Un comentario realizado por un asesor de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) es «la declaración más peligrosa que he escuchado en medicina», dijo el único médico en activo del Congreso en una nueva entrevista.
El Dr. Eric Rubin, editor jefe del New England Journal of Medicine, y médico asociado especializado en enfermedades infecciosas en el Brigham and Women’s Hospital, forma parte del panel asesor sobre vacunas de la administración.
Antes de que el panel votara esta semana para aconsejar a la FDA que autorizara la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer para niños de 5 a 11 años, Rubin dijo, en parte: «Nunca vamos a saber lo segura que es esta vacuna si no empezamos a administrarla. Así es como funciona. Así es como descubrimos las raras complicaciones de otras vacunas, como la del rotavirus».
«Esa es literalmente la afirmación más peligrosa que he escuchado en medicina», dijo el representante Greg Murphy (R-N.C.), un médico, en el programa «Capitol Report» de NTD.
«¿Cómo va a parecerle eso a la típica madre, al típico padre que se preocupa por su hijo? ¿Quieren que se experimente con su hijo?», añadió.
Las declaraciones de Rubin fueron tomadas por varias personas y circularon ampliamente en las redes sociales, y algunos usuarios dijeron que demostraba que la vacuna no debía administrarse a los niños.
Al preguntarle por las críticas, Rubin dijo a The Epoch Times en un correo electrónico: «El ensayo clínico de la vacuna contra COVID-19 de Pfizer-BioNTech en niños no mostró ningún efecto adverso. Todos los datos hasta la fecha indican que es segura. Evitará la hospitalización de niños con enfermedades graves, como ocurre con los adultos. La vacuna funciona y salva vidas».
La afirmación de que el ensayo no mostró efectos adversos es falsa, ya que la FDA descubrió 13 casos de inflamación de los ganglios linfáticos. Sin embargo, ninguno de los participantes en el ensayo experimentó inflamación del corazón (miocarditis o pericarditis), un efecto secundario grave que se ha observado en tasas más altas de lo esperado entre los jóvenes, especialmente los varones.
El grupo de expertos reflexionó sobre los posibles beneficios y riesgos de administrar la vacuna a los niños pequeños, pero finalmente decidió que los beneficios eran mayores que los riesgos. La FDA aceptó la recomendación el viernes.
Tras la votación, Rubin declaró que los sistemas de vigilancia serán cruciales para saber «hasta qué punto» la vacuna de Pfizer es segura para los niños.
«Decidimos hacerlo de forma muy consciente. Pero espero que esto sea el comienzo para aprender más sobre ello», dijo.
Murphy y Rubin sí estuvieron de acuerdo en un punto. Las vacunas contra el COVID-19 no deberían ser obligatorias en este momento debido a la falta de datos de seguridad. Varios otros asesores de la FDA también dijeron que se oponen a la obligatoriedad de la vacuna para los niños pequeños en este momento.
Murphy, en declaraciones a NTD, señaló una diferencia clave entre el COVID-19 y las enfermedades para las que los niños reciben vacunas de forma rutinaria a principios de su vida.
«Las vacunas que tenemos para los niños son el sarampión, las paperas, la rubeola, esas cosas que les damos a los niños, las tenemos que poner antes de que vayan a la escuela. Y estoy de acuerdo con eso, está bien. Pero el problema es que esas son enfermedades infantiles. El COVID no es una enfermedad infantil. Puede afectar a los niños, pero su índice de letalidad es infinitesimal comparado con el de los adultos», dijo Murphy, que ejerce en el Vidant Medical Center, un centro de traumatología de nivel 1 con 1000 camas.
«No entiendo por qué se está imponiendo tanto a los niños», añadió, y predijo que pronto habrá una orden federal para los niños solo para que puedan ir a la escuela. «No exigimos que los niños se vacunen contra la gripe para ir al colegio. No exigimos que los niños se vacunen contra el VPH. Así que no entiendo la biología y la virología para esto».
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