El secretario de Estado de EE.UU. Mike Pompeo emitió una severa advertencia contra el Partido Comunista Chino (PCCh) después de que éste decidiera imponer una draconiana ley de seguridad nacional en Hong Kong, diciendo que Estados Unidos «no se quedará de brazos cruzados mientras China se traga a Hong Kong».
«Hoy es un día triste para Hong Kong, y para la gente amante de la libertad en toda China», declaró Pompeo en un comunicado de prensa del Departamento de Estado el 30 de junio.
«Hong Kong demostró al mundo lo que un pueblo chino libre podría lograr, una de las economías más exitosas y una de las sociedades más vibrantes del mundo», observó. «Pero la paranoia de Beijing y el miedo a las aspiraciones de su propio pueblo lo han llevado a destripar los cimientos del éxito del territorio, convirtiendo ‘Un país, dos sistemas’ en ‘Un país, un sistema'».
«Un país, dos sistemas» es el marco a través del cual Beijing prometió preservar la autonomía de Hong Kong tras la transferencia de la soberanía de la ciudad de Gran Bretaña a China en 1997.
La ley de seguridad nacional entró en vigor el 30 de junio a las 11 de la noche (hora local), horas después de las votaciones ceremoniales de la legislatura títere de China, la Asamblea Popular Nacional (APN).
La ley penaliza a las personas por cualquier acto de subversión, secesión, terrorismo y colusión con fuerzas extranjeras, con penas máximas de cadena perpetua.
Entre las diferentes disposiciones de la ley, se establece que el régimen chino tiene la jurisdicción última sobre los casos de seguridad, y establecerá una oficina de seguridad que instruirá y supervisará al gobierno de Hong Kong sobre la aplicación de dicha ley.
La aprobación de la ley suscitó inmediatamente críticas de los grupos parlamentarios prodemocracia de Hong Kong. La legisladora Tanya Chan equiparó la ley a un «certificado de defunción» para «un país, dos sistemas».
El clamor es internacional, con críticas de más de 27 países, así como de Taiwán y la Unión Europea. Muchos legisladores estadounidenses también expresaron su oposición, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), dijo que la aprobación de la ley «señala la muerte de ‘un país, dos sistemas'».
Pompeo dijo en su declaración que la medida del PCCh de promulgar la ley de seguridad nacional «demuestra una vez más que los compromisos de Beijing —en este caso, la Declaración Conjunta Sino-Británica de 1984 y la Ley Básica— son palabras vacías», refiriéndose al tratado que rigió la entrega de Hong Kong y que supuestamente debe garantizar al pueblo de Hong Kong 50 años de libertad.
«Estados Unidos no se quedará de brazos cruzados mientras China se traga a Hong Kong en sus fauces autoritarias», dijo, y añadió que Estados Unidos ya ha tomado una serie de medidas en respuesta, que incluyen la imposición de restricciones de visado a funcionarios del PCCh por erosionar la autonomía y las libertades de Hong Kong, la revocación del estatuto comercial especial de Hong Kong y la imposición a la ciudad de restricciones a la exportación similares a las que impone a China en materia de defensa y tecnologías de doble uso de los Estados Unidos.
La portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, dijo en Twitter que las restricciones de visado también se dirigirán a los funcionarios del PCCh que están detrás de la ley de seguridad nacional.
Our visa restrictions on PRC officials responsible for undermining Hong Kong’s autonomy will target those behind this legislation.
— Morgan Ortagus (@statedeptspox) July 1, 2020
Pompeo dijo que Estados Unidos «seguirá apoyando al pueblo amante de la libertad de Hong Kong, y responderá a los ataques de Beijing contra las libertades de expresión, prensa y reunión, así como al estado de derecho».
La líder de Hong Kong, Carrie Lam, dijo el 1 de julio que la ley era «una decisión esencial y oportuna para restaurar la estabilidad en Hong Kong».
A partir de junio de 2019, millones de personas salieron a las calles en continuas protestas masivas en oposición al ahora completamente desechado proyecto de ley de extradición. Las protestas continuaron en Hong Kong en la mañana del 1 de julio, cuando una docena de miembros del partido prodemocracia Liga de Socialdemócratas marcharon en Wan Chai mientras gritaban consignas como «lucha contra la ley malvada de seguridad nacional». También sostenían pancartas con las palabras «terminar con el régimen autoritario de un solo partido».
La Liga de Socialdemócratas dijo en un comunicado de prensa que la ley de seguridad nacional «priva a los hongkoneses de sus libertades» y «pisotea los derechos civiles esbozados en la Ley Básica».
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