China es el país más activo difundiendo desinformación sobre el origen de COVID-19: Informe

Por Frank Fang
16 de febrero de 2021 4:22 PM Actualizado: 17 de febrero de 2021 11:20 AM

China fue el país más activo en la propagación de desinformación sobre el origen del COVID-19, según un infome recientemente publicado por Associated Press (AP) y por el Laboratorio de Investigación Forense Digital del grupo de expertos Atlantic Council, con sede en Washington.

El informe fue el resultado de un proyecto de investigación conjunto de nueve meses, después de analizar millones de publicaciones y artículos en las redes sociales que se publicaron en los primeros seis meses del brote de COVID-19. Los investigadores examinaron las narrativas falsas que se difundieron con fuerza en cuatro países: China, Irán, Rusia y Estados Unidos.

China difundió gran parte de la desinformación sobre el origen del COVID-19, enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), conocido comúnmente como nuevo coronavirus.

“Especialmente en el periodo inmediatamente posterior a la propagación inicial del COVID-19, faltó o se ocultó información objetiva sobre la enfermedad, su origen y sus síntomas -sobre todo por parte de China-, lo que proporcionó un amplio espacio para que se arraigara la información engañosa y maliciosa”, según el informe.

El régimen chino ocultó información pública sobre la enfermedad y también silenció a ocho médicos denunciantes, incluido el oftalmólogo Li Wenliang, quienes fueron los primeros en advertir, por medio de las redes sociales chinas, sobre un brote de “neumonía desconocida” en la ciudad china de Wuhan.

El informe señaló que los usuarios de Weibo, una red social china equivalente a Twitter, comenzaron a escribir, el 31 de diciembre de 2019, sobre una teoría de conspiración que conectaba a Estados Unidos con el brote. Por ejemplo, un usuario de Weibo escribió: «Cuidado con los estadounidenses”, mientras que otro escribió que Estados Unidos es uno de varios países del mundo que alberga un laboratorio P4 de bioseguridad.

Ninguna de estas primeras especulaciones en Weibo fue “coordinada o particularmente de gran alcance”.

Por su parte, se ha especulado que el laboratorio P4, en el Instituto de Virología de Wuhan, es la fuente del virus y el responsable de su fuga. Una hoja informativa, publicada el mes pasado por el Departamento de Estado de EE.UU., decía que “tenía motivos para creer” que varios investigadores del instituto se enfermaron con síntomas similares al COVID-19 en el otoño de 2019, lo que contradice una afirmación de un investigador del instituto que dijo que no habían ocurrido infecciones entre el personal de laboratorio y los estudiantes.

Una investigación reciente, realizada por un equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Wuhan no descartó la posibilidad de que el virus se filtrara del laboratorio P4, pero concluyó que la teoría era “extremadamente improbable”. La semana pasada, el secretario general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, sugirió que se necesita más investigaciones para estudiar las diferentes teorías del origen del virus.

Los medios de comunicación estatales de China pronto comenzaron a impulsar narrativas chinas de la pandemia después de las conversaciones esporádicas en Weibo.

“China prefirió, inicialmente, impulsar la percepción internacional a su favor amplificando las historias sobre su benevolencia al ayudar a otros países a combatir el virus”, según el informe.

A finales de febrero del año pasado, los medios de comunicación estatales de China comenzaron a publicar artículos que sugerían que el virus podría haberse originado fuera de China, según el informe. Algunos medios también realizaron una cobertura negativa de la respuesta de Estados Unidos al brote.

“Sin embargo, a medida que la enfermedad persistía, China comenzó a impulsar narrativas que describían a sus competidores geopolíticos negativamente. [Una narrativa] promocionaba conspiraciones que decían que el COVID-19 era un arma biológica de Estados Unidos”, agrega el informe.

Twitter

El informe analizó una serie de publicaciones en Twitter realizadas por el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijun, en marzo de 2020. En un tuit del 12 de marzo, Zhao acusó al ejército de Estados Unidos por llevar el virus a Wuhan.

El informe encontró que los tuits de Zhao, dirigidos a Estados Unidos el 12 y 13 de marzo del año pasado, habían “acumulado casi 47,000 retweets y tuits de citas, [fueron] referenciados en, al menos, 54 idiomas y calificados más de 82,000 veces” hasta el 13 de febrero. Estos tweets también fueron “amplificados por, al menos, 30 diplomáticos chinos diferentes y por cuentas estatales”.

Los tuits de Zhao también tuvieron un impacto enorme en la audiencia nacional china. Según el informe, los usuarios de Weibo vieron los hashtags populares que hacen referencia a sus tuits más de 300 millones de veces hasta el 13 de febrero.

El informe también analizó las actividades online que ocurrieron después de los tuits de Zhao en marzo. En una de ellas se publicó un enlace a un artículo de Larry Romanoff publicado en Global Research Canada, un sitio conocido por promover teorías de conspiración sobre temas como el calentamiento global. El artículo sugirió que el virus podría haberse filtrado de Fort Detrick, un destacado laboratorio de investigación biomédica militar en Maryland.

Hubo un aumento en las búsquedas en Google de «Larry Romanoff» a mediados de marzo, luego de los tuits de Zhao, según el informe.

Recientemente, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, retomó la teoría de conspiración citando Fort Detrick. Dijo durante una conferencia de prensa el 18 de enero que Estados Unidos debería invitar a expertos de la OMS a “realizar un rastreo de origen” en EE.UU.

“Si Estados Unidos realmente respeta los hechos, debería abrir el laboratorio biológico en Fort Detrick y dar más transparencia a temas como sus más de 200 laboratorios biológicos en el extranjero”, dijo.

Además, en Twitter, “la cantidad de cuentas diplomáticas chinas se triplicó con creces entre mayo de 2019 y mayo de 2020, de 40 a 135, y la producción se duplicó y se volvió más agresiva y conspirativa”, señala el informe. Debido al cortafuegos de China, los ciudadanos chinos comunes no pueden acceder a Twitter.

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