El asesor médico jefe de la Casa Blanca, el Dr. Anthony Fauci, dijo que los funcionarios chinos eran «extremadamente reservados» sobre los posibles orígenes de la pandemia de COVID-19, aunque no llegó a acusar a Beijing de encubrirlo deliberadamente.
El director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas en el programa «Sunday Morning» de la BBC el 27 de marzo fue consultado sobre su respuesta a las afirmaciones de los investigadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que China les impidió «ver detalles clave y hablar con personas clave» cuando estaban investigando los orígenes de la pandemia en Wuhan a principios de 2021.
“Sabes, no quiero crear ni mencionar ningún comentario despectivo sobre eso”, respondió Fauci.
«Pero los chinos son muy cerrados, en cierto modo muy reacios, sobre todo cuando tienes una enfermedad que evoluciona en su país, se vuelven extremadamente reservados, aunque no haya ninguna razón para serlo», continuó.
Fauci sugirió entonces que la vergüenza por las reacciones mundiales puede haber llevado al régimen chino a ser bastante hermético en cuanto a los orígenes y la propagación de COVID-19.
“Creo que estaban muy preocupados y tal vez avergonzados de que el virus se desarrollara en su país, pero eso no tiene nada de malo”, dijo.
“Entonces, cuando ven que algo evoluciona en su propio país, tienden a tener un reflejo natural de no necesariamente encubrir las cosas, pero no ser muy abiertos y transparentes».
Los funcionarios estadounidenses y otros han denunciado reiteradamente que Beijing niega el acceso a datos e instalaciones clave en medio de las investigaciones en curso para averiguar el origen de la pandemia.
Además, el régimen chino en las primeras etapas del brote inicial en Wuhan suprimió la información sobre la gravedad y la propagación de la enfermedad, lo que permitió que el virus se propagara por todo el mundo que aún desconocía los peligros del nuevo coronavirus.
Muchos legisladores y expertos han acusado al régimen comunista de encubrir tanto los orígenes de la pandemia como la propagación inicial del brote.
En el centro del debate sobre la fuente del brote está si se propagó desde un laboratorio en Wuhan o si el virus se transmitió de forma natural antes de transmitirse a los humanos. Aunque hay defensores de ambas teorías, la negativa del régimen chino a permitir un escrutinio independiente del laboratorio hace que sea extremadamente difícil investigar de manera completa el asunto.
Admitiendo que «nunca estuvo seguro» en los primeros días sobre cuándo y dónde podría haberse originado el COVID-19, Fauci dijo que las similitudes que observó entre el COVID-19 y las enfermedades anteriores como el CoV-1 del SARS en los primeros años del milenio sugerían un posible origen para la pandemia actual.
«Dije, como muchos otros virólogos, que la etiología más probable era una transmisión de especie del animal al humano», comentó Fauci.
Fauci agregó que no ve nada sospechoso en la existencia de un laboratorio de investigación en Wuhan y que este hecho no influye en su opinión sobre la conducta del régimen chino en el asunto.
“No es nada sorprendente que haya un laboratorio de investigación allí. Los chinos estaban tratando de averiguar, y lo hicieron, cuál era la etiología original del SARS CoV-1”, dijo, refiriéndose al virus del SARS que se propagó desde China entre 2002 y 2003. Los científicos finalmente rastrearon ese virus hasta los murciélagos de herradura de la región china de Yunnan, y que se transmitió de intermediario a las civetas asiáticas antes de propagarse a los humanos.
“[El brote de SARS] dejó muy clara la posibilidad de que tuviéramos otro brote pandémico a partir de la interacción animal-humano, por lo que tiene sentido que los chinos estén estudiando esto para averiguar cómo se puede prevenir otro brote», dijo Fauci.
Los correos electrónicos divulgados a inicios de este año sugirieron que Fauci no solo inició las gestiones para encubrir las pruebas que apuntaban a un origen de laboratorio del COVID-19, sino que dio forma activamente a un documento académico muy influyente que excluía la posibilidad de una filtración de laboratorio.
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