El Departamento de Estado de EE.UU. «no dudará en tomar medidas apropiadas» contra la continua persecución del Partido Comunista Chino (PCCh) al grupo espiritual Falun Gong, dijo un portavoz el 18 de julio.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual que se introdujo en China en 1992. Sus practicantes se rigen por los tres principios de verdad, benevolencia y tolerancia, y realizan regularmente cinco ejercicios de meditación. En menos de una década, entre 70 y 100 millones de personas practicaban Falun Gong, según estimaciones oficiales en China.
Después, en 1999, el PCCh, un régimen ateo, emitió órdenes para «erradicar» Falun Gong utilizando métodos que incluían detenciones ilegales, lavado de cerebro y tortura, e incluso la sustracción de órganos de presos de conciencia vivos.
El 20 de julio se cumple el aniversario del inicio de la campaña de persecución del PCCh, que ha continuado sin interrupción durante 25 años.
Jiang Zemin, entonces secretario general del PCCh, había organizado el 10 de junio de 1999 una fuerza policial extralegal para erradicar la práctica. Poco después de la medianoche del 20 de julio, estos agentes allanaron los domicilios de miles de practicantes de Falun Gong e instigaron detenciones ilegales masivas.
El portavoz adjunto principal del Departamento de Estado, Vedant Patel, no adelantó acciones concretas, pero afirmó que el departamento ha estado observando las actuaciones de China en materia de derechos humanos.
«Hemos visto a la República Popular China tomar una serie de medidas en los últimos años que consideramos una represión de los derechos humanos básicos», afirmó. «Es algo que seguiremos planteando directamente a los funcionarios de la RPC».
Friends of Falun Gong, una organización sin ánimo de lucro fundada en 2000 por estadounidenses preocupados por la persecución, publicó una carta el 18 de julio en la que pedía al secretario de Estado Antony Blinken que solicitara nuevas sanciones para quienes hayan participado en la persecución de Falun Gong.
«Condenamos enérgicamente esta persecución y escribimos para instar a la administración Biden a que tome medidas concretas antes de este trágico aniversario», dice la carta, firmada por 16 defensores de los derechos humanos que representan a diversos grupos.
El secretario en 2021 y 2022 anunció sanciones contra dos funcionarios del PCCh por violaciones de los derechos humanos en la persecución contra Falun Gong, y el Departamento de Justicia también ha acusado a varios agentes del PCCh por su participación en la persecución, señalaron los defensores.
«Tales acciones son bienvenidas, pero se debe hacer más para incentivar a los funcionarios chinos de todos los niveles a abstenerse de participar en violaciones de los derechos humanos contra los practicantes de Falun Gong en China y Estados Unidos», dice la carta.
El mes pasado, el Departamento de Estado publicó un informe sobre el tráfico de seres humanos en el que se destacaba la práctica del PCCh de sustraer órganos a personas vivas. Clasificó a China como una nación con una «política o patrón» de tráfico de personas, señalando que el régimen chino se ha enfrentado a acusaciones de «sustraer sistemáticamente por la fuerza órganos de presos políticos».
Un portavoz del departamento describió la práctica como «depravada» y «un flagrante abuso de los derechos humanos».
El Departamento de Estado pidió al PCCh que se abra a una investigación independiente «sobre el sistema de trasplante de órganos del país y que debería dar la bienvenida a observadores independientes para investigar la veracidad de estos informes».
«La sustracción forzada de órganos en China parece estar dirigida a minorías étnicas, lingüísticas o religiosas específicas que permanecen detenidas, a menudo sin que se les expliquen los motivos de la detención ni se les entreguen órdenes de arresto, en distintos lugares», dice el informe, citando una declaración conjunta de un grupo de expertos en derechos humanos de Naciones Unidas en 2021.
En 2006, unos informantes revelaron a The Epoch Times la sustracción de órganos a practicantes vivos de Falun Gong por parte del PCCh. Desde entonces, varios organismos no gubernamentales han recogido evidencia de esta práctica, incluidos testimonios de la espeluznante práctica por parte de médicos especialistas en trasplantes que participaron y posteriormente desertaron.
En 2020, un tribunal popular independiente concluyó que Beijing había estado matando a presos de conciencia para obtener sus órganos «a una escala significativa», siendo los practicantes de Falun Gong encarcelados la principal fuente.
La Cámara de Representantes también tomó medidas recientemente, aprobando la Ley de Protección de Falun Gong.
Presentada por el representante Scott Perry (R-Pa), la ley exige sanciones y otras penas contra el PCCh para poner fin a su práctica de sustracción de órganos a personas vivas.
También prohíbe la cooperación de Estados Unidos con China en el campo de los trasplantes de órganos mientras el PCCh siga en el poder. Según la directora del Centro para la Libertad Religiosa del Instituto Hudson, Nina Shea, instituciones estadounidenses han formado al menos a 344 médicos chinos especializados en trasplantes.
El proyecto de ley necesita ahora la aprobación del Senado. Si se aprueba y el presidente la convierte en ley, el Departamento de Estado tendrá que coordinarse con el Departamento de Defensa y la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional para determinar si la persecución del PCCh contra Falun Gong constituye una «atrocidad» definida como crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.
A las personas que participen en la persecución se les revocaría el visado y serían inadmitidas en Estados Unidos.
Con información de Eva Fu.
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