El asesor de COVID-19 de la Casa Blanca, Anthony Fauci, dijo que está desconcertado sobre el motivo de las bajas tasas de vacunación con dosis de refuerzo y afirmó que no tiene «una explicación fácil» para esta situación.
Cuando un periodista le preguntó el miércoles por qué las personas totalmente vacunadas siguen sin administrarse las dosis de refuerzo, Fauci señaló que «aproximadamente la mitad» de todos los estadounidenses elegibles han recibido dosis de refuerzo hasta ahora. El asesor hizo estas declaraciones junto con el coordinador de la respuesta para COVID-19, Jeff Zients, en una reunión informativa en la Casa Blanca.
En respuesta a «¿Por qué las personas que tenían suficiente conocimiento sobre el riesgo para seguir adelante y recibir la serie primaria, por qué no las tenemos recibiendo las dosis de refuerzo?», Fauci, quien es jefe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas desde 1984, dijo: «No tengo una explicación fácil para eso».
Según Fauci los datos sanitarios federales sugieren que es «asombrosamente obvio» que las personas vacunadas deben recibir una dosis de refuerzo.
«Por lo tanto, lo único que podemos hacer es seguir presentando los datos y asegurarnos de que el público estadounidense aprecie por qué es tan importante para una protección óptima recibir un dosis de refuerzo», dijo a continuación el asesor.
Los comentarios de Fauci se produjeron en un momento en que varios estudios recientes han demostrado que la inmunidad natural, o la inmunidad lograda por una infección previa de COVID-19, proporciona una protección eficaz y duradera. Un estudio publicado en Italia a fines de enero sugiere que la inmunidad natural dura unos 18 meses.
«A los 18 meses, el 97 por ciento de los participantes dieron positivo en la prueba de anti-NCP, lo que indica la persistencia de la inmunidad inducida por la infección incluso en los individuos vacunados», escribieron los investigadores en un estudio publicado en el sitio web Medrxiv, refiriéndose a la respuesta a la nucleocápside, un tipo de proteína del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), virus también conocido como SARS-CoV-2.
Otros estudios sugieren que la variante ómicron del virus puede propagarse más rápidamente entre las poblaciones totalmente vacunadas. A principios de enero, investigadores daneses, en una encuesta realizada en unos 12,000 hogares, descubrieron que las personas no vacunadas son tan susceptibles como las vacunadas.
Algunas ciudades de Estados Unidos indicaron que podrían empezar a poner fin a ciertas restricciones de COVID-19, como los pasaportes de vacunación o las órdenes de mascarilla en interiores. Además algunos países están planeando lo mismo o ya han tomado la determinación.
«Nadie puede saber lo que ocurrirá el próximo mes de diciembre. Pero prometimos a los ciudadanos de Dinamarca que solo tendríamos restricciones si son realmente necesarias y que las levantaríamos tan pronto sea posible», declaró el lunes a CNN el ministro de Salud de Dinamarca, Magnus Heunicke. «Eso es lo que está ocurriendo ahora».
Semanas atrás el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, dijo que en Inglaterra darían término a las restricciones relacionadas con COVID-19, como el uso de mascarillas y la obligación de vacunarse.
Además esta semana, las autoridades de Israel, uno de los primeros países en aplicar un pase de COVID-19, dijeron que el «pase verde» del país expirará esta semana.
«Continuar con el pase verde de la misma manera puede crear falsas garantías», dijo a los periodistas Nadav Davidovitch, experto para el gobierno del primer ministro israelí, según la agencia de noticias AFP.
Los pasaportes y otros mandatos «no reducen las infecciones en espacios cerrados como los teatros. Hay que utilizarlo sobre todo en lugares de alto riesgo como hospitales, residencias de ancianos o eventos en los que se come, se canta y se baila», añadió Davidovitch.
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