Las celdas que retienen a unidades familiares huelen a orina y vómito. Se desatan peleas en las celdas de menores no acompañados. La sarna, los piojos, la gripe, y el COVID-19 se propagan desenfrenadamente.
Hasta 80 personas se apretujan en cada celda que mide 24 por 30 pies, y no hay suficientes colchones para todos. Las habitaciones son divididas por láminas de plástico.
“Cualquier enfermedad que esté ahí, se mantiene ahí, como una placa de Petri. El olor es abrumador”, dijo un agente de la Patrulla Fronteriza, describiendo las condiciones en una instalación al sur de Texas. El agente, Carlos (no es su nombre real), habló con The Epoch Times bajo condición de anonimato, por temor a repercusiones.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza al frente están tan frustrados que están arriesgando sus medios de vida para revelar lo que realmente está sucediendo en las instalaciones de procesamiento de inmigrantes ilegales.
Uno o dos agentes se encargan de controlar de 300 a 500 personas durante un turno. Ningún agente quiere denunciar agresiones físicas o sexuales entre los inmigrantes porque los culparían por «dejar que suceda». Ellos también se ven obligados a separar a un niño de un miembro de la familia extendida porque no es un padre biológico.
La cifra de menores no acompañados–niños menores de 18 años que llegan sin uno de sus padres–está colapsando el sistema. La ley requiere que la Patrulla Fronteriza dé prioridad a los menores no acompañados y los transfiera al Departamento de Salud y Servicios Humanos dentro de las 72 horas.
“Los estamos sacando de aquí lo más rápido posible, pero estamos muy abrumados en este momento”, dijo Carlos. “Solía ser fácil sacarlos en 72 horas. Ya no. Ellos se quedan aquí durante 10, 12 días. Es terrible».
En lo que va del año fiscal (desde el 1 de octubre de 2020), la Patrulla Fronteriza ha detenido a más de 29,000 menores no acompañados que cruzan la frontera ilegalmente. En todo el año fiscal 2020, poco más de 33,000 fueron detenidos, según las estadísticas de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Las cifras de este año están en una trayectoria para superar las cifras de la crisis de 2019, cuando 80,634 menores fueron detenidos.
La CBP se negó a proporcionar el número de menores no acompañados actualmente detenidos. «En general, la CBP no proporciona cifras diarias de detenidos, ya que se consideran operacionalmente sensibles porque los números de detenidos de la CBP fluctúan de manera constante», escribió el portavoz de CBP Nate Peeters en un correo electrónico a The Epoch Times el 23 de marzo.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS) confirmó el 23 de marzo que su Oficina de Reasentamiento de Refugiados tiene aproximadamente 11,350 menores.
La CBP y el DHHS han abierto varias instalaciones adicionales para hacer frente a la afluencia, siendo la última el Centro de Convenciones de San Diego.
Carlos confirmó que la mayoría de los menores no acompañados que cruzan la frontera ya tienen padres o familiares en Estados Unidos.
“Todos los que se presentan aquí, incluso si es un niño de 3 años solo–todos tienen una dirección. Y ellos te la dan: ‘Esta es mi dirección; aquí es donde me tienen que enviar’”, dijo Carlos.
“Y eso es lo que hacemos. Esta es la forma en que nos están engañando».
La mayoría de menores no acompañados provienen de los países centroamericanos de Honduras, Guatemala, y El Salvador.
“Estamos lidiando con una cultura diferente que no tiene miedo de enviar a todos sus hijos menores de cinco años, sabiendo que los van a violar, sabiendo que los van a matar”, dijo Carlos. “Cuando hablas con los adultos o con los adolescentes te dirán: ‘Violaron a tres o cuatro niñas, y las echaron de los trenes’. Ellos van a morir».
Dos tercios de los inmigrantes que viajan por México informan haber experimentado violencia durante el viaje, incluidos secuestro, robo, extorsión, tortura y violación, según Médicos sin Fronteras (MSF), que ha brindado atención médica y de salud mental a inmigrantes y refugiados en México desde 2012.
