Estados Unidos no cederá en materia de seguridad nacional, pero no pretende desvincularse de Beijing, dijo el martes la secretaria de Comercio estadounidense, Gina Raimondo, a altos funcionarios chinos.
La Sra. Raimondo se encuentra en el segundo día de conversaciones en China como parte de los esfuerzos de la Administración Biden por reabrir las líneas de comunicación con el régimen comunista. Los lazos bilaterales entre Beijing y Washington se han deteriorado este año por una serie de cuestiones, desde el comercio, los aranceles y Taiwán hasta los presuntos espías. Los episodios más recientes incluyen la filtración de correos electrónicos del gobierno estadounidense por piratas informáticos vinculados a China.
La Sra. Raimondo, cuarta alta funcionaria estadounidense que viaja a China en 10 semanas, se reunió el martes con varios altos funcionarios chinos antes de hablar con el primer ministro Li Qiang.
«Hasta ahora he tenido una visita muy productiva», dijo Raimondo a Li antes de las sesiones a puerta cerrada. «El presidente Biden me pidió que viniera aquí para transmitir el mensaje de que no pretendemos desvincularnos; pretendemos mantener nuestra relación comercial de 700,000 millones de dólares con China».
El Sr. Li destacó que las relaciones económicas y comerciales son cruciales para la estabilidad de los vínculos entre Estados Unidos y China. Pero espera que Washington «pueda trabajar en la misma dirección con China» y desarrollar los lazos bilaterales con «más sinceridad y acciones concretas».
Antes, el martes, Raimondo también se reunió con el viceprimer ministro He Lifeng, estrecho aliado del dirigente chino Xi Jinping, que supervisa la economía del país.
«Aunque nunca cederemos en la protección de nuestra seguridad nacional, quiero dejar claro que nunca trataremos de desvincular o frenar la economía de China», declaró Raimondo al inicio de la reunión.
El Sr. He expresó su preocupación por los aranceles, los controles a la exportación y las restricciones a la inversión de Estados Unidos, según la lectura del Ministerio de Comercio chino.
Diálogos sobre el control de las exportaciones
Por otra parte, está previsto que altos funcionarios de Beijing y Washington mantengan el martes el primer «intercambio de información» sobre el control de las exportaciones.
La plataforma se estableció durante la reunión en persona entre la Sra. Raimondo y su homólogo chino, Wang Wentao, que duró más de cuatro horas el lunes.
Los dos responsables de comercio acordaron también mantener conversaciones periódicas y reunirse «al menos una vez al año», según el Ministerio de Comercio chino. El ministerio describió su primer intercambio como «racional, franco y constructivo».
Otro acuerdo alcanzado durante el intercambio fue la creación de un nuevo grupo de trabajo sobre «cuestiones comerciales» para «buscar soluciones sobre cuestiones de comercio e inversión y hacer avanzar los intereses comerciales de Estados Unidos en China», declaró el Departamento de Comercio estadounidense.
El presidente estadounidense, Joe Biden, firmó a principios de mes una orden ejecutiva para restringir la inversión en las tecnologías sensibles de China, incluidos los sectores de la computación cuántica, la inteligencia artificial y los semiconductores. La orden, que probablemente entrará en vigor el año próximo, prohibirá que el capital privado y el capital riesgo estadounidenses fluyan hacia China, financiando al régimen para hacer avanzar sus capacidades militares y de inteligencia. La medida siguió a un amplio control de las exportaciones de semiconductores a China, desvelado por el presidente Biden el pasado octubre.
El régimen chino ya ha endurecido sus propios controles de exportación. A partir del 1 de agosto, el galio y el germanio —dos metales raros fundamentales para la fabricación de semiconductores— estarán sujetos a restricciones a la exportación, según anunció en julio el Ministerio de Comercio, alegando la necesidad de proteger la seguridad nacional.
China ocupa una posición dominante en la extracción de los dos minerales raros. Suministra alrededor del 80% de la producción mundial de galio y el 60% de la de germanio, según Critical Raw Materials Alliance.
