la seguridad nacional», dice también la política.
La oficina no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
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