Un importante acuerdo de inversión entre la UE y China ha quedado en entredicho después de que China recurriera a una diplomacia agresiva en respuesta a las sanciones de la UE.
La Unión Europea, Estados Unidos, el Reino Unido y Canadá revelaron el 22 de marzo sanciones coordinadas contra funcionarios chinos responsables de la política opresiva del Partido Comunista Chino (PCCh) en la región del extremo occidental de China, Xinjiang. La UE sancionó a cuatro funcionarios chinos en virtud del nuevo Régimen Global de Sanciones de Derechos Humanos de la UE, que entró en vigor en diciembre del año pasado.
El PCCh está cometiendo un genocidio contra los uigures de Xinjiang, sometiéndolos a la esterilización forzada, el aborto forzado, la tortura, los trabajos forzados y la separación de los niños de sus familias. Además, más de un millón de uigures están detenidos en campos de internamiento, instalaciones que el régimen comunista ha defendido como «escuelas de formación profesional».
China contraatacó imponiendo sus propias sanciones a parlamentarios canadienses, funcionarios estadounidenses de derechos religiosos, legisladores del Reino Unido y políticos de la UE, incluidos cinco eurodiputados.
La aparente represalia del régimen chino enfureció a los gobiernos europeos, y al menos nueve países —entre ellos Bélgica, Dinamarca, Francia y Suecia— convocaron a los embajadores de la República Popular China en sus países para expresar su protesta.
Las embajadas chinas en la Unión Europea también tomaron contramedidas. Según el medio de comunicación estatal chino Guancha, a fecha del 25 de marzo las embajadas chinas en 15 países europeos han presentado quejas sobre las sanciones de Xinjiang en los ministerios de asuntos exteriores de dichos países.
Las tensas relaciones entre China y la UE ponen ahora el acuerdo bilateral de inversión —que se firmó en diciembre del año pasado tras siete años de negociaciones— al borde del colapso. El acuerdo, que aún debe ser ratificado por el Parlamento Europeo y aprobado por el Consejo de la UE, ha sido criticado durante mucho tiempo por los continuos abusos de los derechos humanos y las malas condiciones laborales de China.
El 27 de marzo, Norbert Röttgen, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Bundestag, el parlamento alemán, dijo que el acuerdo de inversión no iba a ninguna parte por el momento, según el diario alemán Augsburger Allgemeine.
Röttgen dijo que no podía imaginar que hubiera consenso en el Parlamento Europeo para ratificar el acuerdo de inversión después de que China castigara a varios eurodiputados simplemente por «ejercer su libertad de expresión».
«La UE y los Estados miembros deben dejar esto claro a Beijing», dijo Röttgen.
Röttgen no es el único que ha expresado su preocupación por el acuerdo de inversión. Según un artículo publicado el 26 de marzo por el diario alemán Merkur, tres de los cuatro partidos más importantes del Parlamento Europeo han manifestado que están en contra de la ratificación del acuerdo de inversión mientras se mantengan las sanciones de China.
Jörg Wuttke, presidente de la Cámara de Comercio Europea en China, declaró a Merkur que el acuerdo de inversión no se debatirá en el Parlamento Europeo en un futuro próximo.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China, en un comunicado del 22 de marzo, criticó las sanciones de la UE por considerar que no se basan «más que en mentiras y desinformación». Pidió a Bruselas que «reflexionara sobre sí misma [y] afrontara directamente la gravedad de su error», y que dejara de «interferir en los asuntos internos [de otros]».
También el 22 de marzo, el Congreso Mundial Uigur (WUC), con sede en Múnich, elogió en un comunicado las sanciones de la UE a los cuatro funcionarios chinos.
«Estas sanciones envían un claro mensaje de la Unión Europea al PCCh de que no puede seguir cometiendo impunemente un genocidio contra los uigures», declaró Dolkun Isa, presidente del WUC.
Y añadió: «Agradecemos a la Unión Europea este paso vital e instamos al resto de la comunidad internacional a seguir su ejemplo. Solo con acciones concretas como esta podremos detener el genocidio uigur y poner fin al sufrimiento del pueblo uigur».
El 27 de marzo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, condenó a Beijing por las sanciones impuestas a dos funcionarios estadounidenses y dijo que las medidas de China «solo contribuyen al creciente escrutinio internacional del genocidio y los crímenes contra la humanidad que se están cometiendo en Xinjiang».
«Aunque EE. UU., el Reino Unido, Canadá y la UE han sancionado a violadores de los derechos humanos, el gobierno chino ha optado por sancionar a defensores de los derechos humanos, a comités y a destacados legisladores elegidos en todo el mundo», declaró el sábado la ONG británica Hong Kong Watch en un comunicado sobre las sanciones de China.
Añadió: «Toda pretensión de inocencia [por parte de Beijing] se ha desvanecido y los lobos guerreros están devolviendo los mordiscos, el mundo debe unificarse para apoyar a los uigures, a los hongkoneses y a otros que se enfrentan a la persecución del gobierno chino».
En los últimos años, el PCCh ha adoptado cada vez más una forma agresiva de diplomacia de «lobo guerrero» en un intento por rechazar las crecientes críticas internacionales al régimen.
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