Casi 1 de cada 3 mujeres encuestadas por MSF dijeron que habían sido abusadas sexualmente durante su viaje–el 60 por ciento a través de una violación.
Familias liberadas
Una nueva directiva de la administración Biden permite que las unidades familiares sean liberadas al interior de los Estados Unidos sin una orden de comparecencia–el documento que establece la fecha en que un inmigrante ilegal debe presentarse en la corte para defender su caso.
“No hay repercusiones. Ni siquiera te voy a dar una cita en la corte. Ni siquiera tienes que presentarte en la corte si no quieres. Sería bueno, pero no es necesario. Esa palabra se expande inmediatamente. Y de un día para otro”, dijo Carlos.
El agente dijo que ahora es de conocimiento común que si traes un niño, te liberarán rápidamente dentro de los Estados Unidos. Ellos se transportan por todo el país, pero los destinos populares incluyen Houston, Nueva York y California, así como Maryland y Washington, D.C.
“Los ponen en un hotel por un par de días hasta que su vuelo esté listo para llevarlos a donde se dirigen. Eso viene del dinero de los impuestos”, dijo Carlos.
“No hay una solución a la vista. A las personas que estamos deteniendo nos han advertido sobre las caravanas más grandes que vienen en camino».
Él dijo que el retroceso de las políticas fronterizas de la administración Trump por parte del presidente Joe Biden es la causa directa del aumento.
“Ciento diez por ciento. Ellos ya estaban listos antes de que Biden estuviera en el cargo. Ellos sabían que las puertas se iban a abrir. Y ahora estamos en un punto en el que no podemos detenerlo”, dijo.
La administración no ha permitido que los medios accedan a las instalaciones de procesamiento y, según los agentes, incluso exige que los agentes en el campo trasladen a los inmigrantes ilegales que detienen a terrenos privados para procesarlos.
«Sigue intentándolo hasta que nos encuentres en una vía pública. Pero hemos recibido instrucciones de trasladar todo el tráfico a los ranchos para asegurarnos de que no haya ningún ojo público”, dijo un agente.
“Biden es estricto en eso. Trump fue una historia diferente. Esta administración no deja que vengan los medios, supongo, porque no quieren dar a conocer lo que está sucediendo aquí en la frontera–para hacer que Biden se vea bien».
Carlos dijo que la agencia ha parado de dejar inmigrantes ilegales directamente en las estaciones de autobuses ahora. “Nosotros recibimos órdenes estrictas de Washington, D.C., de que eso cese–eso está atrayendo demasiada atención”, dijo.
Ahora dejan a los inmigrantes ilegales cerca o en las instalaciones de una ONG local cerca de la estación de autobuses, dijo Carlos.
La administración aún no ha calificado la situación actual como una crisis, y Biden dijo el 21 de marzo que visitará la frontera «en algún momento».
«Nuestras defensas están bajas»
La moral entre los agentes de la Patrulla Fronteriza se ha desplomado, dijo Carlos. «La tasa de deserción en este momento es ridícula», dijo. “Ya no queremos trabajar para la Patrulla Fronteriza. No es la Patrulla Fronteriza».
Durante la era Trump, los agentes se sintieron “empoderados” para hacer su trabajo, dijo. “Independientemente de los acuerdos que hiciera, todo estaba funcionando bien. Ahora tenemos esta basura».
A medida que los agentes se trasladan para lidiar con el aumento de unidades familiares y menores no acompañados, las organizaciones de contrabando y los cárteles mueven drogas y otras personas a través de otras áreas no vigiladas.
“Nuestra mano de obra se está agotando porque tenemos que cuidar a estas personas, trasladarlas lo más rápido posible para liberarlas en el país”, dijo Carlos. «Es ridículo. No tenemos respaldo. Estamos perdiendo más de lo que recuperamos. Y eso no es ningún secreto».
“Nuestras defensas están bajas. Entonces, si hay alguien por quien deberíamos estar preocupados, ellos saben que este es el momento de entrar. Ellos lo saben».
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