Cientos se unen en el barrio chino de NY rechazando la persecución a Falun Gong en la China comunista

Por Eva Fu
11 de julio de 2022 11:17 AM Actualizado: 11 de julio de 2022 11:17 AM

MANHATTAN, Nueva York. Cientos de personas desfilaron en el bajo Manhattan a través de una de las comunidades chinas más antiguas de Estados Unidos para protestar por los continuos abusos en la China comunista, abusos que la comunidad internacional ha descrito como “crímenes contra la humanidad”.

Fue la primera vez en casi cinco años que los participantes regresaron al barrio chino, Chinatown, hogar de una de las poblaciones de inmigrantes chinos más densas del país. Las solicitudes anteriores desde 2017 habían sido rechazadas repetidamente, lo que, según sospechan los organizadores del evento, fue en parte el resultado de la influencia de Beijing.

El evento, según los organizadores, tuvo un doble propósito: Presionar al régimen comunista chino que ha estado arrestando y torturando a los creyentes, al mismo tiempo que crea conciencia sobre estas violaciones entre la diáspora china.

“Puedes ver por ti mismo de qué se trata”, le dijo a The Epoch Times Pengfei Yan, un diseñador de gráficos por computadora de 27 años que asistió al desfile.

El practicante de Falun Gong , Yan Pengfei, participa en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Chung I Ho/The Epoch Times)

La mayoría de los participantes allí eran practicantes de Falun Gong, una disciplina espiritual que ha sido objeto de una persecución de 23 años a manos del Partido Comunista Chino (PCCh). La práctica meditativa, que defiende los principios de verdad, benevolencia y tolerancia, atrajo hasta el año 1999 entre 70 y 100 millones de practicantes en China. Ese año, el régimen, amenazado por la popularidad de la práctica, desató una amplia campaña de persecución, que continúa en la actualidad.

Desde entonces, millones de practicantes de Falun Gong han sido encarcelados en varios centros de detención, prisiones y otras instalaciones, donde los obligan al trabajo esclavo, la alimentación forzada y otros métodos de tortura en un intento por hacerlos renunciar a su fe. Un número incalculable de los detenidos también han sido asesinados por sus órganos para abastecer al hambriento sistema de trasplante de órganos de China, donde se lleva a cabo la sustracción forzada de órganos, respaldada por el PCCh, a prisioneros de conciencia.

«Tenemos que levantarnos»

Yan tenía solo tres años cuando su madre lo llevó a Estados Unidos en 1996. Pero uno de sus buenos amigos en China fue encarcelado durante años por sus creencias y solo escapó del país hace unos cinco años, tiempo durante el cual su esposa tuvo que cuidar sola de su hijo, que ahora tiene nueve años.

“No podía imaginarme pasando por eso”, dijo Yan. “El gobierno de China realmente se está aprovechando de este grupo compasivo de personas”.

Yan ha estado en más de 20 desfiles de Falun Gong en el transcurso de su vida. Helen Peng, su madre, recordó que, durante los primeros años, manejaban o volaban a todo el mundo, pasando a veces 10 horas en la carretera, a eventos que pedían el fin de la persecución. Había una urgencia ardiente que los impulsaba, dijo.

“Tenemos que ponernos de pie”, le dijo a The Epoch Times. “Si no somos nosotros, ¿Quién más?”

Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Larry Dye/The Epoch Times)

“Lo que el PCCh considera malo es definitivamente bueno”

Peng comenzó a practicar Falun Gong en 1996 después de que su amiga le escribiera recomendándole la disciplina. Después, los dolores en la cintura, que hacían dolorosa una de sus tareas básicas de la casa como trapear el piso, desaparecieron sin dejar rastro, según ella.

Su familia había experimentado la crueldad del régimen de primera mano. Su abuelo, que luchó para el opositor Partido Nacionalista antes de que el régimen tomara el poder en 1949, se suicidó durante los 10 años de la Revolución Cultural cuando se convirtió en el objetivo de las “sesiones de lucha” de represalia.

En 1989, cuando una protesta liderada por estudiantes en Beijing, que pedía reformas democráticas en China, terminó con tanques militares y disparos, Peng vio a los medios oficiales chinos proclamar que «nadie murió», incluso cuando sus colegas médicos que trabajaban en los hospitales de la ciudad le describieron “un río de sangre” que se extendía hasta los sótanos de las instalaciones.

