Un alto experto chino en COVID-19 dijo el 1 de marzo que esperaba que el brote del virus del PCCh pudiera terminar este verano o el próximo año.
En una videoconferencia organizada por la Institución Brookings de EE.UU., el director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de China, George Fu Gao, el jefe del grupo de expertos de la Comisión Nacional de Salud de China, Zhong Nanshan, el epidemiólogo jefe del CDC chino, Wu Zunyou, y el director del departamento de enfermedades infecciosas del Hospital Huashan de Shanghai, Zhang Wenhong, se unieron a varios expertos médicos estadounidenses para hablar sobre la actual pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
Reconociendo la incertidumbre sobre la eficacia de las vacunas, los efectos secundarios y la falta de voluntad de la gente para vacunarse, la mayoría de los expertos siguen recomendando que todo el mundo se vacune lo antes posible.
Thomas Frieden, antiguo director de los CDC de EE.UU. preguntó: «¿Cuánto durará la inmunidad [inducida por la vacuna]? ¿Qué tan raros son los efectos adversos graves [de las vacunas COVID-19]? … ¿Confiará la gente en la vacuna?». Estas preguntas no tienen respuesta hasta ahora.
Zhong, que cree que el virus del PCCh seguirá mutando y existirá en el mundo como la influenza, instó a las empresas farmacéuticas y al mundo médico: «Las vacunas modificadas y los anticuerpos de cóctel son emergentes». Dijo que son los tratamientos de COVID-19 más eficaces hasta ahora.
Pandemia
Gao, Zhong y Wu son los tres principales expertos en COVID-19 de China. Sus opiniones han sido promovidas por los medios de comunicación estatales chinos desde el primer brote del virus COVID-19 en la ciudad de Wuhan, en la provincia central china de Hubei, en enero de 2020.
Gao dijo en su discurso que hay demasiadas incógnitas sobre el virus del PCCh, y que el CDC chino tiene que hacer frente a la pandemia basándose en el sentido común y el conocimiento, como que los mejores métodos de prevención deben ser las tres cosas: llevar mascarilla, vigilar la distancia y lavarse las manos.
Gao confía en que la vacuna pueda acabar con el brote en el próximo verano o el año que viene.
Sin embargo, Zhong y Wu no estaban de acuerdo con él. Wu cuestionó la eficacia de la vacuna y Zhong se preocupó por las nuevas variantes que han aparecido.
«Es casi imposible eliminar la pandemia en poco tiempo», dijo Wu.
Zhong dijo: «Los virus COVID-19 mutados disminuyeron la eficacia de la vacunación, y también la del tratamiento con anticuerpos».
Zhong cree incluso que un virus COVID-19 mutado provocará una nueva ola pandémica en todo el mundo.
Vacunación
Los expertos chinos presentes en la conferencia afirmaron que confían en el uso de emergencia de las vacunas aprobadas, independientemente de su procedencia. Dijeron que creen que estas vacunas pueden prevenir el brote de la actual pandemia.
De hecho, el régimen chino pidió a los chinos que se vacunaran desde el verano pasado.
Un documento interno emitido el 15 de junio de 2020, que The Epoch Times obtuvo, muestra que la empresa estatal china TravelSky Technology obligó a algunos de sus empleados a tomar las vacunas COVID-19 durante las pruebas iniciales.
Sin embargo, solo unos pocos chinos se vacunaron después de ocho meses. Zhong presentó una serie de cifras en la conferencia del lunes que revelan la situación actual.
En cuanto al número bruto de vacunas que cada país ha recibido para sus ciudadanos, Estados Unidos está a la cabeza del mundo, con 72.81 millones de dosis el 27 de febrero.
En cuanto al número de dosis de vacunación COVID-19 disponibles por cada 100 personas, Israel tenía el 92. 46 por ciento y era el líder hasta el sábado pasado.
«China solo tiene 3.56 [dosis de vacunación COVID-19 disponibles por cada 100 personas a fecha del 28 de febrero]», dijo Zhong. «Estados Unidos tenía 22 [hasta el 27 de febrero]».
Desde el verano pasado, el líder chino Xi Jinping y los diplomáticos del régimen utilizaron las vacunas COVID-19 como una herramienta para fortalecer las relaciones con los países en desarrollo, en un esfuerzo que se ha denominado «diplomacia de las vacunas». El régimen chino ha exportado sus vacunas a todo el mundo.
Sin embargo, la población china no confía en las vacunas fabricadas en China, según documentos internos que obtuvo The Epoch Times. Cientos de trabajadores chinos en el extranjero fueron incluso diagnosticados con COVID-19 después de recibir las vacunas fabricadas en China.
En diciembre de 2020, la empresa china Shanghai Fosun Pharma encargó 100 millones de dosis de la vacuna desarrollada por la compañía farmacéutica alemana BioNTech, socia de la estadounidense Pfizer, y se espera que las vacunas se entreguen este año.
El 14 de febrero, una enfermera indonesia sana de 33 años murió 17 días después de haber sido vacunada con una primera dosis de la vacuna CoronaVac, fabricada en China, lo que suscitó más dudas sobre la seguridad de las vacunas procedentes de ese país.
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