Expertos dicen que búsqueda de fuente de coronavirus es obstaculizada por el régimen chino

Por Cathy He
27 de febrero de 2020 4:49 PM Actualizado: 27 de febrero de 2020 4:49 PM

Casi dos meses después de que la noticia del nuevo coronavirus apareciera por primera vez en China, todavía hay mucho que los científicos no saben sobre la fuente del brote.

Sin embargo, la carrera para encontrar la procedencia del virus se ha hecho más difícil por la falta de transparencia del régimen chino, según los expertos.

«Hay tantas preguntas sobre los orígenes del virus porque el gobierno chino no proporcionó suficiente transparencia con respecto a la investigación temprana del brote», dijo Sean Lin, un exinvestigador de virología del ejército de Estados Unidos, a The Epoch Times.

La principal de estas preguntas es dónde se originó el brote.

Aunque los funcionarios chinos han sospechado que el lugar de nacimiento del brote es el mercado mayorista de mariscos de Huanan, un mercado de animales salvajes y mariscos en el centro de la ciudad china de Wuhan, los últimos acontecimientos ponen en duda esa afirmación.

Un estudio realizado el 24 de enero por un grupo de investigadores chinos y publicado en la revista médica The Lancet analizó los primeros 41 casos de pacientes de coronavirus en Wuhan y descubrió que 14 de esos pacientes no tenían ningún vínculo con el mercado de mariscos.

De manera crucial, los investigadores no pudieron encontrar un «vínculo epidemiológico» entre el primer paciente, que se enfermó el 1 de diciembre de 2019, y los pacientes posteriores. Esa fecha también contradice los informes de las autoridades sanitarias chinas, que dijeron que el primer paciente presentó síntomas el 8 de diciembre de 2019.

Uno de los autores del estudio confirmó más tarde a BBC que el primer paciente era un hombre de 70 años que estaba postrado en la cama después de sufrir un derrame cerebral. No tenía conexión con el mercado —una revelación que abre la posibilidad de que el virus se haya propagado a otros lugares antes de entrar en el mercado.

Un estudio reciente, que aún no ha sido revisado por colegas, realizado por un grupo de investigadores afiliados a la Academia de Ciencias de China y al Instituto Chino de Investigación Cerebral sugirió que el coronavirus fue introducido desde fuera del mercado, para luego expandirse rápidamente dentro de las abarrotadas instalaciones a principios de diciembre de 2019 antes de propagarse a toda la ciudad.

Según un análisis de los datos del genoma del virus, los investigadores postularon que el virus comenzó a propagarse de persona a persona a principios de diciembre, o posiblemente incluso a finales de noviembre.

Información faltante

Si bien los estudios genéticos pueden proporcionar gradualmente más detalles sobre la evolución del brote, la tarea de trazar el camino de la enfermedad ha tropezado con dificultades porque las autoridades chinas no han dado a conocer información sobre qué animales estaban presentes en el mercado, ni si han analizado muestras de animales del mercado o de otros lugares de Wuhan.

Dicha información es crítica para identificar los animales que podrían haber sido portadores del virus antes de que se propagará a los seres humanos.

Guan Yi, director del Laboratorio Estatal Clave de Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad de Hong Kong, viajó a Wuhan con su equipo en enero con la esperanza de rastrear el animal que fue la fuente del virus. Criticó a las autoridades de Wuhan por desinfectar el mercado, deteniendo esencialmente cualquier posible investigación.

«No hay escena del crimen», dijo Guan a la revista financiera china Caixin en una entrevista el 23 de enero.

Lin expresó preocupaciones similares, diciendo: «El problema es que el gobierno chino hasta la fecha no ha mostrado ningún resultado de pruebas de ninguna muestra animal recogida en Wuhan.

«Así que no se puede sacar un claro entendimiento de cómo el coronavirus del murciélago (…) saltó a los humanos».

Se cree que los murciélagos son el huésped original del virus, formalmente conocido como SARS-CoV-2. Se piensa entonces que saltó a otro animal o animales, llamados huéspedes intermedios, antes de saltar a los humanos. Los murciélagos no se vendían en el mercado de Wuhan.

Los civetas de palma, mamíferos que se encuentran en Asia, fueron el huésped intermedio del síndrome respiratorio agudo severo (SARS), un brote originado en China en 2002, mientras que los camellos fueron el huésped intermedio del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS), un brote en Arabia Saudita en 2012. Los investigadores rastrearon los huéspedes originales hasta los murciélagos en ambos brotes.