Debido a que ayudó a coordinar los sitios de ejercicio de Falun Gong en Estados Unidos, el nombre de Peng entró en la lista negra de Beijing y la policía hostigó a su familia en China. No pudo regresar a China para asistir a los funerales de su padre y su hermano.

El ambiente en China, lleno de miedo y adoctrinamiento, formaba un marcado contraste con la libertad que disfrutaban en Estados Unidos, relató. Cuando su madre vino de visita, Peng recordó que ella secundó la propaganda estatal que vilipendiaba la práctica y trató de persuadirla para que abandonaran la creencia.

La vecina de Peng, que también formó parte de la conversación, salió en defensa de Peng y dijo: “Lo que el PCCh considera malo es definitivamente bueno”, recordó.

El practicante de Falun Gong, Cheng Song, participa en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Chung I Ho/The Epoch Times)

Energía positiva

Cheng Song, un percusionista profesional de 33 años, que actuó durante el desfile, dijo que le costó encontrar palabras para describir su entusiasmo.

“La sonrisa en el rostro de cada compañero practicante, la energía positiva de todos… No creo que nada pueda compararse con esto”, le dijo a The Epoch Times.

Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Samira Bouaou/The Epoch Times)

Cheng, originario de China, escuchó por primera vez sobre Falun Gong en Alemania, durante el 2016, cuando era estudiante en el Conservatorio Brahms Johannes, de Hamburgo. Comenzó a practicar la disciplina en 2019 después de regresar a China.

La policía, que intervino su teléfono, convocó a Cheng para interrogarlo dos veces. Cada vez, se habían hecho pasar por los padres de un posible estudiante que buscaba tomar lecciones de música con él, dijo. Los dos interrogatorios sumaron dos noches de insomnio, durante las cuales tres o cuatro oficiales, fumando cajas de cigarrillos, lo amenazaron con llevarlo a la cárcel.

A pesar de la presión, Cheng ya había tomado su elección.

“Cada persona con un poco de conciencia se levantaría y diría que no, y elegiría el lado de la justicia”, dijo. El músico llegó a Estados Unidos a fines del año pasado después de que se aliviaron las restricciones de viaje por la pandemia para escapar de la persecución.

Cheng Song toca los tambores en China, en una foto sin fecha. (Cortesía de Cheng Song)

El desfile pareció conmover a algunos transeúntes.

“Es muy conmovedor y emotivo ver cuántas personas están tratando de ponerle fin a la tortura”, dijo Estella Pena de República Dominicana, quien sostenía un volante de Falun Gong en la mano. Su amiga, Lia Brouwer, estuvo de acuerdo. Los ojos de Brouwer todavía estaban rojos, como resultado de su llanto anterior mientras se enteraba de las dificultades que pasan los practicantes de Falun Gong en China.

Miranda Pena, quien estuvo con ellas asistiendo a un concierto en Nueva York, dijo que planea firmar una petición para poner fin a la sustracción forzada de órganos. Ella ha leído sobre el adoctrinamiento sistémico del régimen en las escuelas, y el sufrimiento de las personas en ese país le ha dado más inspiración para hablar, dijo.

Cuando “lees sobre eso o lo ves, creo que revienta esa burbuja, esa burbuja de ficción en la que vivimos y puedes ver lo difícil que está viviendo la gente”, le dijo a The Epoch Times. “Me dan ganas de pelear o hacer algo al respecto”.

Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Larry Dye/The Epoch Times)
Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Larry Dye/The Epoch Times)
Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Samira Bouaou/The Epoch Times)
Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Larry Dye/The Epoch Times)
Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Samira Bouaou/The Epoch Times)
Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Larry Dye/The Epoch Times)
Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Larry Dye/The Epoch Times)
Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Samira Bouaou/The Epoch Times)
Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Samira Bouaou/The Epoch Times)
Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Chun I Ho/The Epoch Times)
Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Samira Bouaou/The Epoch Times)
Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Samira Bouaou/The Epoch Times)
Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Larry Dye/The Epoch Times)
Los practicantes de Falun Gong participan en un desfile para denunciar y exponer los 23 años de persecución a la disciplina espiritual en China, en el barrio chino de Nueva York, el 10 de julio de 2022. (Larry Dye/The Epoch Times)

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