El Departamento de Estado de los Estados Unidos anunció el 26 de junio que impondrá restricciones de visado a los funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh) involucrados en la erosión de la autonomía y los derechos humanos en Hong Kong. La medida se produce semanas después de que el presidente Donald Trump prometiera tomar medidas para contrarrestar la «asfixia» de las libertades de la ciudad por parte de Beijing.
Las restricciones de visado afectarán a los funcionarios actuales y anteriores del PCCh responsables de socavar la autonomía, los derechos humanos y las libertades de Hong Kong, según dijo en una declaración el secretario de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo. Los familiares de los funcionarios también podrán estar sujetos a dichas restricciones.
El departamento no detalló qué funcionarios se enfrentarían a las restricciones de visado, y no respondió a una pregunta de The Epoch Times al cierre de la edición de este artículo.
A pesar de la amplia condena y presión internacional, Beijing ha seguido adelante con la imposición de una ley de seguridad nacional para Hong Kong, que incluye el establecimiento de una agencia de seguridad de Beijing en el territorio.
Los críticos temen que la ley permita al PCCh tomar medidas enérgicas contra los críticos del régimen. Dicen que la medida marca el fin de la autonomía de Hong Kong, garantizada por el régimen en el marco de lo que se conoce como «un país, dos sistemas» cuando la ciudad pasó del dominio británico al chino en 1997. Esta promesa fue codificada en la Declaración Conjunta Sino-Británica de 1984, el tratado que rige la transferencia.
En respuesta a las medidas adoptadas por Beijing, Trump anunció el mes pasado que la administración iniciaría el proceso de eliminación de los privilegios especiales de Hong Kong en ámbitos que van desde el comercio hasta la inmigración, porque la ciudad ya no era lo «suficientemente autónoma» de China como para justificar un trato preferencial. También dijo que Washington sancionaría a los funcionarios chinos involucrados en la erradicación de la autonomía de la ciudad.
«El alto grado de autonomía de Hong Kong y la plena aplicación de la Declaración Conjunta Sino-Británica, así como el respeto de los derechos humanos, son de fundamental importancia», dijo Pompeo. «Estados Unidos continuará revisando sus prerrogativas para responder a estas preocupaciones».
El Senado aprobó ayer un proyecto de ley que impondría sanciones obligatorias a los individuos o empresas que apoyen los esfuerzos del régimen para restringir la autonomía de Hong Kong. La medida también incluye sanciones secundarias a los bancos que hagan negocios con cualquier persona que se encuentre respaldando cualquier medida enérgica contra la autonomía del territorio, lo que podría separarlos de sus contrapartes estadounidenses y limitar el acceso a las transacciones en dólares.
La semana pasada Pompeo tuvo su primera reunión cara a cara en meses con el principal diplomático de China, Yang Jiechi, durante la cual este último dijo que Washington debía respetar las posiciones de Beijing en asuntos clave y detener su interferencia en asuntos como Hong Kong, mientras trabajaba para reparar las relaciones. Pompeo dijo más tarde que fue a la reunión para compartir que el PCCh «se está comportando de maneras que fundamentalmente ponen en riesgo la seguridad del pueblo estadounidense».
«Lo que necesitamos ver de ellos es un cambio de comportamiento», dijo Pompeo durante una entrevista de radio el 23 de junio en el programa de Hugh Hewitt, donde relató los detalles de la reunión. «Cuando me fui ese día, yo no pensaba que el Partido Comunista Chino estuviera preparado para darnos algún aviso de que había cambios que se iban a hacer», dijo, señalando que unos días más tarde Beijing siguió adelante con los planes para reforzar su control sobre Hong Kong con la nueva ley de seguridad nacional.
Reuters contribuyó a la elaboración de este artículo.
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