Familiares de algunas personas que murieron a causa del virus COVID-19 presentaron una demanda contra una organización sin ánimo de lucro con sede en Nueva York que colaboró y ayudó a financiar el laboratorio chino que estudiaba cómo hacer que los coronavirus fueran más transmisibles e infecciosos.
Como demandados acusan a EcoHealth Alliance y a Peter Daszak, su presidente, alegando que ellos investigaron, financiaron y crearon el virus COVID-19 y lo liberaron intencionada o accidentalmente.
La demanda fue interpuesta en Nueva York por Jenny Golden y otros residentes estadounidenses por la muerte de sus seres queridos, afirmando que podría haberse evitado.
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Los acusados se involucraron en conductas que presentaban riesgos previsibles de daño a terceros, incluida «la participación deliberada en la creación y modificación genética de coronavirus peligrosos, incluido el SARS-CoV-2, con el propósito de aumentar su virulencia, transmisibilidad y letalidad para los seres humanos, a sabiendas de que, tal como se modificaron, los coronavirus serían aún más dañinos para los humanos y capaces de causar una pandemia», señala la demanda.
EcoHealth canalizó fondos de los contribuyentes estadounidenses al Instituto de Virología de Wuhan (WIV), situado en la misma ciudad china, donde aparecieron los primeros casos de COVID-19 en 2019.
Algunas de las investigaciones aumentaron una o más características de los coronavirus.
Múltiples agencias de inteligencia estadounidenses creen que el virus COVID-19 se originó en el laboratorio de Wuhan.
Un inspector general de Estados Unidos concluyó que los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, que dieron el dinero a EcoHealth, no supervisaron adecuadamente la investigación que el dinero financió, en la medida que EcoHealth no se aseguró de que el laboratorio de Wuhan cumpliera con los requisitos estadounidenses.
«Esto ocurrió porque las políticas y procedimientos de EcoHealth no garantizaron que se incluyeran los elementos de datos requeridos en cada subvención», declaró el inspector general del Departamento de Salud y Servicios Humanos. En un caso de incumplimiento, EcoHealth no presentó un informe de progreso de un año de investigación hasta agosto de 2021, casi dos años después de lo requerido.
Los demandados tenían la responsabilidad de garantizar que la investigación en el laboratorio «se llevara a cabo de forma razonable» y de «abstenerse de acciones que crearan un riesgo irrazonable de daño físico a terceros», alega la demanda. Esto incluye proteger al público de los riesgos de exposición a los coronavirus.
Esa responsabilidad se incumplió con la «investigación anormalmente peligrosa sobre los coronavirus», acusan los demandantes.
«Los demandados sabían o deberían haber sabido que la conducta negligente, imprudente o intencionada de otras personas que participaban en la investigación sobre coronavirus financiada por los demandados, incluida la de la Dra. Shi Zhengli y otros científicos de los laboratorios WIV (Instituto de Virología de Wuhan) que pretendían modificar genéticamente los coronavirus para aumentar su virulencia, transmisibilidad y letalidad para los seres humanos, creaba un riesgo irrazonable de daños a terceros», afirma la demanda.
Además, la demanda sostiene que la falta de vigilancia y protección frente a la liberación de COVID-19 provocó las infecciones mortales por COVID-19 de los familiares de los demandantes.
Larry Carr, marido de la demandante Melissa Carr, falleció el 11 de agosto de 2021 tras contraer COVID-19.
Mary Conroy, madre de la demandante Sra. Golden, falleció el 12 de agosto de 2021 tras contraer COVID-19.
Emma Holley, madre de la demandante Monique Adam, falleció el 12 de agosto de 2021, tras contraer COVID-19.
Raul Osuna, marido de la demandante Traci Osuna, falleció el 28 de septiembre de 2021 tras contraer COVID-19.
Cada muerte fue «un resultado directo y relacionado a complicaciones médicas causadas por una infección del virus que ahora se conoce como Covid-19 (también llamado SARS-CoV-2)», afirma la demanda.
Paul Rinker, el otro demandante, busca una compensación por las lesiones personales que sufrió después de contraer COVID-19 y por requerir atención hospitalaria.
El caso fue presentado ante la Corte Suprema de Nueva York.
Los demandantes quieren que se les otorguen daños y perjuicios, así como otra compensación monetaria que se considere suficiente para «evitar que los Demandados y otros vuelvan a cometer actos peligrosos relacionados con el desarrollo y la liberación del SARS-CoV-2 o actos similares».
EcoHealth ha defendido su trabajo con el laboratorio de Wuhan. La organización no respondió a una solicitud de comentarios.
La organización dijo en una declaración anterior que «supervisó los experimentos de los subadjudicados en cuestión, exactamente como lo requieren las condiciones» en la subvención, y que los virus estudiados en el laboratorio no podrían haber causado la pandemia de COVID-19.
Demandas previas
Se han presentado dos demandas previas contra EcoHealth y el Sr. Daszak.
Mercy Vega y otros demandantes dijeron a principios de este año que los demandados violaron la ley al ser negligentes y conspirar con su trabajo en China.
Como resultado, la demanda alegó muertes por negligencia y lesiones personales, incluso las del esposo de la Sra. Vega, Sergio Vega, quien murió luego de contraer COVID-19.
En la otra demanda, presentada en 2022, en la que se nombra a EcoHealth, Sr. Daszak, y varios otros investigadores, Kathleen McKinnis y otros alegaron por lesiones personales.
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