Se descubrió que el nuevo coronavirus tenía un 96.2 por ciento de similitud genética con un coronavirus encontrado en un murciélago de herradura en 2013, llamado RaTG13, en la provincia de Yunnan, en el suroeste de China —a 1000 millas de Wuhan. Curiosamente, los científicos chinos del Instituto de Virología de Wuhan no publicaron el genoma del RaTG13 hasta el 23 de enero de este año.

Yuhong Dong, experto en enfermedades infecciosas virales y director científico de la empresa biotecnológica suiza SunRegen Healthcare, dijo a The Epoch Times que tal similitud genética no es suficiente para justificar que el RaTG13 es una fuente directa del SARS-CoV-2, ya que se necesita una similitud de alrededor del 99.9 por ciento para ser identificado como un antepasado inmediato.

Los coronavirus tienen más de 30,000 bases de ácido nucleico de ARN. Incluso una diferencia genética de solo el 4 por ciento significa que al menos 1200 bases son diferentes. Esta diferencia de 1200 bases sigue siendo significativa, dijo Dong.

Recientemente, los científicos de la Universidad Agrícola del Sur de China en la provincia china de Guangdong anunciaron que el SARS-CoV-2 tenía una coincidencia del 99 por ciento con un coronavirus identificado en pangolines —lo que sugiere que el animal escamado puede haber servido como huésped intermedio.

El equipo de científicos revisó más de 1000 muestras y encontró que el 70 por ciento de los pangolines portaban el virus de la misma familia de patógenos que el SARS-CoV-2.

Sin embargo, no han publicado el estudio ni ningún dato de las pruebas. Tampoco han revelado de dónde vinieron los pangolines que estudiaron, lo que hace imposible verificar su afirmación, dijo Dong.

¿Ingeniería genética?

Algunas personas han ofrecido la teoría de que el coronavirus podría ser el resultado de ingeniería genética o de un accidente de laboratorio, posibilidades que para Lin y Dong no pueden ser descartadas en esta etapa.

Dong dice que puede ser extremadamente difícil probar si el virus fue manipulado, ya que tal proceso podría hacerse sin dejar ninguna evidencia distintiva.

«No he visto un artículo científico que pueda explicar claramente sus orígenes naturales, su reserva natural y su predecesor más cercano», añadió Dong.

La cuestión de si la intervención humana podría haber provocado el virus ha llamado considerablemente la atención, y algunos medios de comunicación y científicos lo han calificado como una «teoría de conspiración».

Lin dice que tal etiqueta no tiene cabida en la investigación científica.

«Cuando la gente cuestiona el origen, no significa que sea una teoría conspirativa. La gente no sabe lo suficiente sobre cómo mutó el virus», dijo Lin, añadiendo que hay muchas preguntas por resolver.

Las mutaciones particulares en los aminoácidos del virus, —que lo hacen más transmisible a los humanos— son «inusuales en un sentido académico», dijo Fang Chi-tai, profesor del Colegio de Salud Pública de la Universidad Nacional de Taiwán (NTU), en un seminario celebrado en la NTU el 22 de febrero, y agregó que es poco probable que tales mutaciones se hayan formado en la naturaleza «de una sola vez».

«Desde un punto de vista académico, es posible que los aminoácidos hayan sido añadidos a COVID-19 [la enfermedad causada por el nuevo coronavirus] en el laboratorio por humanos», dijo Fang, según informó Taiwan News.

Otros científicos han descartado la idea, diciendo que el virus vino de un proceso evolutivo natural.
Richard H. Ebright, director del laboratorio del Instituto de Microbiología Waksman y profesor de química y biología química en la Universidad de Rutgers, dijo que, basándose en la secuencia del genoma y las propiedades del virus, «no hay base para sospechar que el virus fue diseñado».

Pero Ebright dejó abierta la posibilidad de que el virus entrara en la población humana a través de un accidente de laboratorio, «porque se sabe que el coronavirus de murciélago RaTG13 y otros coronavirus de murciélago estrechamente relacionados también estuvieron presentes en un laboratorio», dijo al sitio web The Street, refiriéndose a la colección de coronavirus del Instituto de Virología de Wuhan. «La primera infección humana también podría haber ocurrido como un accidente de laboratorio».

El Instituto Wuhan, situado a pocos kilómetros del mercado Huanan, ha negado públicamente que fuera la fuente del brote.

Dong dijo que le hubiera gustado que el instituto fuera más transparente, por ejemplo, que divulgara todos los virus que estaba estudiando —de modo que personas ajenas a él pudieran verificar si tenía una conexión con el brote.

Eva Fu contribuyó a este informe.

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