China está utilizando a toda la sociedad para robarse un camino que les permita convertirse en una potencia militar y el gobierno de Estados Unidos necesita defenderse mejor contra esa campaña de espionaje, dijo un oficial retirado de la CIA.
«Los funcionarios de seguridad estadounidenses calculan que los chinos roban entre 300,000 y 600,000 millones de dólares al año en propiedad intelectual, investigación y desarrollo, información y tecnología de Estados Unidos», dijo el exoficial David Sauer al medio NTD, socio de The Epoch Times, en una entrevista el 29 de octubre.
Estados Unidos no ha sido el único objetivo. Sauer dijo que la campaña de espionaje de China también se ha dirigido a la Unión Europea, Corea del Sur y Japón, una campaña habría comenzado entre los años 2000 y 2001.
«Ellos están [China] robando esa información y luego integrándola en su economía y en sus empresas estatales, [y] en su ejército. Algunos de sus sistemas militares parecen un calco de los sistemas militares estadounidenses», añadió.
«Así que realmente les ahorra [a China] mucho tiempo, sudor y lágrimas de tratar de desarrollar esa tecnología».
Sauer fue jefe de estación y subjefe de estación en múltiples puestos de mando en el extranjero en Asia Oriental y Asia Meridional antes de su jubilación.
El régimen chino tiene como objetivo a las personas —que pueden ser estudiantes, académicos o empresarios— y busca su cooperación para obtener ciertas tecnologías en las que Beijing está interesada, dijo a continuación.
«Ahora esas personas, apuesto a que la mayoría de ellas no quieren cooperar, piensan que es un poco arriesgado y que podrían ser atrapados y arruinar su vida, o su capacidad de funcionar en los Estados Unidos», agregó.
«Pero ellos realmente no tienen otra opción. Están tratando con un régimen autoritario y arriesgarían su futuro si dicen que no. Así que no lo hacen».
Christopher Wray, director del Buró Federal de Investigaciones (FBI) desde agosto de 2017, dijo el año pasado que el FBI abría una nueva investigación de contrainteligencia china aproximadamente cada 10 horas. También indicó que la oficina tenía más de 2000 investigaciones de contrainteligencia relacionadas con China en ese momento.
Una de las investigaciones recientes del FBI se refiere a Zhang Xiaoming, un exprofesor civil de la Escuela de Guerra Aérea de la Base de la Fuerza Aérea Maxwell, en Alabama, quien se declaró culpable de hacer declaraciones falsas a un agente federal sobre sus vínculos con un funcionario municipal chino.
Según el Departamento de Justicia, Zhang desarrolló una relación con el funcionario durante uno de sus viajes a China en 2012. Más tarde, se dio cuenta de que el funcionario intentaba utilizarlo para acceder a información sensible que tenía en su poder.
El 22 de octubre, el Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad (NCSC) lanzó una campaña de divulgación para advertir a las organizaciones estadounidenses de cinco sectores diferentes —inteligencia artificial, sistemas autónomos, bioeconomía, ciencia y tecnología de la información cuántica y semiconductores— sobre cómo podrían ser objetivos de operaciones de contrainteligencia extranjeras.
«Para ayudar a alcanzar sus objetivos estratégicos, la República Popular China emplea una amplia variedad de métodos legales, cuasi legales e ilegales para adquirir tecnología y conocimientos técnicos de Estados Unidos y otros países», según una hoja informativa (pdf) del NCSC.
Estos métodos incluyen la colaboración académica, la cooptación de personal interno, las empresas conjuntas joint ventures, los programas de captación de talento y las inversiones en ciencia y tecnología.
«La realidad es que China está utilizando nuestra tecnología e innovación para construir su ascenso y construirse un ejército que pueda derrotar al nuestro», dijo Sauer.
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