Beijing también impuso sanciones al fabricante de chips estadounidense Micron Technology. En mayo, el regulador chino de ciberseguridad declaró que Micron no había superado su revisión de seguridad, sin detallar qué riesgos había encontrado. Esa medida significa que los productos de Micron estarían prohibidos a las empresas chinas que realizan proyectos de infraestructuras críticas. La empresa advirtió de que un «porcentaje de dos dígitos bajos» de sus ingresos globales «corre el riesgo de verse afectado» por la sanción de Beijing.
La Sra. Raimondo dijo el lunes que, durante la reunión con el Sr. Wang, planteó su preocupación por las restricciones impuestas por Beijing a Micron Technology, Intel y otras empresas estadounidenses.
El martes por la mañana, Raimondo se reunió con el ministro chino de Cultura y Turismo, Hu Heping, durante la cual «subrayó la importancia del intercambio entre personas para la relación bilateral más amplia entre Estados Unidos y China», según su departamento.
China levantó recientemente la prohibición de turismo de grupo impuesta en la época de la pandemia a Estados Unidos, Reino Unido, Australia y otras naciones, siete meses después de reanudar los viajes en grupo a países como Rusia, Tailandia y Cuba. Estados Unidos anunció a principios de mes que aumentaría los vuelos a China.
La Sra. Raimondo dijo que la relajación «crearía puestos de trabajo y haría crecer las economías de ambos países y fomentaría un mejor entendimiento entre los pueblos y las culturas de las dos naciones».
«No es el momento de hacer concesiones»
Antes de las conversaciones del martes, los observadores externos esperaban que los funcionarios chinos se apartaran de la agresiva postura diplomática de Beijing, mientras China intenta atraer inversiones extranjeras ante los riesgos de desviación.
«Los estadounidenses llevan dos años y medio tendiendo la mano a China y han sido rechazados; la China comunista está tratando a la administración Biden como a un lacayo», declaró Bart Marcois, ex subsecretario adjunto principal de Asuntos Internacionales del Departamento de Energía, a NTD, el medio de comunicación asociado de The Epoch Times.
Ahora, «que se enfrentan a la implosión de su imperio inmobiliario y a una depresión económica, de repente tienen interés en hablar con Estados Unidos y, por supuesto, es sobre comercio e intercambio».
La economía china se tambalea. Uno de cada cinco jóvenes chinos, de entre 16 y 24 años, no tiene empleo. El sector inmobiliario, que contribuyó a casi un tercio del PIB chino, tiene problemas. El gigante inmobiliario Evergrande solicitó la protección por quiebra a principios de este mes, y Country Garden, otro gran promotor inmobiliario, corre ahora peligro de impago. Los inversores extranjeros están retirando su dinero de las acciones chinas.
A principios de mes, la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, declaró que la desaceleración económica de China es un «factor de riesgo» para Estados Unidos, y el presidente Biden describió la economía china como una «bomba contrarreloj» en un acto político de recaudación de fondos.
El Sr. Marcois predijo que el régimen chino «haría muchas insinuaciones y actuaría como si estuviera haciendo concesiones» a Estados Unidos ante una economía en crisis.
«Pero lo que realmente quieren es poder seguir invirtiendo en bienes inmuebles estratégicos y tecnología estratégica» en Estados Unidos sin interferir y desean «una mayor inversión estadounidense en China», añadió.
El Sr. Marcois dijo que el viaje a China de la Sra. Raimondo tiene más importancia para Beijing que para Washington.
«No es tan importante para nosotros porque tenemos la sartén por el mango», dijo. «Si ella se mantiene firme, podremos avanzar». Pero si la Sra. Raimondo se centra en la distensión diplomática, «estaremos jugando al juego chino más que al juego estadounidense».
«Ahora no es el momento de hacer concesiones. Ahora es el momento de pedir a China que haga concesiones», dijo.
«Necesitan nuestra ayuda. Y tenemos que asegurarnos de obtener algo importante a cambio».
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