Tras las protestas generalizadas contra los cierres en noviembre, el régimen chino revocó bruscamente su estricta política de cero COVID a principios de diciembre, en un peligroso intento de China por alcanzar la inmunidad de grupo al ritmo más rápido posible, según un experto.
Desde entonces, el COVID-19 ha hecho estragos entre la población china, que no estaba preparada para el repentino cambio tras tres años de restricciones de cero-COVID.
El Partido Comunista Chino (PCCh) ha dado marcha atrás intencionadamente en su política para que el país pueda alcanzar la inmunidad de grupo al ritmo más rápido posible, afirmó el Dr. Xiaoxu Sean Lin, exvirólogo del ejército estadounidense.
«Así que, básicamente, el PCCh está adoptando una estrategia totalmente diferente en comparación con la política cero-COVID, en realidad animan a la gente a infectarse para conseguir la llamada inmunidad de grupo lo antes posible», dijo a NTD el 3 de enero el Dr. Lin, que también es profesor asistente en el Departamento de Ciencias Biomédicas del Feitian College.
«Hoy en día, en China se organizan grandes eventos para celebrar el Año Nuevo. Se ven decenas de miles de personas reunidas para celebrar el Año Nuevo», añadió.
Según un reporte del medio estatal chino Global Times, el 31 de diciembre miles de personas se reunieron en Wuhan, en la provincia central china de Hubei, para asistir a la cuenta atrás. El Bund, el famoso paseo fluvial de Shanghái, estaba abarrotado de gente. Mientras tanto, grandes multitudes contemplaban los fuegos artificiales en una calle peatonal de Xi’an, provincia de Shaanxi, en el noroeste de China, una escena que no se producía desde hacía tres años.
«Básicamente, empujan a muchas personas a infectarse gravemente y muchas acabarán en la UCI o morirán, y se produce en un momento en que China sufre una escasez muy, muy grave incluso de los medicamentos Paxlovid contra el [COVID]», afirmó.
El único medicamento extranjero para el tratamiento del COVID-19 que ha recibido la aprobación nacional del organismo regulador chino es el Paxlovid. Sin embargo, acceder a él es bastante difícil. El medicamento antivírico se ofreció a través de un portal sanitario chino a principios de este mes, y se agotó rápidamente, según reportó la CNN el 26 de diciembre.
Describió la situación como un «desastre muy grande», ya que «mucha gente morirá por no poder acceder a tratamiento médico».
Filtración deliberada de cifras sobre infecciones
Como miembro del Comité sobre el Peligro Actual: China, Lin cree que la filtración de las tasas de infección de China es una maniobra deliberada asociada al actual sistema de gobierno dirigido por el primer ministro chino saliente, Li Keqiang.
Lin describió a Li como una persona «con los pies en la tierra».
«Así que a veces se ven algunos datos que salen del sistema», dijo, citando la reciente declaración de Zeng Guang, ex epidemiólogo jefe del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades.
«No esperábamos que la primera oleada fuera tan intensa», declaró Zeng a un panel online el 29 de diciembre, según los medios estatales.
Según las estimaciones de Zeng, más del 80% de los habitantes de Beijing, es decir, 17.6 millones de personas, pueden haberse infectado ya con COVID-19.
Por otra parte, imágenes filtradas de documentos de una conferencia del PCCh revelaron que las autoridades creen que hasta 248 millones de personas se infectaron en los primeros 20 días de diciembre. Además, el virus ha infectado a más de la mitad de los residentes en Beijing y en la provincia de Sichuan, en el suroeste de China, según los documentos.
Mientras tanto, el recién elegido miembro del Politburó, Li Qiang, quien, según Lin, en realidad está tomando la iniciativa en el control de la situación pandémica en China, quiere «ocultar la verdadera información sobre la infección, la hospitalización y las personas en las UCI, así como el número de muertos».
Lin dijo que la supuesta cifra de muertos del régimen chino desde el comienzo de la pandemia —que ahora asciende a 5253— es una «broma».
«Es una cifra que nadie puede creer ahora mismo», afirmó.
«Así que creo que la realidad es mucho peor de lo que el mundo ha estado viendo a través de los datos oficiales chinos», dijo.
«Creo que en enero, o incluso en febrero, todavía veremos un pico muy alto de víctimas mortales procedentes de China, la cifra real», predijo Lin.
Con información de Eva Fu y Dorothy Li.
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